Los Sacerdotes Marcos Uribe Gutiérrez y Anselmo Leonelli Venturelli, el 22 de septiembre festejaron sus 60 años de vida sacerdotal.
El Padre Marcos Uribe Gutiérrez, nació en Temuco el 26 de Julio de 1933, muy pequeño, su familia se va a Nehuentúe, donde él cursa sus primeros estudios. Siendo aún muy joven, casi un niño, a los 11 años entra al Seminario de Concepción, es ordenado sacerdote el 22 de Septiembre de 1956 a los 23 años, por Monseñor Alejandro Menchaca Lira, Obispo de Temuco.
A poco tiempo de ser ordenado, viaja a Roma a realizar diversos estudios de Especialización.
El 13 de Abril de 1973 es designado Párroco de la Parroquia El Sagrario, cargo que desempeña por 32 años hasta Abril del 2005.
Es importante destacar que durante la permanencia en la Parroquia El Sagrario creó las Capillas Aldunate Sur; La Esperanza; el Santuario de Lourdes y las comunidades de La Providencia y Villa Olímpica. 40 años profesor en el Liceo Pablo Neruda, y 27 años profesor en la Universidad Católica, Universidad de la Frontera; Carabineros de Chile y tal vez lo más relevante, lo que significa su labor como profesor y formador de los futuros sacerdotes, en el Seminario Mayor San Fidel de San José de la Mariquina; toda una intensa actividad espiritual que ha beneficiado a las distintas comunidades, además gracias a su predilección por la música, hemos podido disfrutar durante 41 años del Coro Catedral.
Por otra parte ha desempeñado el cargo de Secretario Canciller del Obispado de Temuco, sirviendo como tal a los Obispos Monseñor Alejandro Menchaca Lira, Monseñor Bernardino Piñera, Monseñor Sergio Contreras Navia y Monseñor Manuel Camilo Vial.
El querido padre Marcos, celebró esta Acción de Gracias en la Capilla del Hogar de Ancianos Nuestra Señora del Carmen, donde fue acompañado de Obispos, sus hermanos sacerdotes, familiares y amigos.
“Con la voluntad de Dios, me siento profundamente feliz con lo que he hecho y con lo que el Señor me depara para el tiempo futuro. Estos 60 años han pasado volando como pasan todas las cosas, uno no se da cuenta de los cambios que se van produciendo en el Mundo, en Chile, en la Iglesia. Yo tomé conciencia desde que entré al Seminario que formaba parte de una Iglesia en la cual me estaba preparando y formando; me daba cuenta también que estaba en un país que tenía dificultades y problemas, terremotos y después un país que crecía lentamente y que para movilizarse había que andar en tren no más que era muy lento, que para ir a Santiago había que ocupar un día entero; después fueron apareciendo los caminos, aparecieron los buses, aparecieron otras movilizaciones, el avión….y uno se da cuenta que uno no cambia, pero el entorno va cambiando y van haciéndose mucho más fáciles las cosas.
(…) Yo he crecido con Temuco y he crecido con las generaciones que me ha tocado ver, he sido durante 50 años profesor en el Liceo, en la Universidad, en otros colegios también, eso significa ir cambiando de generación e incorporando a mucha gente a la vida concreta, eso significa conocer a muchos chiquillos, chiquillas, después casar a muchos de ellos, bautizar sus hijos, estar muy cerca de ellos en la vida y en la muerte; todo eso ha sido una cosa muy simpática, muy agradable de poder acompañar y estar cerca de las personas con las que uno ha trabajado toda la vida (…)Durante estos 60 años he compartido con muchos sacerdotes acá en la Diócesis y he trabajado mucho por las vocaciones sacerdotales y por los seminaristas, ha sido un campo muy cercano, con el cual he trabajado muy conforme y en este momento le doy gracias a Dios por haberme hecho sacerdote y haber participado con el clero de la Diócesis en todas las actividades pastorales y deseo que el Señor bendiga con muchas vocaciones a los años siguientes para que entren a reemplazar a los que vamos quedando ya rezagados”.
Durante la jornada del 22 de septiembre
A las 20 horas, el Padre Anselmo Leonelli, celebró sus 60 años de vida sacerdotal, con una Misa en la capilla San Francisco Javier de la parroquia Jesús Obrero.
“Quiero agradecerles que estén concelebrando conmigo esta Eucaristía que celebro para agradecer al Señor que me haya llamado al ministerio sacerdotal y que me haya protegido durante estos sesenta años(…)Mi experiencia la resumo de la siguiente manera, el Señor nos pide dar un paso, hay que darlo si queremos seguirlo, pero eso significa que hay cosas que quedan en el pasado y hay que dejarlas en el pasado, y hay cosas que vivir en el hoy que Cristo nos presenta y nos pide vivirlo intensamente, con mirada de futuro.
Quiero agradecerles la acogida que me han dado en la parroquia Jesús Obrero y en las comunidades y, por qué no decirlo, en el plano personal de cada uno, de ustedes.
Agradezco especialmente al obispo Camilo, porque me ayudó a presentar mi solicitud al Vaticano, al padre Luis Acuña, que supervisó mi experiencia pastoral durante meses, al padre Christian que me recibió como vicario en su parroquia y ahora el padre Patricio, que tiene la paciencia de soportar a un viejo que aún cree que es capaz de hacer algo. Creo que para muchos de ustedes no ha sido fácil aceptar este cura aparecido de cualquier parte, pero lo han hecho. Los felicito y les agradezco.
El Señor me ha hecho conocer las diferentes experiencias de Iglesia de América Latina y luego nos ha juntado, me ha hecho experimentar diferentes situaciones, preparándome para esta última etapa de mi vida.
Vivámosla juntos y coloquemos nuestros defectos y nuestras cualidades al servicio de los planes del Señor. Miremos el hoy que estamos viviendo, sin descuidar el mañana sino que edificando la sociedad y la Iglesia que vivirán nuestros hijos y nuestros nietos.
Gracias por su cariño, por aceptarme con mis defectos y cualidades. Emprendamos juntos el trozo del camino que nos queda por recorrer.”
El Obispo de la Diócesis San José de Temuco, monseñor Héctor Vargas Bastidas, acompañó a estos queridos sacerdotes y les agradeció toda su labor pastoral y junto a toda la comunidad se unieron en oración para bendecirlos.