A la luz del Señor Resucitado, nuestro Obispo diocesano, Monseñor Héctor Vargas Bastidas, celebró la Vigilia Pascual, junto a cientos de feligreses en el Templo Catedral de la ciudad de Temuco.
[dropcap]S[/dropcap]eñaló: “La Palabra de esta Noche Santa comienza con el relato de la creación porque nos quiere llevar a los orígenes, está el amor inmenso de Dios por el ser humano, queda claro que somos fruto de su querer y amor… pone a disposición del ser humano la creación entera”.Monseñor hizo alusión a lo que hoy en día acontece en nuestro país, “podemos ver los dramas que nos están ocurriendo, son muy profundos, nos encontramos que la naturaleza está en rebelión, ¿Por qué será? Será por culpa de nuestro pecado, qué hemos hecho con la creación que Dios nos dio, cómo la hemos tratado, tanta codicia, ahí están los resultados, todos hablan del cambio climático y del por qué nos están sucediendo estas cosas, es fruto del pecado, porque con tal de querer tener más y más, no importa que se depreda la naturaleza entera e incluso ya el agua no nos está alcanzando, la naturaleza se rebela porque no la estamos utilizando para el desarrollo integral de las personas, dónde están los recursos, ¿llegan a todos?, por eso nos ocurren estas tragedias como la del Norte, donde también nos damos cuenta que hay un problema de fraternidad y de justicia entre nosotros los seres humanos, otra vez… no será que las prioridades que a veces nos ponemos como sociedad, como Estado, como Gobierno de turno no son realmente las prioridades que sí necesita nuestro pueblo y gente”.
“Queridos hermanos, es hora de resucitar en el Señor y nuestra resurrección en la medida que lo sigamos en la vida diaria es urgente, la pascua de Cristo es urgente, necesitamos que nuestro país resucite, en nuestros corazones y conciencias, tenemos que elevar la mirada hacia lo eterno hacia lo esencial de la vida, hacia lo que es trascendente, tenemos que resucitar nuestra sociedad…, en las nuevas generaciones de nuestra sociedad, en los jóvenes hay una semilla potentísima para pensar, creer y confiar que Dios sí quiere hacer maravillas en nuestra patria y que si hay semillas potentes de resurrección de una sociedad nueva para todos, sin duda es pascua y Cristo vive y se manifiesta”.
Y durante estos días…
El Jueves Santo, nuestro Pastor diocesano Monseñor Héctor Vargas Bastidas se reunió para conmemorar la Institución de la Eucaristía del Orden Sagrado y del amor fraterno, dando inicio al Triduo Pascual. Fue así que recordando una tarde como aquel día, en la víspera de su Pasión, Jesús se reunió con sus discípulos para celebrar la cena de pascua, mostrándonos en ella como ha de ser el amor entre quienes quieren seguirle y ser sus discípulos, nuestro Obispo reunido junto a la comunidad en el Templo Catedral, celebró este sacramento de amor, reafirmando cada uno sus anhelos de ser fiel al Señor, imitando en nuestra propia vida lo que Él hizo para cumplir en amor la voluntad del Padre. Señaló “es el mismo Señor quien hoy se nos hace presente, se sienta a la mesa con nosotros y nos dice, he deseado comer esta pascua con ustedes”.
Jesús después de haber terminado la cena, se levantó y lavó los pies a sus discípulos, expresando en un hecho concreto su amor, servicio y humildad. De igual manera, nos invita a hacer lo mismo entre nosotros haciendo vida el mandamiento, ámense unos a otros como yo mismo los he amado, fue así que Monseñor Héctor lavó los pies a doce jóvenes de la Pastoral Universitaria”
Agregó el Pastor “ En esta última cena, recordaremos el lavado de los pies, aquí han venido doce jóvenes de la Pastoral Universitaria, aquí están para cumplir este rito que tiene tanto significado, podemos así recordar lo que fue esa noche, el Señor se reúne con los suyos, con los doce, en un lugar muy especial que el mandó a preparar, un lugar digno donde por última vez quiso cenar con los suyos, por lo tanto el contexto que se da es de mucha fraternidad, de amistad y afecto, el Señor y los doce, sus discípulos que lo habían acompañado en los últimos años”.
“Queridos hermanos, su entrega y sacrificio sobre el Altar nos trae la verdadera libertad, Cristo muere para volver a darnos la libertad de los hijos de Dios, para que nunca más volvamos a ser esclavos del pecado, ni de la muerte, vino a liberarnos de todo mal para recuperar nuestra dignidad de ser hijos de Dios, estamos invitados a crecer en nuestra libertad de ser hijos de Dios”.
Al finalizar el Obispo incienso el Santísimo Sacramento del Altar y después de adorarlo lo traslado a la Capilla ardiente, acompañado por la comunidad en procesión, junto a Jesús sacramentado, donde lo contemplaron y adoraron.
Al día siguiente, acompañamos en su Pasión a nuestro Señor y el camino del Vía Crucis, fue así que el Obispo junto a las Comunidades Eclesiales de Base de la Parroquia La Anunciación del Señor, recorrieron las Estaciones.
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