Diócesis de Temuco

Niños y adultos recibieron el bautismo en Iglesia San Buenaventura: Angol

Fue una hermosa ceremonia oficiada por el padre José Miguel San Martín, en el patio de la iglesia.

En una hermosa ceremonia oficiada en el patio de la Iglesia San Buenaventura, el padre José Miguel San Martín dispensó el sacramento del bautismo a 34 adultos y niños, entre ellos una dama de 75 años de edad, llamada María Aguilera Castillo, quien estaba muy emocionada.

Todos eran de Angol, tanto de la ciudad como del sector rural, quienes ahora forman parte de la gran familia cristiana.

Durante la misa, el padre José Miguel manifestó que “es un día de gran alegría el poder dar los sacramentos a niños, jóvenes y adultos que se han preparado debidamente y en este inicio de Adviento, con esa buena disposición espiritual para poder acercarse más a los proyectos de Dios. Cada sacramento, que en total son siete, es como un regalo de Dios, es como un regalo que se nos ofrece, cada cual sabe si lo acepta o lo rechaza, pero ustedes aceptaron este regalo”. Asimismo indicó que el regalo del bautismo consiste en “aceptar a Dios en la propia vida, reconocer a Dios en la existencia de todo lo creado y tratar y esforzarse a vivir conforme Dios nos pide y lo que Dios nos pide se ha manifestado a través de Moisés cuando nos dio las tablas de la ley”.

Explicó que los tres primeros mandamientos se refieren a la relación personal que cada uno tiene con Dios, mientras que los siete restantes se refieren a la relación de cada uno con el prójimo. “¿Cómo es mi relación con los demás? —se preguntó— Promuevo al hermano, al otro que camina conmigo o más bien en vez de verlo como un hermano, lo veo como un competidor y trato de aplastarlo para yo poder avanzar. Si yo en ese esfuerzo por caminar hago daño a los demás o me hago daño a mí mismo, sea de palabra o de obra, estoy fuera de la ley de Dios. Todos ustedes han aceptado la ley de Dios, ese es el regalo”.

Luego de su homilía, el padre San Martín inició con el bautismo propiamente dicho, preguntando a los que se iban a bautizar si renunciaban al mal para elegir siempre el bien y si creían en Dios, tras lo cual les bautizó con el agua bendita, hicieron una oración en la que pidieron a Dios que habite en sus vidas y corazones y selló el bautismo con el Óleo Sagrado. “Este sello de Dios —finalizó— no se puede borrar, Dios, aunque nosotros nos portemos mal, aunque estemos lejos, siempre está como un padre para protegernos y ayudarnos”.

Los días 7 y 8 de diciembre, se realizarán Primeras Comuniones, donde 77 niños y niñas que se han preparado por dos años, recibirán este sacramento. Por razones de aforos, el grupo de dividirá en tres grupos.