Ceremonia de inicio Año de San José
Obispo de Temuco “ José, un hombre clave en la historia de la salvación”
La celebración de la Eucaristía de la Fiesta Patronal de la Diócesis San José de Temuco, fue presidida por Monseñor Héctor Vargas Bastidas desde el Templo Catedral, – transmitida por diversos medios digitales-, conmemoración en que SS Francisco ha dedicado este año a San José y a la Sagrada Familia.
Tras la lectura del Santo Evangelio, el obispo diocesano entregó su homilía señalando: “
Les saludo muy cordialmente queridas hermanas y hermanos en el Señor, un saludo muy cariñoso a ustedes, a sus familias, a todos sus hogares desde el cual están siguiendo esta hermosa y significativa celebración de nuestra Fiesta Patronal, recordando también que hace 30 años el querido y recordado Don Sergio Contreras, consagraba esta nueva catedral para la Diócesis de Temuco”.
Expresó que al cumplirse 150 años de que el Beato Pío Nono el 8 de diciembre de 1870, declarara a San José como patrono de la Iglesia Católica, “…El Papa Francisco junto con llamar a toda la Iglesia a celebrar un año especial sobre él, nos regaló la carta llamada Corazón de Padre, sobre esta figura extraordinaria tan cercana a nuestra condición humana”.
Monseñor Vargas, resaltó las virtudes de nuestro santo patrono José, diciendo: “… Amó a Jesús con corazón de padre, razón por la cual los cuatro evangelios lo llaman: el hijo de José el carpintero. Tuvo la valentía de asumir la paternidad legal de Jesús, a quien dio el nombre que le reveló el Ángel: Tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados”.
“ José, un hombre clave en la historia de la salvación y a la vez, silencioso, discreto, como buscando ser desapercibido, lejos de todo protagonismo. Así como Dios hizo con María cuando le manifestó su plan de salvación, también a José le reveló sus designios y lo hizo a través de sueños, que en la Biblia como en todos los pueblos antiguos eran considerados uno de los medios por los que Dios manifestaba su voluntad (…) San José además era un carpintero que trabajaba honestamente para asegurar el sustento de su familia. De él Jesús aprendió el valor, la dignidad y la alegría de lo que significa comer el pan que es fruto del propio trabajo”, dijo en su homilía el obispo diocesano.
Planteó que la persona que trabaja, cualquiera sea su tarea, colabora con Dios mismo, se convierte un poco en creador del mundo que nos rodea.
“En cada circunstancia de su vida, José supo pronunciar su sí a Dios, como María en la Anunciación y Jesús en el Getsemaní. José en su papel de cabeza de familia, enseñó a Jesús a ser sumiso a sus padres, según el mandamiento de Dios. Todos estos acontecimientos muestran que José ha sido llamado por Dios para servir directamente a la persona y a la misión de Jesús, mediante el ejercicio de su paternidad. De este modo, él coopera en el gran misterio de la salvación”, destacó monseñor Vargas, agregando que nada de lo anterior, fue fácil para José ni para su familia, porque también a través de no pocas angustias de José, pasó la voluntad de Dios, su historia y su proyecto, “ Así José nos enseña que tener fe en Dios, implica creer que Él puede actuar incluso a través de nuestros miedos, de nuestras fragilidades, de nuestra debilidad y nos enseña que en medio de las tormentas de la vida no debemos tener miedo de ceder a Dios el timón de nuestra barca(…) A veces nosotros quisiéramos tener todo bajo control, pero Él tiene siempre una mirada más amplia, por tanto la acogida a la voluntad de Dios, es un modo por el que se manifiesta en nuestra vida el don de la fortaleza que nos viene del Espíritu Santo, sólo el Señor puede darnos la fuerza para acoger la vida tal como es, para hacer sitio incluso a esa parte contradictoria, inesperada y decepcionante de la existencia”.
Culmina sus palabras manifestando que el hijo del Todopoderoso viene al mundo asumiendo una condición de gran debilidad, necesita de José para ser defendido, protegido, cuidado, criado, “Dios confía en este hombre del mismo modo que lo hace María, que encuentra en José no sólo al que quiere salvar su vida, sino el que siempre velará por ella y por el Niño (…) En este sentido, San José no puede dejar de ser el custodio de la Iglesia, porque la Iglesia es la extensión del Cuerpo de Cristo en la historia y al mismo tiempo en la maternidad de la Iglesia, se manifiesta la maternidad de María (…)Este Niño es el que dirá: “Les aseguro que siempre que ustedes lo hicieron con uno de éstos mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicieron”, así cada persona necesitada, cada pobre, cada persona que sufre, cada moribundo, cada extranjero, cada prisionero, cada enfermo, son el Niño que José sigue custodiando.
Por eso se invoca a San José como protector de los sufrientes y de los vulnerables y esto es por lo mismo, que la Iglesia no puede dejar de amar a los más pequeños, porque Jesús ha puesto en ellos su preferencia y se identifica personalmente con ellos. De José debemos aprender el mismo cuidado y responsabilidad: amar al Niño y a su Madre, amar los sacramentos y la caridad, amar a la Iglesia y a los pobres, en cada una de estas realidades siempre estará el Niño y su Madre.
Finalmente, queridas hermanas y hermanos, en la sociedad de nuestro tiempo pareciera haber una preocupante orfandad de padre, también la misión de la Iglesia de hoy en día, necesita de laicos, consagrados y pastores que testimonien la paternidad de José y de Dios”.
Apertura Diocesana Año San José
En esta solemne celebración, el obispo dio inicio al Año de San José para nuestra Iglesia Diocesana, encomendando a nuestro Patrono, las intenciones de todos quienes formamos parte de esta iglesia particular, diciendo al respecto “El Papa Francisco, el pasado 08 de diciembre, por medio de su Carta Apostólica “Patris Corde” y con motivo del 150° Aniversario, de la Declaración de San José, como Patrono de la Iglesia Universal, nos ha invitado a celebrar un año Santo, dedicado a San José” y tras la lectura de carta de SS Francisco, monseñor Héctor Vargas Bastidas, plantea “ Así, unidos al Santo Padre, como Obispo Diocesano, en el día en que Celebramos nuestra Fiesta Patronal, con gozo declaro, la apertura del Año dedicado a San José”.
Invitó a todos quienes formamos parte de esta Iglesia Particular: Sacerdotes, Diáconos, Ministros, Religiosas y Religiosos, Catequistas, Seminaristas, Agentes Pastorales y a todos los Fieles de nuestra Diócesis, “ A que promovamos la figura y enseñanzas de San José, que se celebren encuentros, jornadas, oraciones y Eucaristías por su memoria, y así preparemos el corazón, para concluir juntos el año dedicado a San José, en diciembre próximo. Que así sea”.
Continuando con el himno y la presentación de signos a San José, el cáliz utilizado el 19 de marzo de 1991, en la Misa de Dedicación, un libro de actas, que testimonia la realización de la Ceremonia de Dedicación, presidida por el Obispo de la época, Monseñor Sergio Contreras Navia, acta firmada, tanto por él, como por todos los Obispos presentes y finalmente flores, como gesto de humildad y de reconocimiento paternal, hacia nuestro Patrono.
Al finalizar la Santa Misa, se hizo lectura de la oración que el Papa Francisco, ha dedicado a San José.
La transmisión de la Eucaristía fue gracias al Canal de la UCTemuco, Departamento de Comunicaciones del Obispado de Temuco, al Coro Catedral y a la Comisión Diocesana de Liturgia.
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