En su 131ª Asamblea Plenaria, los obispos de la Conferencia Episcopal de Chile oraron por Francisco y expresaron su fidelidad al nuevo papa León XIV. También denunciaron la expansión del narcotráfico en un mundo que vive una realidad turbulenta producto de las guerras y disputas que atentan contra la dignidad humana. Por ello invitan a trabajar unidos por el bien común y destacan signos de esperanza como la Comisión para la paz y entendimiento, además de la Jornada Nacional de la Juventud.
Un tiempo inédito para la Iglesia: De Francisco a León XIV
Desde el Centro de Espiritualidad Loyola, en la localidad de Padre Hurtado, los obispos calificaron la reciente Asamblea Plenaria como “un acontecimiento inédito” que les llevó a ofrecer su primera Eucaristía por el descanso del papa Francisco, de quien recordaron su “luminoso ministerio entre nosotros”. Asimismo, celebraron con gozo la elección del papa León XIV: “Le aseguramos nuestra comunión y fidelidad para seguir trabajando por la nueva evangelización de nuestra patria”.
Sinodalidad, cultura del cuidado y la esperanza en la juventud
Marcados por el Año Jubilar, los obispos reafirmaron su compromiso con la renovación pastoral: “Seguimos trabajando en la renovación de nuestras estructuras y modos de servicios pastorales para vivir una creciente sinodalidad”. Destacaron también los esfuerzos por promover “una cultura del cuidado y del buen trato”.
La reciente Jornada Nacional de Jóvenes (JNJ), celebrada en enero en La Serena, fue valorada como un acontecimiento esperanzador: “Damos gracias al Señor porque este acontecimiento ha dado un nuevo impulso a la evangelización de los jóvenes”.
Graves preocupaciones por la seguridad, el narcotráfico y la natalidad
Reconociendo como otro elemento esperanzador el Informe final de la Comisión presidencial para la paz y el entendimiento, los Obispos expresaron tambien su inquietud ante hechos que “nos inquietan y duelen”, como la expansión del narcotráfico y el crimen organizado en el país: “Promueven la violencia, inseguridad y pobreza”, advirtieron, señalando que este flagelo “utiliza a los jóvenes y seduce al ámbito político, judicial y deportivo generando una realidad crecientemente corrupta y difícil de enfrentar”.
Asimismo lamentaron los prejuicios contra la población migrante: “Desgraciadamente estas incivilidades llevan aparejadas prejuicios negativos, teñidos de generalizaciones injustas, contra numerosos hermanos migrantes que legítimamente vienen a nuestra patria y contribuyen al bien común de Chile”. A ello sumaron la “alarmante baja de la natalidad que hipoteca el futuro del país”, haciendo un llamado a estudiar en profundidad esta situación tras los resultados del reciente Censo.
Un llamado al diálogo y al acuerdo, aun en las diferencias, en tiempo electoral
Con una mirada pastoral y ciudadana, los obispos pidieron a los líderes políticos y sociales que “trabajen juntos para revertir estas graves situaciones que hieren el alma de Chile”. En medio de la polarización, señalaron que el proceso electoral que se avecina puede ser “providencial oportunidad para que los distintos actores políticos y sociales, más allá de las legítimas diferencias que los distinguen, derriben ‘muros’ ideológicos, dejen atrás la violencia verbal y alcancen un gran acuerdo nacional sobre las materias aludidas, que trascienda sus intereses particulares, poniendo en el centro el bien común de Chile”. Desde la Iglesia, reiteraron su compromiso para “colaborar activamente en favorecer el encuentro, el diálogo y el acuerdo entre los distintos actores sociales”.
Ser signos de esperanza en el mundo de hoy
Finalmente, invitaron a todo el Pueblo de Dios a ser “signos de esperanza”, subrayando la importancia de mirar con fe lo bueno que existe en la sociedad y en la Iglesia. Citando el documento Spes non confundit, recordaron: “Nos hace bien “recuperar la confianza necesaria … en los vínculos interpersonales, en las relaciones internacionales, en la promoción de la dignidad de toda persona y en el respeto de la creación.”.
Bajo el amparo de la Virgen del Carmen, la Asamblea concluyó con el “gozo propio de la Pascua” manifestando su renovada comunión con el nuevo Papa León a quien pidieron “Su bendición apostólica para el Pueblo de Dios peregrino en Chile”.
A continuación el mensaje completo en formato PDF.
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