La oración de la mañana fue guiada por miembros de la parroquia San Judas Tadeo de Ercilla, donde el párroco Francisco Millán pidió a Nuestro Señor que acompañar durante toda la jornada, este Encuentro Diocesano de Catequesis, cuyo lema fue Testigos de la Fe. Luego, los jóvenes de la parroquia La Merced alentaron con su cantar.
A continuación, el Pbro. René Riquelme, Asesor Diocesano de la Catequesis Familiar y párroco de Sagrado Corazón de Jesús de Victoria, entregó las palabras de bienvenida a los cerca de 500 catequistas, donde invitó a vivir este encuentro en el Señor, quien además llamó a “crecer en la fe y en el compromiso que tenemos con el Señor” y encomendó a los peregrinos a la Santísima Virgen Maria y a seguir con la misión que Dios nos encomendó. Por su parte, brindó sus agradecimientos a los hermanos de Lautaro por la acogida.
El Pbro. Jorge Vidal, saludó a nombre de la parroquia anfitriona y luego, el Vicario Pastoral el Pbro. Rogelio Henríquez dio a conocer el saludo del Obispo, Monseñor Héctor Vargas, cuyo afectuoso escrito señalaba que… “Con motivo de su encuentro diocesano, les hago llegar mi saludo de gratitud y de admiración. De gratitud, porque por medio de su labor me ofrecen una ayuda invaluable a mi tarea de Pastor; y de admiración, porque no obstante los sacrificios, esfuerzos e incluso disgustos que también suelen acompañar este servicio, ustedes continúan llevando con misión adelante con una generosa fidelidad.
Esta vocación a la que el Señor les ha llamado por medio de su comunidad cristiana, ocupa un lugar central en nuestra Iglesia. Porque el educar la fe del pueblo de Dios que se les ha confiado, es fundamental para que esta fe no solo pueda continuar siendo transmitida de generación a generación, sino para que por medio de esa fe, los hombres y mujeres de hoy puedan desarrollar una vida hermosa, puedan tener un encuentro profundo con la Persona de Jesucristo, puedan descubrir su pertenencia a la Iglesia y el lugar que les cabe en ella, y puedan bajo el impulso de Espíritu Santo, entender su vida cristianan de discípulos misioneros, como un compromiso de amor y servicio al mundo, para que ese mundo sea según el querer de Dios, en donde todos se salven.
Todo lo anterior pasa por una condición que se nos exige a todos quienes ejercemos una labor pastoral, y que es testimonio de vida. En la medida que todos aquellos a quienes se dirige nuestra misión, perciban en cada uno de nosotros un alegre signo y testimonio del amor de Dios en medio de ellos, entonces el mensaje que anunciamos, resonará en sus corazones como la mejor noticia para sus vidas, y creerán en ella.
Finalmente y lamentando mucho no poder acompañarles en esta ocasión, les regalo un hermoso párrafo del documento de Aparecida:
“Conocer a Jesús es el mejor regalo que pueda recibir cualquier persona; haberlo encontrado nosotros es lo mejor que nos ha ocurrido en la vida, y darlo a conocer nuestra palabra y obra es nuestro gozo2 (DA 29)”
Con afecto de Padre y Pastor, +Héctor Vargas Bastidas, Obispo de San José de Temuco
Tras la lectura del saludo de nuestro Obispo diocesano, se vivió un tiempo de esparcimiento amenizado por la música de los jóvenes de Victoria, Fuerza Mercedaria, momento seguido por la exposición que brindó el Pbro. Fernando Torres, quien ahondó sobre el Año de Fe y el catequista como imagen del Señor y de ser anunciadores y educadores de la fe, “ustedes son testigos del encuentro de tantas personas con Jesucristo y son colaboradores de la obra salvadora de Él”. También, manifestó los deberes del catequista hoy en día.
Nuevamente, la música entregó alegría y festividad, para dar paso a la hora del almuerzo.
Al culminar dicho compartir, se inició la procesión por las principales calles lautarinas para llegar al templo parroquial de Sagrado Corazón de Jesús para la Celebración Eucarística, que fue presidida por el Vicario General, Pbro. Giglio Linfati Cantergiani, instancia donde se entregó a los cuatro coordinadores decanales un recuerdo elaborado por los reos que se están catequizando para recibir su Sacramento.