El pasado jueves la Ilustre Municipalidad de Angol, en el contexto de la celebración aniversario de la ciudad, número 466, distinguió a la Parroquia San Buenaventura por sus servicio a la comunidad durante el año 2019. Este reconocimiento público fue entregado por el Gobernador del Malleco Señor Víctor Manoli Nazal y el Alcalde de la ciudad Señor José Enrique Neira Neira. El galardón fue entregado en el teatro municipal y fue recibido por el Párroco, Fray José Miguel San Martín G., y el Guardián del convento Fray Nadio Aguilera Saez.
Cabe señalar que la Parroquia franciscana de Angol, perteneciente a la Orden fundada en el siglo XII por San Francisco de Asís, está ubicada en calle Vergara esquina Covadonga en la capital de la Provincia del Malleco. Esta antigua iglesia es sede de la Parroquia San Buenaventura donde funcionan varios grupos religiosos, culturales, sociales y se promueve el compromiso y responsabilidad permanente a partir de los valores de fe.
Algo de historia: El Templo, centenaria construcción cuya primera piedra se bendijo en 1863, es la primera iglesia construida en estilo colonial en la zona de La Araucanía; fue proyectada y realizada por los sacerdotes llegados desde el Colegio de misiones de Castro en la mitad del siglo XIX, frailes que se sumaron a la presencia de otros franciscanos venidos desde el Colegio de Chillán y que tenían presencia en la zona de Malleco desde 1553, año de fundación de la ciudad. El edificio fue construido e inaugurado en 1867 bajo la supervisión del arquitecto Fray Leopoldo Escatulini; es de estilo y arquitectura colonial, típico en las construcciones que utilizaron los miembros de la Orden Seráfica con influencias gótico-neoclásicas. Posteriormente, a estos años, se levantará el convento y escuela para indígenas, bajo la supervisión del Prefecto Don Pinicio Pardini.
La presencia y labor de los franciscanos en Angol data desde los tiempos de la colonia, poco tiempo después de la fundación de la ciudad en 1553 y ha contribuido notablemente al desarrollo de la ciudadanía. Hermanos sacerdotes, Hermanos laicos y Hermanos donados, llegan a Angol procedentes desde el convento de Chillán con la misión de evangelizar y contribuir a la paz entre los españoles y el pueblo indígena. Esta presencia de frailes en la ciudad, llegó a ser la segunda en importancia dentro de la misión de la Iglesia católica después de Chillán. Grandes son los logros alcanzados en la evangelización y contribución al desarrollo de nuestros pueblos y ciudades.
En el año 1966 el Obispado de San José de Temuco, entrega la administración parroquial de una parte de la ciudad de Angol y cordillera de Nahuelbuta a los religiosos franciscanos, que permanentemente han desarrollado una función misionera, educativa, cultural y de ayuda social en la ciudad y alrededores.
El templo y convento a través de los años ha soportado varios eventos de la naturaleza. En el año 1939 y 1960, las centenarias construcciones se vieron gravemente dañadas por los terremotos y en el año 2010, a consecuencias del sismo del 27 de febrero, el convento cayó y no pudo ser reconstruido, finalmente se optó por una nueva construcción. La iglesia en el 2010 quedó muy dañada, pero fue restaurada y entregada a la ciudad el 8 de septiembre de 2012.
La tarea de promover los valores del evangelio, y el servicio fraterno ha marcado la presencia de los franciscanos en la zona; buscar la justicia y la paz en tierras de la Araucanía es una labor que continúa hasta el día de hoy. En el año 2019, la Parroquia ha dado un nuevo impulso al servicio misionero en la cordillera de Nahuelbuta, se ha valorizando notablemente las expresiones típicas populares (cuasimodo, oración por Chile, folclore), tradiciones criollas que son parte del pueblo y demostración de la religiosidad en tierras araucanas y se ha reorganizado el grupo de Amigos del Patrimonio. Toda esta labor se ha querido agradecer y destacar por parte de la ciudadanía y el Consejo Municipal de Angol. El Consejo junto a su Alcalde, Enrique Neira, ha decidido en Sesión Extraordinaria, distinguir a la Parroquia por su importante labor eclesiástica, cultural y social durante el presente año, según consta en el Decreto exento 2519, del 2 de Diciembre del 2019.
Los Hermanos franciscanos en comunión con la Iglesia, viven su consagración a Dios buscando ser promotores de la paz y el bien, contribuyen en la formación de personas, acogen y sirven a todos pero especialmente a los más necesitados, y en la búsqueda del ideal de vida de Francisco de Asís, peregrinan junto al pueblo de Dios.