Diócesis de Temuco

EL NOMBRE DE LA IGLESIA ES SINODALIDAD

Pbro. Rogelio Henríquez Sepúlveda, Decano decanato Temuco Sur

Allá por el siglo IV d. C., San Juan Crisóstomo decía que ´la Iglesia tiene nombre de Sínodo`.  Parafraseándole podríamos decir que, el nombre de la Iglesia ´es Sínodo`.

Cuando hablamos de ´renovación`, siguiendo lo que el Papa Francisco quiere introducir, creo que el concepto de sinodalidad es fundamental. ´Sínodo` significa “caminar juntos”; se trata de hacer el camino juntos. En el lenguaje de Francisco, Dios es un Dios caminante, ha venido a nosotros para hacer camino con la humanidad; se acerca al hombre y a la mujer de todos los tiempos para introducir la esperanza en la historia. En nosotros este caminar de fe se inicia en el bautismo.  Por lo tanto, el concepto caminar es fundamental para comprender la Iglesia. Ella es un pueblo en camino cuya meta es el Reino de Dios, cuyo anuncio le compete.

Siguiendo el pensamiento del Papa partiendo de la Evangelii Gaudium, al hablar Francisco de la conversión pastoral y misionera de la Iglesia, hace referencia al diálogo entre católicos y ortodoxos, señalándolo como una riqueza. Desde allí se desprende inmediatamente la idea de sinodalidad. Fundamentalmente se trata de la búsqueda a través del diálogo permanente, de la voluntad de Dios. Esto compromete una actitud. Pero escuchar es más que oír, y para que sea realmente una actitud de escucha y de diálogo, debe haber libertad para hablar. Si miramos a Francisco, no le teme a las discrepancias o formas diversas de ver la realidad. No le da miedo que esa libertad para hablar refleje diversidad de posturas porque, como él ha comentado en algunas ocasiones, Pedro y Pablo se enfrentaban planteando sus argumentos. Ahora bien, esto supone también estar dispuesto a escuchar con atención y con humildad.  Porque lo que se pretende es que la sinodalidad sea un proceso de ´sinergia o de convergencia para la misión`. Se trata no de cambiar estructuras simplemente por cambiarlas, sino que lo que se procura es que el aporte de cada uno converja en un proyecto común, manteniendo su peculiaridad. Se trata de situarnos en la línea que juntos participamos de este caminar sinodal en la búsqueda permanente de lo que Dios quiere de nosotros, luchando contra la tentación de uniformarlo todo, de crear un pensamiento único como si Dios fuera una idea globalizada.

Domingo 24 de Julio 2022