El Santo Padre habla del liderazgo, la figura de María y la Iglesia en el ministerio sacerdotal. Recomienda hacer homilías de 8 a 10 minutos y estar cerca del pueblo
[dropcap]E[/dropcap]l Santo Padre ha pedido a los asistentes al encuentro de los Colegios Pontificios, tenido este lunes en el Aula Pablo VI; que terminen la jornada frente al tabernáculo, delante del Señor. El Papa ha retomado la figura de la Virgen María: «la relación con la Virgen nos ayuda a tener una buena relación con la Iglesia: las dos son Madres» y «si no se tiene una buena relación con la Virgen» se termina como huérfano en el corazón. Para profundizar este aspecto, ha recordado un episodio sucedido hace 30 años, un diálogo entre él y dos profesores y catequesisas que presumían de haber «superado la etapa de la Virgen» para creer en Jesucristo. Francisco ha afirmado: «me quedé un poco dolorido, no entendí mucho. Esto no es madurez, ¡no es madurez! Olvidar a la madre es algo feo… Y, por decirlo de otra manera: si no quieres a la Virgen como Madre, seguro que la tendrás como suegra, ¿eh? (risas) Y eso no es bueno». (aplausos).A continuación el Papa ha respondido a otra pregunta sobre el liderazgo de los pastores. Francisco ha afirmado que hay un solo camino parar alcanzarlo, el servicio. «Es verdad: cuando no hay servicio, no puedes guiar un pueblo. El servicio de pastor… El pastor debe estar siempre a disposición de su pueblo. El pastor debe ayudar al pueblo a crecer, a caminar».
Tomando el De Pastoribus de San Agustín, el Santo Padre ha indicado dos pecados de los pastores. Por un lado los «pastores empresarios» y los pastores que se creen superiores a su pueblo, «los pastores-príncipes». El Papa ha reconocido que es muy difícil quitar la vanidad de un sacerdote. Y ha observado que «el Pueblo de Dios te perdona muchas cosas», pero «no te perdona si eres un pastor dependiente del dinero, si eres un pastor vanidoso que no trata bien a la gente: porque el vanidoso no trata bien a la gente. Dinero, vanidad y orgullo: los tres escalones que nos llevan a todos los pecados. Aunque el pueblo de Dios entiende nuestras debilidades, y las perdona; a estas dos, no las perdona».
Asimismo el Papa ha hablado un poco del «esquema» de su vida, de oración y trabajo. Ha observado que lo ideal es terminar la jornada cansados por las cosas hechas. Y así, ha llegado la siguiente pregunta, sobre la Nueva Evangelización. «Para mí la evangelización supone salir de uno mismo; supone la dimensión del transcendente: el transcendente en la adoración a Dios, en la contemplación y el transcendente hacia los hermanos, hacia la gente. ¡Salir de, salir de! Para mí esto es como el corazón de la evangelización. Y salir significa llegar a, es decir, cercanía. Si tu no sales de ti mismo, no tendrás nunca cercanía! Cercanía», ha explicado el Pontífice.
El Papa se ha detenido también sobre las homilías que son «aburridas» si no hay cercanía. Según ha indicado, en la homilía «se mide la cercanía del pastor con su pueblo». Si uno habla 20, 30 o incluso 40 minutos en la homilía, «habla de cosas abstractas, de verdad de la fe, pero no se hace una homilía, se hace escuela» y «no se está cerca de la gente». De este modo ha recordado que las homilías no son «conferencias», deben ser «otra cosa»: «supone oración, supone estudio, supone conocer a las personas a las que hablarás, supone cercanía». Sobre la homilía –ha indicado– en la evangelización «debemos ir adelante bastante», porque «estamos retrasados», «ajustar bien las homilías para que la gente entienda». Por ello, Francisco les ha recomendado hacer homilías breves y fuertes, de entre 8 y 10 minutos, porque después «la atención se va».
La última pregunta del encuentro de esta mañana, se ha concentrado sobre cómo seguir el modelo del Buen Pastor. El Papa ha señalado que sobre todo hay que rezar. También es fundamental «la capacidad de encontrarse», «la capacidad de sentir, de escuchar a las otras personas», «la capacidad de buscar juntos el camino». El Obispo de Roma lo ha especificado así: «significa también no asustarse, no asustarse de las cosas. El Buen Pastor no debe asustarse. Quizá tiene temor dentro, pero no se asusta nunca. Sabe que el Señor lo ayuda. El encuentro con las personas por las que se debe tener cura pastoral, el encuentro con el obispo. Es importante el encuentro con el obispos. Es importante también que el obispo se deje encontrar».
Finalmente ha hablado de la amistad sacerdotal, «un tesoro que se debe cultivar entre vosotros». El Santo Padre ha indicado que una amistad sacerdotal es bonita, «cuando los sacerdotes, como dos hermanos, tres hermanos, cuatro hermanos, se conocen, hablan de sus problemas, de sus alegrías, de sus expectativas… Amistad sacerdotal. Buscad esto, es importante. Ser amigos… amigos. Creo que es ayuda bastante a vivir la vida sacerdotal, a vivir la vida espiritual, la vida apostólica, la vida comunitaria y también la vida intelectual: la amistad sacerdotal».
Para concluir, el Papa les ha deseado «ser amigos con los que el Señor os pone delante para la mistad», «la amistad sacerdotal es una fuerza de perseverancia, de alegría apostólica, de valentía y también de sentido del humor».