En la madrugada de aquel sábado 21 de septiembre del año 2014, un voraz incendio consumió por completo la construcción de este Templo, provocando un profundo pesar y consternación en toda la comunidad. El fuego consumió en su totalidad esta edificación de más de 60 años, el que se encontraba a meses de ser refaccionado.
Desde aquel día, la comunidad siguió adelante, manifestando claras señales de unidad, colaboración y entrega, al levantar un nuevo lugar de oración y encuentro y este sábado 09 de abril de 2022, fue la Dedicación de este Templo Parroquial.
La celebración se inició a las 10 de la mañana, con el pueblo de Dios reunido en el frontis del colegio San Francisco de Asís de la población Dreves, acompañados de Monseñor Alberto Ortega Martín, Arzobispo Titular de Midila, Nuncio Apostólico de Su Santidad en nuestro país; Monseñor Francisco Javier Stegmeier Schmidlin, Obispo de la Diócesis de Villarrica; el Administrador Diocesano, Presbítero Juan Andrés Basly Erices; Miembros del Colegio de Consultores, Sacerdotes, Religiosas y Diáconos, quienes caminaron hacia el nuevo templo, con antorchas y en procesión, portando reliquias de los santos las que fueron depositadas bajo el Altar durante la ceremonia de Dedicación.
Al llegar, Don Juan Albornoz Contreras, de la Comisión Reconstrucción, explicó brevemente el proyecto y la importancia para la comunidad parroquial del logro de esta obra. Luego, se entregó las llaves del Templo a Monseñor Alberto Ortega Martín, Nuncio Apostólico.
El Párroco Carlos Hernández Cordero, abre las puertas del Templo invitando al Pueblo a entrar a la Iglesia, “Entren por las puertas del Señor con acción de gracias, por sus atrios con himnos “, al son del canto del Salmo 23.
Posteriormente, Monseñor Alberto Ortega, bendijo el agua y roció al pueblo ahí presente y se purificaron los muros y el Altar, » (…) Santifica con tu bendición esta agua, creatura tuya, para que, rociada sobre nosotros y sobre los muros de esta Iglesia, sea señal del bautismo, por el cual,
lavados en Cristo, llegamos a ser templos de tu Espíritu; concédenos a nosotros y a cuantos en esta Iglesia celebrarán los divinos misterios y llegar a la celestial Jerusalén».
Liturgia de la Palabra
En su homilía, Monseñor Alberto Ortega, agradeció a todo el pueblo de Dios, junto a sus queridos sacerdotes, reunidos por levantar nuevamente este Templo Parroquial, » Es una alegría muy grande el compartir con ustedes esta Eucaristía para dedicar este Templo Parroquial, es la alegría que veíamos también en el Pueblo de Israel en la primera lectura, cuando convocados por Dios en torno a él escuchaban su palabra y era un momento de gran alegría para todos, por eso la primera palabra es gratitud a Dios por poder dedicar este nuevo Templo. Felicidades a toda la parroquia, a todas las comunidades, que bonito que este Templo es fruto de todos ustedes, que ha sido la colaboración de mucha gente (…) que bonito la cantidad de gente que ha trabajado, que ha orado, que se ha empeñado para que este Templo sea posible. En hora buena al padre Carlos, párroco, también una palabra de recuerdo cariñoso para monseñor Héctor, es momento de recordarle con mucho cariño. También en hora buena al administrador diocesano, el padre Juan Andrés y también el compartir con mi hermano obispo, monseñor Francisco Javier, obispo de Villarrica, delante de tanta gente que viene de todas las comunidades de la parroquia, es un momento de mucha alegría y bendición para todos. Hoy en un día de bendición para todos nosotros y la invitación que nos hace la palabra de Dios que ilumina siempre nuestras vidas, es que no estén tristes porque la alegría en el Señor es la fortaleza de ustedes. Dedicamos este Templo porque queremos que estas palabras sean realidad siempre en nuestras vidas y porque sabemos que este Templo es una ayuda para todos nosotros, para que sean verdad estas palabras, para que la alegría en el Señor sea nuestra fortaleza, la consistencia de nuestra vida, la alegría está en el Señor (…) este Templo que hoy dedicamos al Señor, es un signo también de lo que queremos hacer cada uno de nosotros, dedicarnos al Señor, construir nuestra vida sobre él para hacer instrumentos de su paz, para hacer presente en nuestro mundo que tanto nos necesita, esa es la misión preciosa de la Iglesia (…) la alegría de la Iglesia es la misión, es evangelizar».
Agregó que » Este Templo es casa de oración, donde escuchamos la palabra de Dios, donde nos alimentamos con los sacramentos, donde participamos activamente de la vida de la Iglesia (…) que esta casa de Dios, que este Templo, sea un lugar de acogida, un lugar de bendición para todos. Decía el Papa, el culto a Dios pasa por la cercanía al hermano y por eso deseamos, pedimos que este Templo, que es Templo vivo, que son ustedes, que están aquí reunidos en torno al Altar, sea un centro de caridad, donde todas las personas, sobre todos que los más necesitados, se puedan sentir acogidos, un lugar que irradia el amor y la cercanía de Dios».
