Don Víctor Hugo Arellano, el miércoles 16 de junio, celebró sus 25 años de servicio diaconal, ordenado por monseñor Sergio Conteras Navia, señala este caminar de entrega y amor a la Iglesia.
“El día Miércoles 16 de Junio, tuve la gracia de celebrar 25 años como diácono permanente de mi Iglesia Católica, adscrito a la Parroquia Corazón de Jesús de Lautaro de nuestra Diócesis San José de Temuco. Doy gracias a Dios por este inmenso regalo, que Él puso en mis manos y que he podido realizar en beneficio de mis hermanos, especialmente de las parroquias Sagrado Corazón de Jesús y Nuestra Señora del Carmen de Ultracautín acá en la comuna de Lautaro. Han sido 25 años hermosos con harto sacrificio, también con dificultades, pero en general con muchas bendiciones de parte de mi Padre Dios Todopoderoso. No tengo pergaminos ni nada que en forma personal puedan haberme posibilitado este regalo, es sólo por la gracia de Dios y como un servidor. Doy gracias a mis formadores, a mis hermanos diáconos que estuvieron en mi preparación, en la Escuela de Diáconos en su oportunidad. No puedo olvidar y no olvidaré nunca a Monseñor Sergio Contreras, quien fue el que presidió la ceremonia de Ordenación, la Santa Eucaristía en que fui ordenado Diácono. Y a mi familia, especialmente a mi esposa que yo siempre reconozco, que es el 90% de mi diaconado, Marta Nancy Bustos Soto es mi compañera, es mi hermana en Cristo, es quien camina conmigo y con quien hemos vivido este diaconado. A mi familia, a mis hijos Víctor Hugo, Felipe Alejandro, María Fernanda y Francisco Javier, que siempre me han apoyado, han respetado todo este trabajo y sobre todo el tener que compartirlos con mi Iglesia. En fin, todo este hermoso caminar es gracias al amor que Dios me tiene y tal como lo dije el día que me ordené, siempre voy a estar al servicio de mis hermanos que lo requieran; en el bautismo, en el matrimonio, en la oración a los enfermos, en las bendiciones, en los responsos, en fin, en todo lo que ellos necesiten. Siento y soy un servidor de Dios en esta nuestra Iglesia de Temuco, específicamente aquí en Lautaro y trabajando para la misión, trabajando para la evangelización, para que tengamos una Iglesia en salida. Finalmente, agradezco a mi actual párroco, a mi amigo y hermano en Cristo, el padre René Riquelme, quien siempre me ha apoyado en este caminar y ahora con mayor razón que estamos trabajando juntos porque es mi párroco, acá en la parroquia Sagrado Corazón de Jesús de Lautaro. A todos, muchas bendiciones, que Dios traiga para cada uno prosperidad, salud y mucho amor”.
Al respecto, el padre René Riquelme, Párroco de Sagrado Corazón de Jesús de Lautaro, expresa su sentir por esta bendición diaconal de don Víctor Hugo, “Quisiera manifestar mi tremenda alegría y gratitud por los 25 años de ministerio diaconal de nuestro diácono permanente de la parroquia Sagrado Corazón de Jesús de Lautaro, Don Víctor Hugo Arellano Saravia. Hemos celebrado con mucho cariño cumpliendo las normas sanitarias y la comunidad ha seguido en estos días, invitándole y acompañándole en esta fiesta que no solamente es de él sino que también es de la familia de sangre de Don Víctor Hugo, de la parroquia, de nuestra Diócesis, por qué no decir de toda la Iglesia. Es un hombre muy querido, es un hombre muy respetado aquí en la comuna de Lautaro y así se ha visto reflejado en las muestras de cariño a través de saludos y algunos detalles, de presentes que él ha recibido merecidamente. Así es que también agradezco la posibilidad que me dan de saludarlo para que los demás hermanos y hermanas de nuestra Diócesis, puedan orar también por Víctor Hugo, yo he dicho que la Iglesia está en un momento de renovación y por lo tanto también cada uno de nuestros ministerios, que ojalá él también se renueve en ese deseo de servir al Señor Jesús en la diaconía. Y el Señor entonces retribuya la generosidad de Don Víctor Hugo y la de su familia y que a través de su testimonio puedan otros hombres, también sentir esa llamada del Señor para el diaconado permanente, particularmente en nuestra parroquia del Sagrado Corazón aquí en Lautaro. Que Dios me los cuide, que Dios me los bendiga”.