Diócesis de Temuco
Escribe: mons. Jorge Concha Cayuqueo, OFM, Obispo Diócesis San José de Temuco
En este primer domingo de marzo, la comunidad cristiana vive el 3° de Cuaresma, tiempo litúrgico que se iniciara con el Miércoles de Ceniza el pasado 14 de febrero. Durante este tiempo estamos llamados los cristianos a vivir; el amor fraterno y la conversión permanente. Esta es la finalidad de la cuaresma que el pueblo fiel, se prepare para la gran Solemnidad de la Pascua de Resurrección del Señor. Que tendrá lugar el Domingo 31 marzo.
Sigamos en este camino cuaresmal preparándonos, para vivir el misterio fundamental de nuestra vida. La Resurrección del Señor, acontecimiento, trascendental también para nosotros bautizados y confirmados como sus discípulos misioneros.
No quisiera dejar pasar y recordar que el próximo jueves 7 de marzo se cumplen dos años de la Pascua, de quien fuera por varios años nuestro pastor diocesano Mons. Monseñor Héctor Vargas Bastidas, fue un gran pastor para muchos fue un faro de esperanza y compromiso en la Diócesis San José de Temuco, haciendo vida su lema episcopal: «Testimonio de Cristo Pastor», que resonó con fuerza.
Su legado perdura en su incansable labor por la Paz, la Educación y la defensa de los Derechos Humanos, especialmente en la causa de nuestros hermanos Mapuche. Abogó incansablemente por la justicia histórica, la restitución de tierras y un nuevo trato que el Estado debe a esta comunidad. Fue un gran facilitador de la paz, líder de la mesa asesora de La Araucanía. Fue un reconocido Pastor, conciliador, afable, estudioso de los pueblos indígenas, especialmente del pueblo mapuche por el cual gasto su vida en favor de ellos.
Les invito hermanos para martes 5 de marzo, a las 19 hrs. En el Templo Catedral de la ciudad de Temuco, a que me acompañen en la Santa Misa, así haremos memoria agradecida, en el segundo aniversario de la Pascua de Mons. Héctor Vargas Bastidas, SDB, quien fuera el octavo obispo de la Diócesis San José de Temuco.
Sera un momento para unirnos en oración, recordar su legado y comprometernos a seguir su ejemplo de amor y servicio desinteresado. Que su alma descanse en paz y su memoria nos inspire a construir un mundo más justo y fraterno para todos.
