En la capilla“Jesús Maestro” del campus norte (“San Juan Pablo II”) de la Universidad Católica de Temuco, el sábado 14 de enero, se reunió el Equipo de Formación de la Escuela Diaconal, junto a los 16 candidatos y sus esposas, a una Jornada Espiritual y, posteriormente, en el marco de la celebración de la Santa Misa, que fue presidida por el Director de la Escuela de Diáconos, el Pbro. Patricio Trujillo Valdebenito, los nuevos miembros de la Escuela de Diáconos y sus esposas, realizaron un “Rito Solemne de Compromiso con su formación”, en las diversas dimensiones: Académica, Pastoral, Humano-Psicológica y Espiritual.
Al respecto, el Pbro. Patricio Trujillo Valdebenito, Director de la Escuela Diaconal, nos comparte:
“El sábado 15 de febrero del año 2020, el Equipo de Formación de la Escuela del Diaconado Permanente de nuestra Diócesis, “San José” de Temuco, comenzó a reunirse con 31 hermanos, de las diversas Comunidades Parroquiales. La idea era iniciar un “tiempo de discernimiento”, respecto de la posible vocación al Orden del Diaconado Permanente para nuestra Iglesia Diocesana (…) Ya han pasado tres años, los que no han estado exento de dificultades, particularmente porque la pandemia nos puso frente a un escenario muy complejo, en el que tuvimos que extremar los recursos y la creatividad para mantener “encendida la llama” de la motivación inicial, de los llamados “Aspirantes” a la Escuela del Diaconado y sus respectivas esposas. En este punto, es importante subrayar que la Iglesia considera de fundamental importancia la participación activa y responsable, no sólo de aquellos que creen tener vocación diaconal, sino que también de sus respectivas esposas, si son casados y sus familias”.
Plantea, además, el Pbro. Patricio Trujillo que:
“Son varios los Aspirantes que, por diversos motivos, han “quedado en el camino”, es decir, han abandonado el proceso de discernimiento comenzado el 2020. El Equipo de Formadores de la Escuela del Diaconado Permanente, dado a la tarea de discernir sobre aquellos candidatos que presentan mayores esperanzas o indicios de vocación, ha llamado a 16 “Aspirantes”, los que han dejado esa condición, para pasar a ser miembros oficiales de la Escuela. Lo que significa que, si bien el tiempo de discernimiento no ha terminado, pues se mantiene viva la pregunta: ¿Qué es lo que quiere Dios de mí y para mí? ellos se encuentran, ahora, en un nivel distinto al de los iniciados, por lo que la exigencia y la responsabilidad es aún mayor.
Damos gracias a Dios por esta gran bendición de su parte para nuestra Iglesia Diocesana; por la generosidad de cada uno de los Candidatos al Diaconado y sus esposas; por el apoyo y compromiso de sus respectivos Párrocos y Comunidades Parroquiales de origen, por los Profesores que, tan generosamente, les han acompañado durante estos años; y por la hermosa misión que, como Equipo de Formadores hemos podido realizar, con la gracia de Dios. Sentimos que la Iglesia nos ha confiado una delicada, pero a la vez, importante, vital y significativa misión y queremos responder con fidelidad.
Finalmente, rogamos también para que aquellos que, si bien no continúan en el proceso, puedan seguir sirviendo a Dios y al prójimo en las diversas posibilidades de servicio que la Iglesia ofrece”. Nos acogemos a la protección de muestra Madre Santísima la Virgen María y la intercesión de “San Lorenzo”, Patrono de los Diáconos”, concluye.
Cabe destacar que el Equipo de Formadores está compuesto por:
1. Pbro: Patricio Trujillo Valdebenito.
2. Pbro: Carlos Hernández Cordero.
3. Pbro: José Manuel González González.
4. Dcno: Juan Carlos Espinoza Valdez y su esposa.
5. Dcno: Guillermo Alarcón Muñoz y su esposa.
6. Dcno. Marcelo Schmeisser Niklitschek y su esposa.
Los candidatos, miembros de la Escuela Diaconal, son:
Decanato de “Angol”:
- Don Sergio Gacitúa González, de la parroquia Cristo Rey de Angol. Su esposa es la señora Lidia Bustos Guzmán.
