Diócesis de Temuco

Monseñor Vargas ordenó a 23 NUEVOS DIÁCONOS (Video)

La Diócesis San José de Temuco, celebró la Ordenación Diaconal de 23 hermanos, el sábado 14 de Agosto de 2021, Año dedicado a San José, patrono de la Diócesis, siendo una de las ordenaciones más numerosas registradas, marcando un acontecimiento histórico no solo en nuestra Iglesia Diocesana, sino en nuestro país.

Previo a la celebración, se realizó la Profesión de Fe, Juramento de Fidelidad y Bendición de Ornamentos, luego, comenzó la Eucaristía, donde la Iglesia Diocesana, expresó su gratitud de forma especial, “Por el regalo vocacional de un grupo de hermanos, provenientes de diversas parroquias de nuestra diócesis, quienes después de años de formación, reciben la ordenación diaconal, mediante la imposición de manos de nuestro Obispo Diocesano. Esta celebración marca un hito, no solo en nuestra Iglesia Diocesana, sino en nuestro país, al tratarse de 23 hermanos, siendo una de las ordenaciones más numerosas registradas. Además, a casi 50 años, desde la primera Ordenación Diaconal en nuestra Diócesis, de los Diáconos Pedro Lucero y Juan Iturriaga, presidida por Monseñor Bernardino Piñera”.

Tras la Liturgia de la Palabra, la lectura del Santo Evangelio, que estuvo a cargo del diácono Héctor Gómez, se realizó la Liturgia de la Ordenación, donde el Presbítero Patricio Trujillo Valdebenito, Director de la Escuela de Diáconos de nuestra Diócesis, presentó a los candidatos.  Posteriormente, el Obispo entregó su homilía, señalando: “El Santo Padre nos exhorta a anunciar una nueva forma de vida, que por estar basada en la fraternidad y en la amistad social, tenga sabor a Evangelio. Implica cultivar un corazón sin confines, sin fronteras, más allá de la nacionalidad, color, religión y procedencia Una fraternidad capaz de hacer renacer entre todos un deseo mundial de hermandad, donde cada uno aporta la riqueza de su diversidad. Y justamente porque nadie puede sostener o pelear la vida aisladamente, soñemos una humanidad hecha de una misma carne, inspirada en San Francisco que sembró la paz en todas partes y caminó cerca de los pobres, abandonados, enfermos, descartados, los últimos. Sin duda que siempre hay quienes trabajan en este sentido, pero inspirado en San Francisco, se nos pide hacerlo desde tres actitudes: el amor fraterno, la sencillez y la alegría”.

Planteó que: “Es en este sentido que el Papa nos presenta aquí la Parábola del Buen Samaritano como un ícono iluminador, capaz de poner de manifiesto la opción de fondo que necesitamos tomar para reconstruir este mundo que nos duele. Ante tanto dolor, ante tanta herida, la única salida es ser como el buen samaritano. Toda otra opción termina o bien al lado de los salteadores o bien al lado de los que pasan de largo, sin compadecerse del dolor del hombre herido en el camino. La parábola nos muestra con qué iniciativas se puede rehacer una comunidad a partir de hombres y mujeres que hacen propia la fragilidad de los demás, que no dejan que se erija una sociedad de exclusión, sino que se hacen prójimos, levantan y rehabilitan al caído para que el bien sea común. Al mismo tiempo, la parábola nos advierte sobre ciertas actitudes de personas que sólo se miran a sí mismas y no se hacen cargo de las exigencias ineludibles de la realidad humana”.

Agregó que: “Por tanto no debemos olvidar que la vida es el arte del encuentro, aunque en ella haya tanto desencuentro. Es por esto, insiste el Papa, en reiteradas ocasiones he invitado a desarrollar una cultura del encuentro, que vaya más allá de las dialécticas que enfrentan. Porque de todos se puede aprender algo, nadie es inservible, nadie es prescindible. Esto implica incluir a las periferias. Quien está en ellas tiene otro punto de vista, ve aspectos de la realidad que no se reconocen desde los centros de poder, donde se toman las decisiones más definitorias”.

