Diócesis de Temuco

A un mes de la partida de ANASTASIA

 

Los jóvenes de la Vicaría de la Juventud quieren recordar a la querida Anastasia, más conocida como Ani, a un mes de su partida y que sigue en el corazón de muchos quienes compartieron con ella la alegría de servir y amar al prójimo.

 

“Como Vicaría de la Juventud de la Diócesis San José de Temuco, recordamos hoy a nuestra hermana Anastasia, siempre en nuestros corazones. Gracias por ser luz y sal de la tierra”.

 

ANASTASIA, nació el 17 enero 2001 en Santiago, en mayo del 2001 llega a vivir a la Localidad de Pillanlelbun. Su educación parvularia la recibió de parte de la Tía María Elvira en el Jardín Infantil de Pillanlelbun; el 1° y 2° básico lo realizó en el Colegio Providencia; para luego continuar desde el 3° hasta el 7° año básico en el Colegio Siglo XXI; desde el 8° básico hasta el 3° medio en el Colegio Metodista y finaliza su cuarto medio en Instituto Claret donde sus padres cuentan que ella manifiesta que es el lugar donde le hubiese haber estado siempre ya que se sintió aceptada y donde existía una pastoral educativa con la visión que ella soñaba, donde reforzó y aprendió sobre el liderazgo social y espiritual. El peregrinar de colegios se debía a que no la aceptaban por tener pensamientos y actitudes diferentes al común de los Jóvenes y muchas veces sufrió de Bullyng. Eso no quita de que en cada colegio dejó huellas en verdaderos amigos, auxiliares y docentes. A pesar de esto tuvo momentos de flaqueza, pero lograba refugiarse en lo espiritual y en acciones de voluntariado que le daban regocijo a su corazón.

Cursaba el 3 año de Ingeniería Comercial en la Universidad Mayor y hasta el momento era distinguida por sus docentes por su potencial. Su lema de vida y que reunía lo académico y social, era el mensaje entregado por Felipe Cubillos, “Prepárense, porque en algún minuto, en algún lugar, este País los va a llamar”. Esto la motivaba a que algún día podría realizar cambios sociales desde la Ingeniería Comercial, quería romper los patrones establecidos.

Muy pequeña practicó ballet en la escuela artística de la UFRO, participó en galas, su música clásica preferida era Balada para Adelina. Una vez retirada del Ballet, realizó presentaciones con su Tutu y zapatillas como gratitud hacia los demás, como danzar y entregar las ofrendas en misa; danzar frente a sus vecinos en la Plaza de Pillanlelbun o danzar en actividades de aniversario de los colegios por donde pasó. Cooperó activamente en los desfiles de moda organizados por su mamá para que los jóvenes tuviesen una actividad de verano en Pillanlelbun.

A los 13 años comenzó su catequesis de Primera Comunión en la Parroquia del Sagrario de la Diócesis San José y continuó con la catequesis de Confirmación, la cual finalizó con sus 15 años en Diciembre 2016. Posterior a esto, se convierte en catequista guiando a los jóvenes en su confirmación. En esta experiencia de más de 4 años conoció y participó con otros jóvenes y grupos en actividades evangelizadoras y misioneras como las Colonias Villa Feliz  en San Antonio; retiros con las Misioneras Catequistas de Boroa; misiones con la Juventud Femenina de Schoenstatt; se integró a los Jóvenes Catequistas de Boroa y a la Vicaria de la Juventud de la Diócesis San José; participó de la JMJ en Panamá junto a la Pastoral Educativa Claret, vivió la experiencia ENE, fue guardia Papal en la visita del Papa a Temuco en enero del 2018, entre muchas otras actividades.

Como dato anecdótico, estuvo de cumpleaños número 17 siendo guardia Papal y al cumplir 18 años, estaba participando en Panamá en la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) con el Papa Francisco, esta anécdota la consideraba un regalo de Dios.

Admiraba al Papa Francisco y atesoraba frases como: “Queridos jóvenes, no vinimos a este mundo a ‘vegetar’, a pasarla cómodamente, a hacer de la vida un sofá que nos adormezca; al contrario, hemos venido a otra cosa, a dejar una huella. Es muy triste pasar por la vida sin dejar una huella”.

En su peregrinar desde los 16 años comenzó con actividades de voluntariado con la ONG Techo y fue a construir mediaguas a sectores rurales de Vichuquen y Puerto Montt. A los 18 años, en las vacaciones de invierno del 2019, tras estar una semana en misión en Galvarino con la Juventud Femenina de Schoenstatt, se entera que el equipo Desafío Levantemos Chile realizaría una actividad denominada Vivencia de Invierno en Galvarino y les pide la oportunidad de participar, la cual se le concede. Tras esta experiencia, se integra al área de voluntariado participando activamente y llegando a ser nombrada líder regional de voluntariado a sus cortos 19 años. Comenzó con la ayuda en un campamento de Chivilcán y Padre Las Casas, luego con las comunidades rurales de Pumalal y Quintrilpe. Presentó proyectos de intervención de plazas los cuales fue difícil concretar por las restricciones de la pandemia y estaba gestionando internet celular para estudiantes rurales de Lautaro.