- Don Rodrigo González Seguel, de la parroquia Cristo Rey de Angol. Su esposa es la señora Ana Umaña Bustamante.
- Don Cristian Concha Jiménez, de la parroquia San Buenaventura de Angol. Su esposa es la señora Patricia Garrido Cerda.
- Don Nelson Ormeño Leal, de la parroquia San Buenaventura de Angol. Su esposa es la señora Ivonne Zapata Mellado.
- Don Jorge Muñoz Arévalo, de la parroquia San Buenaventura de la comuna de Angol.
- Don Miguel Moreno Pino, de la parroquia Los Santos Ángeles Custodios de Los Sauces. Su esposa es la señora Ingrid Navarrete Gaete.
- Don Andrés Venegas Cárdenas, de la parroquia Los Santos Ángeles Custodios de Los Sauces. Su esposa es la señora Sandra Manríquez Fernández.
- Don Hugo Henríquez Zambrano, de la parroquia San Lorenzo de Renaico. Su esposa es la señora Judith Guzmán Romero.
Decanato de “Victoria”:
- Don Christian Torres Lagos, de la parroquia Sagrado Corazón de la comuna de Victoria. Su esposa es la señora: Oriana Marechal Bascuan.
Decanato de “Temuco Sur”:
- Don Jorge Béniz Corrales, de la parroquia Jesús de la Misericordia de Labranza. Su esposa es la señora Claudia Vera Jara.
- Don Víctor Muñoz Rivera, de la parroquia Jesús de la Misericordia de Labranza. Su esposa es la señora Lissette Hidalgo Rivas.
- Don William Acuña Gómez, de la parroquia San Juan Bautista de la ciudad de Temuco. Su esposa es la señora Katiuska Baier Coke.
- Don Manuel Espinoza Torres, de la parroquia San Juan Bautista de la ciudad de Temuco. Su esposa es la señora Marian Villalobos Castillo.
- Don Jorge Rojas Figueroa, de la parroquia San Juan Bautista de la ciudad de Temuco. Su esposa es la señora Lucila Contreras Ortiz.
- Don Luis Vera Riquelme, de la parroquia Santísima Trinidad de la ciudad de Temuco. Su esposa es la señora Marcela Jara Morales.
Decanato de “Temuco Norte”:
- Don Rodrigo Iturra Troncoso, de la parroquia San Juan Pablo II de Pillalelbun. Su esposa es la señora María Eugenia Sepúlveda Castro.
Algunos testimonios de vida:
Don Manuel Espinoza Torres,(Candidato, miembro de la Escuela):
En la vida hay dos días importantes. El día que naces, y el día en que descubres para qué naces. En lo personal, ser aspirante al diaconado permanente ha significado un nuevo nacimiento en mi vida. No te imaginas el tremendo crecimiento en todos los ámbitos que hemos experimentado. Uno se nutre del testimonio de vida de cada hermano y de los conocimientos que los formadores nos van a diario entregando. Ese alimento nos ha permitido estar más cerca del Señor y, por sobre todo, desprendernos de todo aquello que nos “estorba” para poder entregarnos con libertad a este maravilloso servicio. Por otro lado, algo gracioso que me ha ocurrido, es que muchas personas me preguntan si no es medio incompatible ser abogado y diácono, a lo que rápidamente respondo que el propio Dios nos entregó reglas a través de Moisés, y esas mismas reglas están recogidas en las distintas leyes de nuestro país, por lo que, tanto en lo profesional como en lo personal, busco aplicar los mandamientos de Dios y del hombre para tener una convivencia social pacífica, justa y feliz.
