El Santo Padre prosigue con las catequesis sobre la familia. Hoy explicó la importancia de las personas ancianas en la sociedad y en la Iglesia.
[dropcap]T[/dropcap]ras un breve recorrido en el jeep descubierto, el santo padre Francisco ha celebrado como cada miércoles la audiencia general en presencia de miles de personas en la plaza de san Pedro. ¡Viva el Papa! ¡Francisco! gritaba la multitud al ver pasar al Pontífice de cerca. Mientras, él saludaba y tomaba en sus manos a los más pequeños para darles un bendición. De este modo, el Papa ha podido incluso beber mate que le acercaron unos fieles y bendecir algunos artículos religiosos.Prosigue hoy la serie de catequesis sobre la familia. Y como ya anunció la semana pasada, la catequesis de esta semana ha tratado sobre los abuelos y la importancia que tienen dentro de la familia.
En el resumen hecho en español, Francisco ha indicado: “Queridos hermanos y hermanas. La catequesis de hoy está centrada en la importancia que los abuelos tienen en la familia y en la sociedad. Ciertamente, se trata de una etapa especial de la vida y, hasta cierto punto, novedosa, también para la espiritualidad cristiana. Pero el Señor nos llama a seguirlo en todos los momentos y circunstancias. Las personas mayores también tienen una misión y una gracia especial para llevarla a cabo”.
Además, ha recordado que “el Evangelio de Lucas nos habla de los ancianos Simeón y Ana, que estaban en el Templo de Jerusalén, siempre atentos en espera de la venida del Mesías. Y, cuando lo reconocieron en el Niño Jesús, recibieron nuevas fuerzas para bendecir a Dios con un hermoso cántico de alabanza y anunciar la liberación a todo el pueblo”.
Francisco ha explicado que “como ellos, los abuelos de hoy están llamados a formar un coro permanente en el gran santuario espiritual de nuestro mundo, a sostener con su oración e infundir ánimo con su testimonio a cuantos luchan en el campo de la vida. La plegaria de los mayores es un gran don para la Iglesia; y sus palabras, una inyección de sabiduría para la sociedad, muchas veces ocupada en mil cosas y distraída de lo esencial”.
Finalmente, ha asegurado que “el corazón de los abuelos, libre de resentimientos pasados y de egoísmos presentes, tiene un atractivo especial para los jóvenes, que esperan encontrar en ellos un apoyo firme en su fe y sentido para su vida”.
A continuación, el Papa ha saludado a los peregrinos de lengua española “venidos de España, Puerto Rico, Argentina, México y otros países latinoamericanos”. Queridos hermanos, –ha observado el Papa– cuánto me gustaría que la Iglesia pudiera superar la cultura del descarte, promoviendo el reencuentro gozoso y la acogida mutua de las distintas generaciones. Recemos todos por esta intención. Gracias.
Tras los saludos en las diferentes lenguas, el Papa ha dedicado unas palabras a los jóvenes, los enfermos y los recién casados. El Santo Padre ha observado que en este mes recordamos el quinto centenario del nacimiento en Ávila de santa Teresa de Jesús. Por eso ha pedido para los jóvenes que su vigor espiritual les estimule “a testimoniar con alegría la fe en vuestra vida”.
Asimismo ha deseado para los enfermos que “su confianza en Cristo Salvador” les sostenga en los momentos de mayor desaliento. Del mismo modo ha deseado para los recién casados que el «incansable apostolado” de la santa les invite a “poner a Cristo en el centro de vuestra casa conyugal”.