La Comunidad Parroquial de la Santísima Trinidad de Temuco, agradece a Dios por la presencia y obra de las Hermanas Auxiliares Parroquiales de Santa María, que regresan a Argentina.
Con una Eucaristía presidida por Mons. Galo Fernández Villaseca, Administrador Apostólico de la Diócesis de Talca, -de visita en Temuco-, la comunidad parroquial de la Santísima Trinidad agradeció a Dios por los 27 años de la presencia y obra de las Hermanas Auxiliares Parroquiales de Santa María en nuestra diócesis, de los cuales 5 años fueron en esta parroquia.
Mons. Fernández en su homilía, después de explicar los textos bíblicos del domingo, resaltó el servicio de las hermanas como “Presencia” en medio del Pueblo de Dios. Significativos momentos fueron los saludos de las diversas comunidades, y de manera especial el testimonio de algunas personas que han sido acompañadas por las hermanas en momentos de dolor.
Los primeros días de Agosto, las Hermanas Adriana Cechi, Gladys Vásquez y Clelia Alanda regresan a Argentina para asumir nuevas tareas pastorales que su Congregación les ha encomendado.
Testimonios:
“Me uno a la acción de gracias de ustedes, gracias, gracias, gracias!!!. Gracias a Dios por el regalo de este tiempo compartido con cada una, cada uno, en cada comunidad. El Señor dejó huellas en nuestras vidas, los llevamos en el corazón, lo vivido no se pierde ni se borra, seguimos unidas. Él hará fecundo lo compartido, sepan que al otro lado de la cordillera tienen hermanas y amigas. Queremos agradecer al Padre Leonardo Villagrán, a los Diáconos Sergio y José y sus familias, a la vida Consagrada (Conferre) que compartimos este modo de seguimiento de Jesús. Como dice nuestro Papa Francisco (que es argentino, jaja) recen por nosotras, nosotras rezaremos por ustedes. Los queremos mucho. Muchas gracias” (Hermana Adriana).
“…Le pido a Dios que las bendiga en su retorno a su país y que el Señor las llene de su gracia en las nuevas tareas pastorales encomendadas. Mil gracias por su testimonio de fe, su fraternidad, por tanto bien realizado. En la parroquia su testimonio no se olvidará. Un abrazo grande para ellas y un bendecido regreso a su país” (Saludos del Padre Juan Andrés Basly).