Señora Marian Villalobos Castillo,(Esposa de Manuel):
Debo confesar que en un comienzo no me gustó la idea de tener un futuro diácono como marido. Pero tras los años percibo en Manuel un cambio. Siempre ha sido una persona alegre, pero ahora lo veo más feliz que nunca. Por eso mismo nos hemos entusiasmado como familia y cuenta con todo mi apoyo y el de nuestras hijas. Como esposas también tenemos una participación importante ya que tenemos también que asistir a clases, las cuales nos han permitido enamorarnos de esta vocación al comprender la dimensión de este servicio. Las clases y el ver el testimonio de sus hermanos, ha transformado a Manuel en una persona más profunda, más humana, más humilde y más paciente. Si él es feliz, nosotros como familia estamos felices.
Hugo Henríquez,(Candidato, miembro de la Escuela):
Estos 3 años, prácticamente, de ser “Aspirante” a la Escuela del Diaconado han sido años de gracia. Años donde me he sentido acompañado por el Señor, donde he sentido que el Señor ha ido moldeando mi corazón, donde he sentido que el Señor ha estado caminando siempre a nuestro lado. Son años de formación que son impagables y que me han acompañado en el día a día. Este discernimiento fue bien especial, la verdad, puedo admitir que al principio no quería, sin embargo, el primer llamado fue realizado por el Padre Lisandro Abello y él nos invitó a que fuéramos y en primera instancia dijimos que no y después, en una segunda instancia, dijimos que sí y nos dijeron que no podíamos porque no teníamos dos años de matrimonio, posterior a ello en el año 2019 en la asamblea pastoral del decanato de Angol, en el grupo de trabajo donde yo participaba, se acercó Monseñor Héctor Vargas (Q.E.P.D.) a conversar en el grupo que estábamos y, justamente, estábamos hablando del servicio y gran parte de las personas que estaban en ese grupo, me acuerdo que era gente de Purén, de Capitán Pastene, hablaban, sobre todo de Purén, que tenían diáconos, de la importancia del servicio y empezó a preguntarnos a cada uno y llegó mi turno y yo le dije no, yo soy de Renaico, nosotros en aquel entonces 2019, no teníamos diácono y él me dice “¿y tú por qué no?” y yo le conté que no podía porque me faltaban los años de matrimonio y esas cosas, entonces él me dice: “bueno, el obispo da las excepciones”, y ahí quedamos y pasó el tiempo, pasó el tiempo, recuerdo que estábamos de vacaciones con mi familia (en febrero) y nos llaman invitándonos a la primera jornada en la Parroquia Del Sagrario (Temuco), fuimos y nos subimos a este barco y ya no nos bajamos y la verdad es que me siento feliz, me siento gozoso y me siento agradecido del Señor que se haya fijado en mí, una persona completamente imperfecta, llena de defectos y de la parroquia más límite de nuestra Diócesis, el límite norte de nuestra Diócesis San José de Temuco; esperanzado, ilusionado y solamente dispuesto en las manos del Señor, para que Él haga su voluntad.
Señora Judith Guzmán Romero, (Esposa de Hugo):
Para mí, este período, ha sido lleno de aprendizajes, un período distinto porque fue iniciado en tiempos de pandemia, donde estábamos todos con distintos tipos de emociones y como hermanos cristianos nos fuimos acompañando y fortaleciendo. En todo este tiempo yo he sido acompañada por mi director espiritual, el Padre Lisandro Abello, quien me ha ido guiando, me ha ido aconsejando espiritualmente, también he aprendido mucho de él sobre las cosas de Dios, de las cosas de la Iglesia y uno, como esposa, tiene que ir acompañando en todo este camino que Dios ha trazado para nosotros, como familia, y acompañar a nuestro esposo y apoyarlo. Así que ha sido una experiencia muy enriquecedora, muy bella, donde hemos sentido que Dios está ahí con nosotros, he sentido que Dios nunca nos ha abandonado. Eso ha sido para mí este proceso que hemos vivido.