En la Parroquia de Curacautín acompañado de numerosos fieles de todas las comunidades, sacerdotes, diáconos permanentes y acólitos.
Con una Solemne Eucaristía el Ex Capellán Jefe del Servicio Religioso de Carabineros de Chile, Coronel® JOSÉ CASALI ORTEGA, celebró sus Bodas de Oro Sacerdotales, acompañado de numerosos fieles que acudieron de todos los alrededores donde presta servicio y colaboración sacerdotal. Todo esto en el contexto del día de oración por Chile a los pies de nuestra madre la Virgen del Carmen, nuestra patrona.
Padre Mario Ross
El párroco de la Parroquia San Pedro de Curacautín, Pbro. Mario Ross fue el encargado de realizar la homilía al festejado, comenzó dando lectura al saludo que le enviara el Papa Francisco por sus 50 años sacerdotales, luego continuó resaltando los hitos más destacados de la amplia trayectoria sacerdotal del conocido Padre “Pepe”. Uno de lo más destacado fue su trabajo en Carabineros de Chile por más de 30 años, luego presto servicio misionero en las lejanas tierras de Aysén, y por motivos de salud debió dejar la Patagonia y encontrando en la Zona de Curacautín otro lugar acogedor para poder ejercer su ministerio sacerdotal y misionero.
Padre Luis Barrientos
El párroco de San Sebastián, de la fronteriza localidad de Lonquimay, Pbro. Luis Barrientos también se hizo presente en la Eucaristía: “Yo tengo la Misa a las 11:00 de la mañana, igual que acá en Curacautín, pero le conté a la comunidad que venía a acompañar al Padre Cassali y todos estuvieron de acuerdo en cambiar la Misa a las 09:00 para poder alcanzar a llegar a Curacautín. Allá también lo conocen, porque siempre nos va colaborar con las misas y confesiones cada vez que se lo pedimos y de manera especial en la fiesta de San Sebastián el 20 de Enero. Y para mi como sacerdote es un gran ejemplo de perseverancia en el ministerio, sus ejemplos y anécdotas siempre son instructivas, agregó.
Un Feligrés
Estoy muy feliz de acompañar a mi capellán en sus 50 años, lo conocí cuando fui alumno de la ESUCAR y él fue mi profesor. Tengo muy buenos recuerdos de todo ese proceso, porque siempre nos educó para la vida familiar, los hijos y la vida en general, de la importancia de los valores y de poder vivirlos, aunque cueste y por sobre todo el amor a Dios. Muy feliz, fue una ceremonia muy hermosa.
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Al término de la Misa, las comunidades ofrecieron a todos los invitados un compartir fraterno, donde no faltó el pie de cueca y la torta de celebración por los 50 años sacerdotales, las empanaditas de la Señora Chelita y muchas cosas ricas más, en un ambiente comunitario maravilloso.