Afirmó que lo primero es el amor, lo que nunca debe estar en riesgo es el amor, el mayor peligro es no amar, “El amor al otro por el solo hecho de ser quien es, nos mueve a buscar lo mejor para su vida. Sólo en el cultivo de esta forma de relacionarnos haremos posible la amistad social que no excluye a nadie y la fraternidad abierta a todos. Jesús nos decía: «Todos ustedes son hermanos» (Mt 23,8). Así cuando el servicio está contaminado por otros intereses mezquinos, la palabra “prójimo” pierde todo significado, y el otro se transforma solo en una especie de socio, porque de algún modo me reporta beneficios”.

Concluyó sus palabras, diciendo que: “La Iglesia por tanto, tiene un papel público que no se agota en sus actividades de asistencia y educación, sino que procura la promoción del hombre y la fraternidad universal. No pretende disputar poderes terrenos, sino ofrecerse como un hogar entre los hogares, para testimoniar al mundo actual la fe, la esperanza y el amor al Señor y a aquellos que Él ama con predilección. La Iglesia es una casa con las puertas abiertas, porque es madre. Y como María, la Madre de Jesús, queremos ser una Iglesia que sirve, que sale de casa, que sale de sus templos, que sale de sus sacristías, para acompañar la vida, sostener la esperanza, ser signo de unidad para tender puentes, romper muros, sembrar reconciliación”.

Tras el examen de los elegidos, se efectuó el momento más importante y significativo, que por la imposición de manos y por la oración consagratoria, de nuestro Obispo Diocesano, fueron ordenados e incorporados al orden de los Diáconos.

Los Nuevos Diáconos de la Diócesis San José de Temuco, que fueron ordenados son:

Decanato de Angol:

Marcelino del Carmen Belauzarán Leal, de la Parroquia Inmaculada Concepción, Angol

Luis Enrique Obreque Vivanco, de la Parroquia Cristo Rey, Angol

Juan Luis Fonseca Seguel, de la Parroquia San Juan Bautista, Huequén

Roberto de Jesús Jaque Hidalgo, de la Parroquia San Luis Gonzaga, Collipulli

Francisco Miguel Rifo Rodríguez, de la Parroquia San Enrique, Purén

Lorenzo del Carmen San Martín Fuentes, de la Parroquia San Juan Bautista, Huequén

Joaquín Antonio Arriagada Stuardo, de la Parroquia Los Santos Ángeles Custodios, Los Sauces

Decanato de Victoria:

José Eduardo Basly Erices, de la Parroquia La Merced, Victoria

Jaime Roberto Agurto Leal, de la Parroquia Sagrado Corazón, Traiguén

Manuel Adolfo Cáceres Setien, de la Parroquia Sagrado Corazón, Victoria

Pedro Rudy Celis Villalobos, de la Parroquia San Sebastián, Lonquimay

Decanato de Imperial:

Manuel Cifuentes Labrín, San Miguel, Imperial

Decanato de Temuco Norte:

Sergio Ricardo Mella Medina, de la Parroquia Perpetuo Socorro,  Temuco

Pedro Antonio Vega Bustos, de la Parroquia Perpetuo Socorro,  Temuco

Leonardo Javier Hernández Zapata, de la Parroquia Perpetuo Socorro,  Temuco

Manuel Arturo Soto Ubilla, de la Parroquia Perpetuo Socorro, Temuco

Luis Cortes Valladares, de la Parroquia Jesús Obrero,  Temuco

Luis Alberto Muñoz Villar, de la Parroquia Jesús Obrero,  Temuco

Decanato de Temuco Sur:

Andrés Miguel Duarte Catalán, de la Parroquia Santiago Apóstol,  Temuco

Dorian Cánovas Mellado, de la Parroquia La Anunciación del Señor, Temuco

Juan Gerardo Ross Contreras, de la Parroquia La Anunciación del Señor, Temuco

José Neftalí Carrasco Rojas, de la Parroquia Santiago Apóstol,  Temuco

Heriberto de la Cruz Vilches Jara, de la  Parroquia Santiago Apóstol, Temuco

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