“Acoger al otro exige un compromiso concreto, una cadena de ayuda y de generosidad, una atención vigilante y comprensiva, la gestión responsable de nuevas y complejas situaciones que, en ocasiones, se añaden a los numerosos problemas ya existentes, así como a unos recursos que siempre son limitados”, son palabras de SS Francisco en su mensaje de este año para la celebración de la 51 Jornada Mundial de la Paz Migrantes y refugiados: hombres y mujeres que buscan la paz.
Fue así, que la Diócesis San José de Temuco celebró el día nacional del migrante, instancia donde se les agradeció por toda la entrega en nuestra patria y ser fiel testimonio del esfuerzo y esperanza.
En el Templo Catedral de la capital regional de La Araucanía, la Eucaristía fue presidida por el padre Rodrigo Aguilar, Director de la Pastoral de Migrantes de la Diócesis, quien tras entregar los saludos de Monseñor Héctor Vargas Bastidas, señaló que “ Esta Celebración del Día Nacional del Migrante, coincide con el Mes de la Patria; estamos iniciando este hermoso mes y quiero valerme, en primer lugar, de esta idea para entender tal vez y comprender, lo que significa lo que estamos celebrando. La Iglesia es una gran comunidad que nos tiene que siempre reunir, la Iglesia jamás puede dividirnos, porque la Iglesia está congregada por Jesucristo y cuando Jesucristo congrega, lo escuchamos y leemos de la Palabra de Dios, El congrega a todos, El nos invita a todos y con Israel en el Antiguo Testamento, con la comunidad de los Apóstoles, la comunidad cristiana después de la Resurrección de Jesús y su Ascensión, fue de alguna manera, construyendo una comunidad de unidad, una común unión, en la cual no hubo solamente, momentos buenos, sino también hubo dificultades, momentos de tensión, momentos incluso de rechazo al proyecto de Dios y entonces eso es lo que también a nosotros como Iglesia nos tiene que hacer siempre reflexionar”.
Agregó “Estar reunidos en torno a la fe, en torno al Señor, tiene que ver con nuestra propia humanidad, que no la podemos dejar fuera del templo, que no la podemos dejar fuera de nuestras oraciones, si no por lo que somos y tenemos, con nuestros aciertos, nuestras ventajas, nuestras virtudes, nuestros anhelos y nuestras esperanzas, nos acercamos al Señor y nos acercamos para experimentar su misericordia, para experimentar su amor y sobre todo, experimentar como Dios nos va eligiendo, para que nosotros también podamos proteger, podamos acoger, podamos promover y podamos integrar, no solamente a nuestros hermanos extranjeros, sino también promover, proteger y cuidar nuestra propia vida cristiana, nuestra propia experiencia de Dios (…) En la actualidad, en la diversidad de nuestras culturas, en la multiculturalidad de los que vienen llegando de otros países y otros lugares, hoy día nosotros también estamos invitados a acoger, estamos invitados a integrar, estamos invitados a proteger y a promover una cultura multifacética, una multiculturalidad y no solamente el deseo mezquino y orgulloso de ser nosotros mismos, mirarnos el ombligo y pretender que estamos solos en medio de este mundo. Creo que hoy día la experiencia del pueblo de Israel en el Antiguo Testamento, es una gran invitación para cada uno de nosotros, para no solamente mirarnos como algo exclusivo de Dios, sino mirarnos desde la integración, derribando muchas veces los prejuicios, derribando muchas veces aquellas imágenes que se nos generan frente a lo extranjero, frente al que viene de afuera, porque a veces nos prejuiciamos tanto del que viene, pero a veces también, recibimos mucho aporte y mucho beneficio de los hermanos y hermanas que llegan a nuestra tierra”.
