- Cristianos están huyendo de la ciudad de Qaraqosh por los enfrentamientos entre kurdos e islamistas. En esta ciudad, de unos 50.000 habitantes, el 90% de las personas pertenecen a la Iglesia siro-católica.
El centro de la ciudad, habitado principalmente por cristianos caldeos y sirios, está custodiado por las milicias kurdas Peshmerga, que por el momento han contenido el ataque de los insurgentes sunitas, gracias a la intervención del contingente de refuerzo que ha llegado desde el Kurdistán iraquí.
Las fuentes locales consultadas por la Agencia Fides confirman que los enfrentamientos han causado muchos muertos en ambos lados, y que desde ayer en la tarde, la población civil ha comenzado a huir en masa de Qaraqosh y de otras aldeas predominantemente cristianas de la llanura de Nínive, en dirección a Erbil y zonas más seguras de la región autónoma del Kurdistán iraquí.
Sólo en la mañana de hoy jueves (hora local) al menos 200 familias cristianas abandonaron Qaraqosh con la intención de llegar a Ankawa, en las afueras de Erbil, a unos 60 kilómetros. Precisamente en Ankawa estos días los obispos de la Iglesia caldea se encuentran reunidos en su sínodo anual.
Qaraqosh, también conocida con el nombre de Bakhdida, es una ciudad de unos 50.000 habitantes, de los cuales más del 90% pertenecen a la Iglesia siro-católica.
Irak está inmerso en una gran inestabilidad política y social, a lo que hay que sumar el terrible acoso del terrorismo islámico. Durante las últimas semanas, los cristianos están siendo víctimas de la violencia, lo que está provocando su salida de algunas regiones e incluso del país.
El pasado 5 de junio comenzaron los brutales ataques en Mosul, se cree que obra del grupo terrorista ISIS, vinculado con Al Qaeda. De los 3.000 cristianos que había en Mosul, “ahora es probable que no haya quedado nadie”, dijo el Arzobispo caldeo de Mosul a la fundación Ayuda a la Iglesia que Sufre (AIS). Por todo ello, nos unimos en oración a su llamada por la paz: “No es fácil después de tantos años de sufrimiento, pero los cristianos iraquíes estamos firmes en nuestra fe y debemos mantener la esperanza, incluso en la persecución. Es un gran desafío, sobre todo después de lo que pasó en estos días”.