La Santa Eucaristía en el Octogésimo Séptimo aniversario de Carabineros de Chile, fue presidida por Monseñor Héctor Vargas Bastidas, en la Catedral de Temuco, lugar donde el Obispo tras saludar a los asistentes, entre ellos el Señor General Nabih Soza Cárdenas, el Señor Intendente Francisco Huenchumilla, el Señor Alcalde Miguel Becker y a las más altas representativas autoridades civiles y de instituciones hermanas, los invitó a celebrar la Eucaristía, Acción de Gracias a Dios en un nuevo año de vida Institucional.
Agregó que es necesario tener una firme vocación, como la que han sentido tantos hombres y mujeres desde 1927, hasta hoy. Vocación por ser carabinero en grandes urbes, con todos los desafíos y graves riesgos que implica, o serlo en apartados lugares fronterizos de nuestra larga geografía, en donde se siente la soledad y las privaciones, o serlo también en pequeños poblados con gente sencilla que en cada carabinero, ven la ley, la seguridad, el respeto de sus derechos, la valiosa ayuda y el apoyo en momentos de grave dificultad.
Señaló que Chile está orgulloso de sus carabineros y los presenta ya no sólo dentro de nuestro territorio, sino que acostumbra a enviarlos a otras culturas, a otros países necesitados de orden, paz, de colaboración en la formación de sus propias policías.
Manifestó además: “Por eso en un nuevo aniversario, le resulta espontáneo a la Iglesia invitar a alabar a Dios, a darle gracias, a pedir su bendición para esta Institución de la Patria, tantas situaciones que agradecer, que poner en oración”.
“Carabineros no está solo, experimenta constantemente la compañía y fortaleza que le dan los suyos. Es por ello, que damos las gracias a Dios, también, a tantos padres, hermanos, esposas, esposos e hijos, que a diario con amor y comprensión, comparten sus alegrías, esperanzas, vicisitudes, miedos y peligros.”
Concluyó sus palabras en este aniversario 87, señalando que: “ de manera muy especial, queremos orar a Dios por la vida ofrendada de más de mil carabineros mártires caídos en el campo del deber, que nos habla del inmenso amor a la gente y a los grandes valores de la Institución y de la Patria… que en este tiempo de la Pascua, el Señor Resucitado les conceda el premio reservado a los hombres justos y buenos, y Dios nos dé un tiempo nuevo, lleno de sus gracias, para caminar hacia la plenitud de la vida personal e institucional… queridos Carabineros de Chile, tienen una gran responsabilidad de ser dignos de sus antecesores y mayor responsabilidad aún de heredar a nuevas generaciones, una Institución cada vez mejor, más respetada, más querida y más fiel a sus nobles valores e ideales”.
En el ofertorio, presentaron en el Altar a Dios sus ofrendas, como signo de amor, compromiso y entrega por la vida, presentaron su escudo corporativo, encomendando la vida de todos sus miembros en manos del Señor. Además, una imagen de un carabinero, como signo de la entrega y servicio de tantos hombres y mujeres que dan su vida con espíritu de servicio y abnegación a lo largo y ancho de nuestra patria. Un carabinero presentó, flores para la Madre del Señor, a nuestra patrona la Virgen del Carmen, quien los asiste con su cuidado maternal y protección; finalmente, una familia de carabineros, llevó los frutos de la tierra: Pan y Vino.
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