Fue muy enfático en recordar que no podemos olvidar que nosotros y nuestros compatriotas que están fuera y han generado vida, han construido familia, han generado empleos, se van a estudiar a otros países, se van con una pasantía, con una beca, también son extranjeros y son acogidos por disciplinas, por proyectos, por situaciones de vida en las cuales también son acogidos en otros países,” Se les dio esta oportunidad, por tanto, promover, proteger, acoger, integrar y decir que Todos somos Chile, hoy día también es un anhelo y un deseo que tenemos que tratar de cultivar y eso en vez de una cultura y ustedes tal vez más que yo, se darán cuenta y experimentamos día a día como tanta zenofobia y lo pedíamos en el perdón y lo decíamos en el perdón de la misa, en el Acto Penitencial, cómo tanta zenofobia, cómo tanta exclusión, cómo tanto rechazo, hoy día mancha el alma de Chile también. Hoy día nos mancha con la lectura, porque creo que ninguno de nosotros quisiéramos ser rechazados, estamos fuera de nuestro país, ninguno de nosotros le gustaría ser apuntado con el dedo como una plaga, como una persona que no aporta, por eso es bueno crear en nuestros ambientes, la empatía, tratar de empatizar con el que viene, tratar de empatizar y hacer esta imagen, cómo sería tratado, cómo me gustaría que me trataran si yo estuviera en una misma situación de vida, si yo llegara por primera vez a un país que no conozco, a una cultura que a veces a lo mejor no entiendo, a un clima que a lo mejor me daña, tantas cosas y a veces nos cuesta pensar, porque desde pequeños fuimos criados, fuimos formados que teníamos un Océano Pacífico, que teníamos una gran cordillera, que éramos un país, el mejor país de Latinoamérica y fuimos formados de esa forma y entonces nos empezamos a encasillar y nuestra misión a veces se empieza a sesgar”.
Recalcó en promover una cultura del Encuentro, acoger al que viene de afuera, integrar y la integración no es uniformidad, “El Papa Francisco en la misa en Temuco, hablaba de este tema y decía que el congregarse y la unidad no es uniformidad, no tenemos que ser todos iguales para alabar a Dios y por eso nuestros hermanos y hermanas hoy día con sus trajes, las banderas que nos recuerdan también la multiculturalidad, es una invitación para que no busquemos nunca la uniformidad, si no que busquemos la unidad, la comunión, el integrar y en el integrar, yo asumo, que el otro me complementa, yo asumo que el otro también dice algo para mí y yo también le digo algo para esa persona y la voy configurando y vamos creando una sociedad mucho más abierta, una sociedad mucho más en escucha, una sociedad mucho más acogedora”.
“Estamos en sintonía con la Palabra de Dios, pero la Palabra de Dios no solamente es un bello discurso, es algo que nos tiene que tocar a cada uno de nosotros y de aquí hoy día tenemos que salir con una invitación, con un propósito, para hacer que nuestra vida y la vida de los demás, sea mejor, para ser que en integrar y vuelvo a estas palabras del mensaje del Papa Francisco: proteger, acoger, promover, integrar y que nuestro país, todos lo construyamos (…)Sólo cuando nosotros buscamos en sentido positivo, proteger al más débil, acoger al que llega, promover una cultura de unidad, integrar esto, e integrarnos cada uno de nosotros, nuestro corazón, la sede de los sentimientos y de los afectos; ese corazón va a hablar cosas de Dios. Para quienes no tienen fe, ese corazón también puede hablar cosas buenas porque Dios de alguna manera habla al corazón del hombre, incluso de aquellos que están alejados y no creen”, expresó el padre Rodrigo Aguilar.
Al concluir sus palabras, el Director de la Pastoral de Migrantes de la Diócesis, señaló que “ En esta Jornada Nacional del Migrante, nos tiene que a nosotros y a los que estamos acá, de alguna manera nos tiene que mover a un cambio, no solamente un cambio desde la crítica como estamos muy acostumbrados a veces, un cambio desde la mirada negativa, todo lo vemos malo, todo lo vemos que no resulta, nosotros tenemos que provocar el cambio desde nosotros mismos, con la ayuda de Dios por supuesto, pero el cambio se provoca cuando somos capaces de mirar la vida de manera positiva, cuando somos capaces de saber que día a día tenemos un día más de vida y para eso tenemos que agradecer todo lo que Dios nos da (…) Cuando integramos desde el corazón, los hermanos migrantes no son extraños son parte de nosotros.
Cabe destacar, la presencia de hermanos de distintos países que participaron en la celebración Eucarística. Al finalizar, la Asociación de Folclore de artistas y artesanos de la región de La Araucanía AFAARA, hizo gala de nuestro baile nacional.