Diócesis de Temuco

Descentralización, un desafío pendiente en La Araucanía y el país


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 Fue el tema que abordó este año las tradicionales Semanas Sociales que realizó el Obispado de Temuco, a través de la Vicaría de Acción Social del Obispado de Temuco, el pasado 3 de septiembre, en dependencias del céntrico Hotel Frontera, que congregó a 230 asistentes provenientes de toda la Diócesis y establecimientos educacionales.

[dropcap]E[/dropcap]sta actividad, se enmarca en el compromiso con la sociedad civil e instituciones del Estado, como una instancia de reflexión en temas de contingencia e interés común, acompañando el diálogo sincero entre distintos actores, desde sus diferentes experiencias y miradas, en esta oportunidad, fue un espacio para avanzar hacia una región descentralizada, compartiendo logros y desafíos pendientes.

Monseñor Héctor Vargas Bastidas, obispo de Temuco, entregó las palabras de bienvenidas, refiriéndose de lo oportuno y contingente del tema, a lo cual señaló: “La agenda descentralizadora es una prioridad no sólo para las regiones, sino que de ella depende el desarrollo integral  del país, como Iglesia somos un sistema descentralizado y debido al contacto que tenemos con las distintas comunidades, nos damos cuenta que la centralización y la iniquidad que ello conlleva, nos ahoga cada día más (…) Este es un tema muy importante, a veces estamos tan involucrados en el día a día que si no estamos atentos, de repente podemos ir marginándonos sin querer, debemos involucrarnos y aquí hay mucho por hacer”.

La jornada continuó con las exposiciones de Rodrigo Márquez, del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y Heinrich Von Baer; Presidente Chile Descentralizado. Además, desde una mirada del mundo político y social, fueron los comentarios emitidos por Francisco Huenchumilla, Ex Intendente de la Región de La Araucanía y Patricio Segura, de la Corporación Privada para el Desarrollo de Aysén.

Tras las intervenciones, los asistentes formularon sus inquietudes, provocando un interesante dialogo con los expositores y comentaristas.

Al concluir, el Padre Juan González, Vicario de Pastoral Social, brindó sus palabras de agradecimiento a dicho Seminario,  “Una muy buena actividad, con una excelente participación y de los expositores, con una destacada claridad sobre los temas tratados; es muy importante que el mensaje llegue al común de las personas, este tema de la descentralización, porque creo que en la medida en que las personas se den cuenta de esto y tomen conciencia, es un paso para contribuir a que la descentralización sea una realidad; así que es un llamado a que todos nos involucremos”. 

Mario Rivas, Director Departamento de Acción Social del Obispado de Temuco, manifestó su parecer, expresando: “Poco a poco el tema de la descentralización va ir tomando más fuerza, quedamos impresionados por la convocatoria y eso tiene mucho que ver con el perfil que tiene el Obispo en los temas sociales y su compromiso que tiene la Iglesia con algunos temas.

El tema no era fácil, hoy el poder lo tiene Santiago, en el caso del Estado y muchas empresas, esto no da más. Todo lo que se saca de una región, todos los impuestos van para Santiago, una ciudad saturada (…), me faltó colocar la bandera de Deportes Temuco, con nuestra identidad y esperamos que este proceso continúe, no es fácil, es de largo alcance.

Se nos abre una brecha interesante en el tema descentralización, si estamos creciendo en tantos ámbitos como región no tenemos por qué depender del Poder Central. Un tema bastante aterrizado, todo esto parte como un proceso, la Iglesia Diocesana ha tenido obispos muy relacionados con el Area Social, con estilos y formas diferentes, pero aquí siempre ha estado prendida la velita de generar una pastoral social con capacidades, no solamente de denuncia sino también de anuncio y por eso creo que hay instancias del Area Social de la Iglesia que tiene como una trascendencia o de alguna manera son instancias donde la gente busca respuestas.

El DAS hoy en día está en esto, hay dos caminos a seguir, el mejorar la autoestima de los actores locales a través de proyectos de programas en  distintos sectores de la Región (Traiguén, Lumaco, Freire, etc.) con metodologías participativas y los poderes fácticos y es una preocupación, hoy en día el centralismo es un gran provocador de pobreza, las oportunidades quedan en Santiago y por eso la gente emigra.

En ese sentido, al decir que la centralización provoca pobreza, es porque cada vez hay menos posibilidades de oportunidades en los territorios que están ajenos al Poder Central”.

Reseña históricas de las Semanas Sociales

La realización de las Semanas Sociales surge como uno de los tantos frutos de la encíclica Rerum Novarum, del Papa León XIII. Así como en Alemania este documento motivó la creación de los llamados Cursos Sociales, en 1904, en Francia llevó a Henry Lorin y a un grupo de colaboradores a implementar las primeras Semanas Sociales, concebidas como una suerte de “universidades ambulantes”, cuyo objetivo era promover el estudio, la reflexión y la puesta en práctica de los principios de la Doctrina Social de la Iglesia, promoviendo el compromiso social de cristianos y cristianas. Siguiendo el modelo francés, en los siguientes años comenzaron a realizarse las Semanas Sociales en España, Holanda y Austria (1906), Italia y Polonia (1907), en Bélgica (1908), Lituania y México (1909), en Suiza (1910) y, posteriormente en diversos países de América Latina.

El aprecio de la Iglesia hacia esta iniciativa, queda bien reflejado en las palabras de saludo de Juan Pablo II a los participantes de la LXXIV Semana Social de Francia, del año 1999: “Las diferentes Semanas sociales han sido encuentros notables que han contribuido a numerosas transformaciones en la vida pública, y constituyen una hermosa página de la historia del catolicismo social….Han estimulado a numerosos fieles que, mediante su compromiso, han querido vivir los principios en los que se basa la Doctrina Social de la Iglesia.”

En Chile, las Semanas Sociales adquirieron especial relevancia durante el régimen militar, constituyéndose en uno de los pocos espacios que permitieron el diálogo para reflexionar en torno a la realidad sociopolítica y económica y buscar alternativas para el restablecimiento del Estado de Derecho y el respeto a la dignidad de las personas. A manera de ejemplo, podemos recordar las VIII Semana Social de 1979 “Nuestra Convivencia Nacional” y la XII Semana Social de 1984 “Hacer País”.

Más recientemente, los obispos de la Conferencia Episcopal de Chile acordaron estimular las Semanas Sociales diocesanas, de este modo, un número creciente de diócesis ha venido realizando una profundización en diversos temas relevantes para el desarrollo de las regiones y el país, a la luz de la Doctrina Social de la Iglesia.

Se trata por tanto, que estas Semanas Sociales convoquen a diversos actores sociales y, ayuden a generar una mirada compartida y esperanzadora, creando espacios de reflexión en torno a temas esenciales del desarrollo de nuestras regiones y del país, para identificar los desafíos de fondo que enfrentamos, así como los grandes sueños y proyectos compartidos, para motivar, finalmente, el compromiso de los participantes con la construcción de un Chile más inclusivo, que otorgue iguales oportunidades de desarrollo a todos sus habitantes.

En las dos últimas Semanas Sociales de nuestra diócesis, hemos abordado el tema del “Agua como derecho, don y corresponsabilidad el año  2014. El derecho humano al agua es indispensable para vivir dignamente y condición previa para la realización de otros derechos. El año 2015, nuestro  tema fue la “Interculturalidad”, los desafíos de la convivencia intercultural en nuestra región de La Araucanía.

Fotografías: Alvaro Fabián Sepúlveda Rivas, Fundación Instituto Indígena

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