Diócesis de Temuco

Carta del Arzobispo de Santiago

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Para ser leída en todas las celebraciones litúrgicas del sábado 27 y del domingo 28 de julio de 2013.

Ante el agravio sufrido por la Iglesia Catedral y la petición de oración penitencial por estos hechos, ofrecemos estos textos para ser ocupados en las celebraciones eucarísticas del próximo domingo 28, incluida la vespertina del sábado 27. También podrán ser utilizadas desde hoy viernes 26 hasta el martes 30 de julio.
Carta a todos los fieles católicos de la Iglesia de Santiago

Hermanos y hermanas en el Señor,

Les escribo antes que termine el día de la festividad de Santiago Apóstol, Patrono de nuestra Arquidiócesis y de la ciudad de Santiago. Lo hago con dolor y al mismo tiempo con serenidad y el corazón en paz.

Esta tarde la hermosa celebración eucarística de la Catedral Metropolitana, ha sido violentamente perturbada por un grupo de anárquicos que irrumpieron en el templo gritando consignas contra la vida y a favor del aborto. Por más de veinte minutos intentaron interrumpir la celebración, la que, a pesar de todo, gracias a la entereza de los fieles pudo llegar hasta el final. La intolerancia de los fanáticos y su violenta irracionalidad ha sido una grave ofensa a Dios y a toda la comunidad de los creyentes en Cristo, ha dejado huellas dolorosas en agresiones y maltrato a varias personas y en la destrucción y daño al patrimonio artístico religioso del principal templo del país. Frente a lo ocurrido:

– Invito a todos los fieles católicos a invocar humildemente el perdón de Dios por las ofensas de esos fanáticos. Una vez más, la violencia es la razón de quienes no saben usar la razón. Con Jesús en la Cruz pedimos: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen”.

– Recuerdo que impedir la celebración de la Santa Misa y profanar un lugar sagrado son hechos que revisten una especial gravedad, por la intolerancia que suponen y por el agravio a la libertad religiosa y de culto. Esta garantía, derecho fundamental de toda persona humana, está reconocida tanto en nuestra Constitución Política como en todos los instrumentos internacionales ratificados por nuestro país.

– Como un acto de reparación y para tomar conciencia de lo ocurrido el Templo Catedral permanecerá cerrado desde esta noche y hasta el miércoles 31 de julio. A las 12:30 horas de ese día tendrá lugar una celebración de desagravio, a la cual convoco a todos los feligreses de la Iglesia de Santiago.

– Decreto que en las celebraciones eucarísticas de este sábado y domingo, en cada comunidad se ore por la Iglesia, por la cordura y la paz de todos los chilenos y, de manera especial, para que se destierre de entre nosotros toda intolerancia, odio y violencia.

– Finalmente, no puedo callar mi desconcierto y desazón frente a quienes tienen la grave responsabilidad y obligación de garantizar la libertad y la seguridad de todas las personas. La Catedral Metropolitana es un lugar abierto al público, declarado Monumento Nacional, donde cada día acuden centenares de ciudadanos, que en estos últimos tiempos se han visto amenazados por la instalación de bombas y por otras agresiones. Esperamos a futuro gozar del resguardo preventivo al cual tenemos derecho.

Con la bendición del Señor, los saludo con afecto fraterno y les deseo días de paz y prosperidad.

Su Padre y Obispo,

+ Ricardo Ezzatti Andrello
Arzobispo de Santiago

Petición para ser incluida en la oración de los fieles

Por quienes hacen de la violencia un miedo para lograr sus fines, apacigua su corazón y abre su mente al diálogo.

Roguemos al Señor.

Ó bien

Padre te pedimos que regales conversión y luz en sus mentes y corazones a las personas que dañaron la Iglesia Catedral.

Te pedimos que experimenten tu amor y misericordia,
para que opten por la vida, el diálogo y el respeto.
Y que en la verdad podamos construir un país más justo y fraterno.

Para ser rezada después de la bendición final 

Padre Santo:
Tú que asocias a tu Iglesia a la pasión de tu hijo,
perdona a quienes han ofendido a tu pueblo
y por tu acción apacigua la mente y el corazón del soberbio,
y concédenos vivir el mandamiento del amor para siempre, y así devolver bien por mal.

Por Jesucristo nuestro Señor
Amén.