El Vicario Pastoral de la Arquidiócesis de Concepción, el Padre Mauricio Aguayo, repasa la experiencia que tuvo al acompañar el peregrinaje de la Virgen del Carmen Misionera por la Capital de la Región del Bío-Bío.
La Virgen del Carmen Misionera continúa su peregrinaje por Chile. En todo este trayecto, ha visitado las principales ciudades de las regiones de Los Lagos, La Araucanía, Bío-Bío y El Maule, donde ha sido acompañada por miles de fieles.
Una de sus estaciones más destacadas, fue la Arquidiócesis de Concepción, donde estuvo entre el 5 y el 19 de julio. El encargado de acompañarla en esa oportunidad, fue el Vicario Pastoral, el padre Mauricio Aguayo, quien entrega su testimonio de lo que fue la visita.
“La peregrinación de la Virgen del Carmen Misionera es una iniciativa excelente, que ha movido a los fieles a intensificar la oración, en el encuentro cercano con la Madre de Dios, rogando por la vida. Así, con María Virgen, todo el pueblo cristiano aprende a cuidar la Vida, en especial de los más débiles, y a rogar por todos quienes necesitan de la presencia de Dios”, comenta.
Las dos semanas que la Virgen estuvo en Concepción, el Vicario Pastoral las cataloga como “Una experiencia muy bonita. Pudo recorrer casi toda la extensión de la Arquidiócesis, generando a su paso gran devoción del pueblo de Dios. Creo que hemos podido responder al desafío de orar por la Vida, aprendiendo a desarrollar una actitud más vigilante por los más necesitados ante el Señor”.
El Padre Mauricio Aguayo tiene gratos recuerdos de lo que fue una verdadera fiesta para la comunidad. “Lo que más me gustó fue el manifiesto deseo de orar el Santo Rosario por la Vida de parte de tantos fieles y el cariño espontáneo que brota en todos los que se acercaron a la imagen de la Virgen del Carmen Misionera, que involucró no solo a los laicos, sino también a Sacerdotes y Consagrados”, comenta.
La imagen continuará su recorrido por Talca, San Bernardo, Iquique, Copiapó, La Serena, Punta Arenas, Ancud, Valdivia y Melipilla, entre otras ciudades. Por eso, el Padre Aguayo las llama a que “Aprovechen esta hermosa oportunidad que nos da Dios de acercarnos a la Madre de Cristo. Con ella, el pueblo de Dios aprende a cuidar la vida, ya que así como ella nos cuida por encargo de su propio hijo Jesucristo, nos invita a cuidar a los demás, en especial a los más indefensos”.
Fuente: Jorge Velasco.
Fecha: 11-08-2015.