Entre otras actividades ayudaba de manera personalizada a niños a mejorar su rendimiento académico, participó en campañas de limpieza recogiendo la basura en Pillanlelbun, recolectaba juguetes para entregar regalos de navidad en sectores rurales. Sus vacaciones y tiempos libres los dedicaba a realizar actividades que estuvieran relacionadas con ayudar a otros.

Este verano 2021 tuvo una hermosa práctica de experiencia laboral en Industrias Glover.

Había iniciado su Pyme de aceites cosméticos y ayudó e incentivó a otros a emprender porque entendía que con un pequeño empujón podías ayudar a alguien a salir del círculo de la pobreza.

Extracto de una entrevista de una radio de Galvarino sobre el voluntariado

Cuéntennos ¿cómo va lo que están haciendo?

HA SIDO SUPER LINDA LA EXPERIENCIA DE PODER COMPARTIR CON LA GENTE, LA GENTE DEL SUR ES MUY CARIÑOSA, CON MUCHA COMIDA, HEMOS COMIDO HARTA SOPAIPILLA,  LA GENTE ES ACOGEDORA.

¿Qué mensaje les pueden entregar a los jóvenes? …¿Qué los llevó a ustedes a integrarse al voluntariado?

QUE DEJEN SU ZONA DE CONFORT DE LADO Y SE ATREVAN A INVOLUCRASE CON UN VOLUNTARIADO,  QUE SE ATREVAN A DECIR YO QUIERO IR PARA ALLA, PORQUE LA SATISFACCION QUE UNO SE LLEVA DESPUES DE ESTAS EXPERIENCIAS ES MUY GRATIFICANTE, UNO SE SIENTE CON  EL CORAZON LLENITO Y OJALA TODOS LOS JOVENES PUDIERAN VIVIR ESTO, PORQUE ES ALGO MUY LINDO.  ENTONCES LA INVITACION  A QUE SE MOTIVEN,  A QUE DEJEN EL “NO ES QUE TENGO COSAS QUE HACER; NO ES QUE NO PUEDO, NO ES QUE ESTO… Y QUE DIGAN “YO PUEDO;  YO SI QUIERO; YO QUIERO IR”.  PORQUE EN SERIO ES LO MEJOR QUE LES PUEDE PASAR.

“Nosotros como Padres siempre estuvimos ayudando en trasladarla a ella, a los voluntarios y a las cajas con ayuda en alimentos, vestuario y juguetes. Nos pedía los permisos para las actividades a las cuales la llevábamos, hasta ahí todo es normal en los Padres que apoyamos a los hijos, pero nunca fuimos dimensionando la huella que iba dejando en cada una de sus acciones y estamos seguros que ella abandonó este mundo sin darse cuenta de lo que hizo, solo se dedicó a entregar ayuda desinteresada esperando nada más que una sonrisa de regalo”, palabras de la mamá y papá de Anastasia.

TESTIMONIOS

“A comienzos del año 2019, se realizó una bienvenida para quienes se quisieran integrar a la Juventud Femenina en su rama de Universitarias. Desde ese día formamos un grupo de vida, con chicas de diferentes carreras que queríamos profundizar en la espiritualidad mariana que regala el Santuario de Schoenstatt, compartir  y estar al servicio de la comunidad a través de las diferentes actividades que se realizan. Algunas partimos ese mismo día y otras se fueron integrando en el camino, junto a nuestra dirigente que nos iba guiando en los encuentros que teníamos semanalmente o dos veces al mes. Así llegó nuestra querida Anastasia, que con cariño le decíamos Ani, ella estuvo presente en varias reuniones que tuvimos en el año, compartimos almuerzos y onces, donde nos íbamos conociendo, compartimos nuestra experiencia con Dios y la Mater. Ese año forjamos lazos de amistad, compañía, de querer caminar juntas, rezando una por la otra, acompañando en el sueño y desafío de cada una, todo junto a la Mater, ella iba transformando nuestros corazones y vidas. Al pasar el tiempo, nos comenzamos a preparar para sellar nuestra Alianza de amor con María y luego con varios sucesos la virtualidad nos permitió seguir en contacto. Como grupo de vida recordamos a la Ani como una chica muy servicial, con una búsqueda de Dios enorme, siempre dispuesta a servir al que más lo necesitaba, eso se pudo reflejar en las misiones de la Juventud Apostólica de Schoenstatt que realizamos las ramas de universitarias/os en la zona de Chol chol, donde pudimos ver su gran entrega de amor, de servicio hacia Dios y a los hermanos.  Apenas acabamos las misiones a la zona, llegó el Desafío Levantemos Chile que se preparaba para realizar trabajos voluntarios, donde la Ani en su incansable espíritu por ayudar y servir se sumó a este voluntariado para seguir aportando a la comunidad.