Tras las palabras de Monseñor Ortega, la asamblea acompañó junto a las Letanías de los Santos, pidiendo la intercesión de nuestros hermanos. Posterior, fueron colocadas bajo el Altar, las reliquias de santos de nuestra patria, reliquias de Santa Teresa de Los Andes y de San Alberto Hurtado.
Luego, se efectuó la oración Solemne de Dedicación, pronunciada por el Monseñor Alberto, » (…) Este edificio hace vislumbrar el misterio de la Iglesia, a la que Cristo santificó con su sangre, para presentarla ante sí como esposa llena de gloria (…)Te suplicamos, pues, Padre Santo, que te dignes impregnar con santificación celestial esta Iglesia y este Altar, para que sean siempre lugar santo y una mesa siempre lista para el sacrificio de Cristo (…)Que tus fieles, reunidos junto a este Altar, celebren el memorial de la Pascua y se fortalezcan con la Palabra y el Cuerpo de Cristo». A continuación, monseñor Ortega, efectuó la unción del Altar, también los muros del Templo. Seguido del incienso en el Altar y la Iglesia, donde después se cubrió con el mantel y se adornó e iluminó el Templo, » Brille en la Iglesia, la luz de Cristo para que todos los hombres, lleguen a la plenitud de la verdad».
Ofertorio
En la liturgia eucarística, la señora Dolores y don Juan, fieles de la parroquia presentaron el Pan y el Vino. También, se presentó ante al Altar, una cruz, confeccionada con la madera quemada del antiguo Templo, la que luego se entregó a cada una de las 13 comunidades de la parroquia, como signo de unidad en la reconstrucción y como recuerdo de la Solemne Dedicación. Además, se hizo memoria agradecida, presentando las fotos de Monseñor Héctor Vargas y del Padre Juan Alarcón, quienes han partido a la casa del Padre, y que acompañaron en la etapa de reconstrucción del Templo. Después, en profunda solemnidad se inauguró la Capilla al Santísimo Sacramento.
Al concluir la ceremonia, el párroco Carlos Hernández Cordero, tras expresar sus saludos y gratitud a todos los presentes y a quienes han estado vinculados a la vida parroquial, manifestó » Querida comunidad parroquial, ha llegado el día tan esperado de la Dedicación de nuestro Templo Parroquial, después de años de trabajo y esfuerzo de todos ustedes junto a sus sacerdotes y diáconos. Hoy todo este sacrificio se ve recompensado en esta hermosa y solemne celebración. Al llegar a esta parroquia como párroco junto al querido padre Juan Alarcón, QEPD, me integré al trabajo iniciado por la comunidad, asumiendo el proyecto que ya estaba en ejecución. La pandemia y las sucesivas cuarentenas, con las restricciones, hicieron mas difícil el trabajo y la coordinación en muchos aspectos, sin embargo este proyecto tan anhelado por todos y también por nuestro obispo, monseñor Héctor Vargas Bastidas, siguió adelante con el compromiso de todos ustedes. Hoy tenemos nuestro Templo con la gracia de Dios, sin embargo, quedan varias tareas pendientes, las que juntos podemos sacar adelante, teniendo siempre presente al Señor, (…) Él nos convoca, Él nos llama, Él es el importante y con Él construimos no solo su Templo sino también su reino de justicia y de verdad, reino de misericordia y de solidaridad. Les invito a elevar a Dios una sincera acción de gracia por todas sus bondades y delicadezas, por el testimonio de generosidad, entrega y compromiso con Cristo y su Iglesia, que nos han brindado tantas personas que han sido parte importante de este proyecto que hoy se ve materializado».
El Padre Carlos Hernández, párroco de Santo Tomás de Villanueva, continuó sus palabras de gratitud, expresando » Agradezco una vez más a quienes nos acompañan en este día, su presencia nos anima a fortalece para seguir los pasos de Cristo con la protección e intercesión de nuestro patrono Santo Tomás de Villanueva, el obispo de los pobres, de Santa Teresa de Los Andes, san Alberto Hurtado y la sierva de Dios, fundadora de las hermanas de la Santa Cruz, la madre Bernarda, cuya reliquia está instalada en la base de nuestro Altar. El testimonio de los santos no solo quedará en la base de nuestro Altar hoy consagrado sino también en la menonia y corazón de esta comunidad parroquial, que se alegra y anima con tan insignes intercesores. Gracias a ustedes hermanos y hermanas por todo el trabajo realizado, trabajo que no termina aquí sino que se continua y prolonga en el tiempo con la ayuda de Dios y el esfuerzo y compromiso de toda la comunidad».