En su última columna dominical del Diario Austral, el Obispo de Temuco, Monseñor Héctor Vargas Bastidas, se refirió a la Jornada Escolar Completa, tema muy relevante tras el inicio oficial en un par de horas más, de un nuevo año escolar a nivel país.
Planteó que “Con el lema «Más tiempo para Aprender», hace casi dos décadas, se lanzó el proyecto de ley JEC. Desde un principio en mi condición de Presidente Nacional de FIDE, expresamos que era un mal proyecto para una excelente idea. Aún así, nos esforzamos de muchas formas por aportar al mencionado proyecto en modo que éste pudiese transformarse en una valiosa Ley. Lo hicimos desde la secular experiencia de los colegios católicos, que en su inmensa mayoría siempre han funcionado en base a una sola jornada, ofreciendo a sus alumnos el día completo para su formación integral. Quisimos poner a disposición nuestra experiencia al respecto, y sus fructíferos y reconocidos resultados. Deseábamos que los alumnos al estar más tiempo en las escuelas, fuera para aprender desde nuevas experiencias e innovadores espacios pedagógicos, curriculares y ambientes educativos. Queríamos evitar que la JEC se transformara sólo en «más de lo mismo», porque «lo mismo», ya era deficiente en detrimento de la calidad de la educación. Insistimos en forma reiterada, que más allá de la buena intención, los recursos no alcanzarían para que esta Ley se llevara cabo en los plazos señalados por la Autoridad. Que por ello, mejor se privilegiara en primera instancia a las escuelas municipales”.
Señaló que los problemas eran numerosos y serios, al punto que la Comisión de Educación del Senado, rechazó la idea de legislar lo que atrasó su aprobación en un año. “Aún así, el tiempo fue muy escaso para las correcciones que se requerían, y la Ley fue aprobada por la exigencia de los «tiempos políticos». Era una promesa de campaña y no podía postergarse más. Para los colegios que no ingresaran en los tiempos estipulados, se establecían penas severas. En definitiva, muchos, no fuimos suficientemente escuchados”.
Es así que el Presidente del Área de Educación de la Conferencia Episcopal de Chile, se refirió “En artículo de «El Mercurio» de esta semana, se da a conocer que luego de dos décadas, aún hay 300.000 alumnos que no están en régimen JEC, entre ellos muchos de los liceos autodenominados «emblemáticos», que no acataron la Ley y que a diferencia de los particulares, no recibieron sanción alguna, hasta hoy. Es decir los plazos estaban muy equivocados, los recursos tampoco alcanzaron, y artículos fueron inaplicables. Que se invirtieron sumas siderales en esta Ley y que sus resultados en la calidad de los aprendizajes no tuvieron mayor incidencia, al menos en relación con tal inversión. Que no pocos alumnos y docentes han estado abrumados, o desmotivados por la cantidad de horas llevadas a cabo esencialmente dentro del aula, por la considerable carga burocrática y administrativa. Con metodologías tradicionales, o sean más de lo mismo. Una Ley que no respondió a las expectativas, que fue aprobada con la oposición de casi todos los sectores educacionales, y que hoy día todos reconocen que se cometieron errores muy serios, y que ya es necesario cambiarla….Son cosas, que suelen ocurrir, también en educación”.