Estamos seguras que el amor que ponía en cada cosa que hacía, su testimonio y alegría que entregó a las personas, dejó una huella de vida. Nuestra Ani, siempre esforzada con sus estudios, preocupada de su familia y amigos, pensando siempre que podía hacer por otros, sobre todo lo que más necesitaban lo material y lo espiritual, tenía un amor profundo por Dios y por la Iglesia, siempre con una sonrisa y a pesar de todo siendo positiva ante las circunstancias de la vida.

Al recibir la noticia de su partida nos inunda la tristeza, no poder volver a reunirnos, compartir la simpleza de la vida y sobre todo de nuestra vida de grupo y amiga; pero oramos por ella, por su familia y todos/as que tuvieron el regalo de conocerla, anhelamos profundamente que ella sea testimonio para tantos jóvenes que hoy se entregan en el servicio por los más necesitados. Sabemos que está en el cielo junto Dios y la Mater, llevando muchos jóvenes al corazón de Cristo”, Grupo Universitarias – Juventud Femenina de Schoenstatt Temuco

Más Palabras de gratitud por Anastasia

–           Lo que destaco de la Ani, es sobre todo su perseverancia, era responsable en todo lo que realizó, era muy comprometida tanto en la Universidad, grupos o misiones.

–           También lo que puedo destacar era su ser de madurez, de entrega genuina con Dios siempre en la búsqueda de estar con él.

–           Su inquietud por luchar por la justicia social, recuerdo cuando la invité a un TDV de TECHO y volvió tan feliz de la experiencia, siguió participando. Pero no quedó ahí, siguió buscando donde entregar su vida por los apartados de la sociedad (en las periferias, como lo dice el papa Francisco), siendo una de esas instancias el voluntariado en Desafío Levantemos Chile.

–           Chica responsable, llena de sueños, que creía en un mundo más justo, siempre dispuesta a acompañar a quien lo necesitará, una conversación, un abrazo, ahora en la pandemia, una videollamada, una tremenda mujer, que a pesar de que la vida no fue fácil para ella, siempre supo enfrentar cada desafío de la mano del Señor, y jamás se olvidó del hermano/a. Siempre con una sonrisa, servicial y honesta. Me acuerdo cuando me contaba de su experiencia en catequesis con sus niños/as, cuánta motivación y amor entregaba en ese servicio y en cada uno que ofrecía en la diócesis. 

–           Su inquietud constante de buscar al Señor, no dudaba en consultar, buscar respuestas, a distintas personas, en distintas instancias, siempre busco seguir conociendo al Señor.

–           Cuando llegó a comenzar su catequesis de confirmación, no tomó mucho tiempo en notarse su linda personalidad: alegre, participativa, recuerdo que cuando a veces no entendía algo su forma de decir ¿pero cómo..?  y siempre que nosotros hablábamos sobre qué hacer después del sacramento era de las más motivadas con seguir haciendo cosas. Un compromiso total en todo lo que le llamaba la atención y con su familia detrás siempre dándole apoyo.

–           Después de la confirmación fue casi la única que perseveró por lo que le ofrecimos ser catequista, le encantó la idea y entregó todo lo que tenía al grupo.

–           Cuando logramos formar una pastoral en la parroquia recuerdo que a todos les nació el sueño de ir a la JMJ Panamá pero por diferentes motivos, ella para variar fue la única que perseveró y logró esa meta.

–           El tiempo que compartí con ella fue muy agradable, ella contagiaba un ambiente, siempre andaba con una sonrisa y trataba de hacer lo mejor para todos, recuerdo que para el retiro y durante el periodo que me formé para mí confirmación, ella hizo lo mejor para que entendiéramos los temas y la pasáramos bien, hizo que el retiro fuera muy especial y se preocupó de nosotros para que tuviéramos una linda experiencia. Siempre tenía historias que contar ya sea que le hayan pasado a ella o algún conocido. Realmente agradezco su luz y la alegría que entregaba.

–           La Ani, una persona realmente comprometida con el otro, dispuesta a gastar y desgastar su vida por el prójimo a cambio de su sonrisa. Estoy segura que el amor y alegría que entregó a las personas cambió sus vidas.

                                                   DESCANSA EN PAZ QUERIDA ANASTASIA

 Fotografías autorizadas por su familia para esta publicación

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