Invita a todos a rezar y a los responsables locales e internacionales a romper la espiral de violencia
[dropcap]E[/dropcap]l santo padre Francisco este domingo después de rezar la oración del ángelus desde su estudio que da a la plaza de San Pedro, hizo un apremiante llamado a la oración por la paz en Tierra Santa y pidió a todos aquellos que tienen responsabilidades locales o internacionales que rompan la espiral de violencia y pidan a Dios el coraje de decir ‘nunca más a la guerra’.Indicó también que el encuentro de oración tenido cinco semanas atrás en el Vaticano, en el que él rezó junto al patriarca ortodoxo Bartolomé y a los presidentes de Israel y de Palestina no ha sido en vano y pidió no resignarse a que la violencia tome prioridad sobre el diálogo.
A continuación las palabras completas del Santo Padre sobre este tema:
« [dropcap]L[/dropcap]es dirijo a todos ustedes un llamado de corazón para que recen con insistencia por la paz en Tierra Santa, a la luz de los trágicos eventos de los últimos días. Tengo aún en la memoria el vivo recuerdo del encuentro del 8 de junio pasado con el patriarca Bartolomé, con el presidente Pérez y el presidente Abbas, junto a los cuales hemos invocado el don de la paz y escuchado la llamada a romper la espiral del odio y de la violencia.
Alguien podría pensar que tal encuentro se realizó en vano, en cambio no. La oración nos ayuda a no dejarnos vencer por el mal, ni a resignarnos que la violencia y el odio tomen la mejor posición sobre el diálogo y la reconciliación.
Exhorto a las partes interesadas y a todos quienes tienen responsabilidad política a nivel local e internacional a no ahorrar oraciones y a no ahorrar ningún esfuerzo para hacer cesar cualquier hostilidad y conseguir la deseada paz para el bien de todos. Y les invito a todos los presentes a unirnos en oración. En silencio todos recemos (instantes de silencio).
Ahora Señor ayúdanos Tú, dónanos Tú la paz, enséñanos Tú la paz, guíanos Tú hacia la paz, abre nuestros ojos y nuestros corazones. Y dónanos el coraje de decir: nunca más a la guerra. Infunde en nosotros el coraje de cumplir gestos concretos para construir la paz. Vuélvenos disponibles a escuchar el grito de nuestros ciudadanos que nos piden transformar nuestras armas en instrumentos de paz, nuestros miedos en confianza, y nuestras tensiones en perdón. Amén».