El viernes 23 de mayo se vivió una jornada de profundo agradecimiento y esperanza con la celebración de la Eucaristía por los 25 años de la Fundación Educacional Teodosio Florentini.
La celebración se realizó en la Casa Madre de las Hermanas de la Santa Cruz, ubicada en el Cerro Ñielol de Temuco y fue presidida por el obispo de la Diócesis San José de Temuco, monseñor Jorge Concha Cayuqueo, OFM junto al diácono José Eduardo Basly Erices.
La Fundación Educacional Teodosio Florentini acompaña actualmente a cinco comunidades educativas en el sur del país: Río Bueno, Loncoche, Villarrica, el Liceo Técnico de Temuco y Victoria. Durante la celebración, se recordó también el natalicio del padre Teodosio Florentini, inspirador de esta obra educativa, cuya vida y legado marcaron profundamente el compromiso con los más necesitados.
En su homilía, monseñor Jorge, destacó que esta fundación refleja fielmente el sueño del padre Teodosio, vivir inserto en la historia de los hombres como una presencia salvadora del Señor, siendo fuente de paz, alegría y esperanza cristiana. Subrayó además que el mandamiento del amor debe ser guía en la vida de las comunidades educativas, animando a preocuparse especialmente por los más pobres, que hoy se encuentran también en los colegios, siendo una obra de amor al servicio de la educación.
“El padre Teodosio fue un hombre visionario, creador y reformador. Supo reconocer las necesidades humanas y sociales de su tiempo y actuó para remediarlas. Su legado desafía a seguir educando con una mirada integral, especialmente a quienes más lo necesitan”, señaló el obispo. Asimismo, recordó cómo el padre Teodosio motivó a las primeras hermanas de la Santa Cruz a comprometerse plenamente con la educación como una obra de amor.
Uno de los momentos más significativos de la liturgia fue la presentación al altar de una imagen que representaba a los cinco colegios de la Fundación, con el lema: “25 años al servicio de la educación”. También se bendijeron y entregaron cirios que permanecerán en cada comunidad educativa, simbolizando la presencia de Cristo en medio de la vida escolar.
La celebración concluyó con un almuerzo fraterno, instancia de encuentro y donde se entregaron reconocimientos de gratitud por el camino recorrido y un renovado compromiso con la misión de seguir educando con amor y fe.

































































