En estos días, muchos jóvenes, hermanos nuestros, sin publicidad, con la compañía de pocos familiares, en muchas regiones de nuestra patria, juraron ante Dios y la Bandera: Este juramento es el gran momento, en que el soldado se entrega a su pueblo para servirlo, por sobre el interés material, incluso con la personal disposición de dar la vida, si es necesario, palabras expresadas en la columna del Obispo de Temuco, publicada en el Diario Austral de este domingo 11 de julio.
A una voz, con tono marcial, con una bravía que emociona, verbalizan ideales, valores humanos y trascendentes que solo sirven para construir, edificar, sin egoísmos ni prestigios personales, la patria, nuestra Patria, de todos.
Un compromiso que es para siempre, para toda la vida y lo hacen en un contexto cultural y de corriente de pensamiento que dicen que hoy en día todo es desechable, que nada es para siempre (…) Aquí hay un grupo de jóvenes que se quieren comprometer para siempre a servir a la Patria y lo hacen por Dios y la Bandera, incluso hasta dar la vida si fuese necesario y llama profundamente la atención porque cuestionan a muchísimos que hoy en día las cosas las entienden de otra manera, otra vez tocamos con la cultura que se vive, donde cada vez más, a más le interesa menos el resto, una cultura cada vez más individualista, más egoísta e ideologizada, donde cada vez cada uno piensa más en sí mismo, en sus propios beneficios, intereses, exige encarnizadamente el respeto de sus derechos pero donde no les importa el derecho de los demás, o la vida o sufrimiento del resto.
También hay algo que llama profundamente la atención, estos jóvenes hacen un Juramento; lo hacen ante Dios, por eso es Juramento; sino sería solo una promesa, pero cuando se jura, se hace sólo ante Dios, es decir, invoco a Dios como testigo para que sea validado por toda la sociedad.
Es impresionante como esta donación a la patria resuena con la Palabra de Dios de este Domingo.
En el centro de la liturgia de la palabra de este domingo, está el tema de la misión. El leccionario se abre con el testimonio vocacional del profeta Amós, llamado por Dios, sorpresivamente, en medio de su actividad cotidiana, para anunciar las exigencias de la alianza, a la sociedad opulenta y opresora del Reino del Norte en Israel en el siglo VIII a.C. (primera lectura). El evangelio narra la llamada y el envío de los Doce de parte de Jesús, los cuales deben anunciar el reino de Dios con urgencia, dedicación total y confianza infinita en Dios (evangelio), olvidándose de ellos mismos para donarse por el Reino hacia los demás. El himno de la carta a los Efesios, en cambio, canta el misterio de la recapitulación de todas las cosas en Cristo. Mientras Amós proclama las exigencias de la justicia y los Doce anuncian la salvación y la conversión, Pablo celebra la elección, la predestinación, la herencia, la redención, y el don del Espíritu, como parte de la obra salvadora de Cristo Jesús (segunda lectura).
Pero es el Salmo 84 que expresa profundamente el Juramento de nuestros jóvenes: Voy a proclamar lo que dice el Señor, el Señor promete la paz para su pueblo y sus amigos. Su salvación está muy cerca de sus fieles y al Gloria habitará en nuestra tierra. El amor y la paz se encontrarán, la justicia y la Paz se abrazarán; la verdad brotará de la tierra y la justicia mirará desde el cielo. El mismo Señor nos dará sus bienes y nuestra tierra producirá sus frutos. La Justicia irá delante de él y la Paz,sobre la huella de sus pasos.
Es así, que Oficiales, Clases y Soldados Conscriptos, que juraron en esta emotiva celebración , están entregándose para siempre a ser los caballeros y damas de la paz, y ellos, solamente se construyen, dando todo en su servicio diario a la Patria.
Buen Domingo a todos.
COLUMNA MONSEÑOR HÉCTOR VARGAS BASTIDAS
DIARIO AUSTRAL
DOMINGO 11 DE JULIO 2021