Francisco anuncia que en 2017 volverá a Brasil por la celebración del tercer centenario de Aparecida
[dropcap]E[/dropcap]sta mañana, pasadas las 8.00, el santo padre Francisco ha dejado la Residencia de Sumaré y se ha dirigido en avión a Aparecida, para celebrar la Santa Misa en el Santuario Nacional de Nossa Senhora da Conceição Aparecida, el mayor santuario católico en Brasil.El avión que le trasportó desde Río de Janeiro, llegó esta mañana al aeropuerto de San José de Campos a unos 70 kilómetro del Santuario. Desde allí se dirigió en helicóptero hasta la Basílica, donde fue acogido por una multitud de fieles entusiasmada que le esperaban protegiéndose con paraguas de la lluvia.
A su llegada, el papa fue recibido por el arzobispo, el cardenal Raymundo Damasceno Assis y de algunas autoridades locales. Las malas condiciones climatológicas no han sido un impedimento para que el papa, subido al jeep descubierto, recorriera el camino que le llevaba desde el helipuerto a la Basílica, sonriente, saludando y bendiciendo a los presentes.
Un vez en la Basílica del Santuario, el papa ha sido acogido en la entrada por el rector. De ahí se ha dirigido directamente a la Capilla dedicada a los 12 apóstoles, donde está expuesta la estatua de la Virgen de Aparecida. El santo padre se ha detenido en unos minutos de oración y ha realizado la oración a la Madre Aparecida, poniendo en sus manos a los jóvenes y la Jornada Mundial de la Juventud.
El papa ha recibido una réplica de la imagen de la Virgen de Aparecida y él ha donado al Santuario un cáliz.
Al inicio de la misa el cardenal Damasceno ha dirigido unas palabras al obispo de Roma señalando que «este santuario es un importante «icono» religioso nacional. Al visitarlo, se puede decir que, simbólicamente, santidad, se encuentra de visita en Brasil».
Durante la homilía, en la que el santo padre ha hablado en portugués, ha señalado que «hoy he querido venir aquí para pedir a María, nuestra Madre, el éxito de la Jornada Mundial de la Juventud, y poner a sus pies la vida del pueblo latinoamericano. Así mismo ha recordado que en este santuario, donde hace seis años se celebró la V Conferencia General del Episcopado de América Latina y el Caribe, «ha ocurrido algo muy hermoso, que he podido constatar personalmente: ver cómo los obispos —que trabajaban sobre el tema del encuentro con Cristo, el discipulado y la misión— se sentían alentados, acompañados y en cierto sentido inspirados por los miles de peregrinos que acudían cada día a confiar su vida a la Virgen: aquella Conferencia ha sido un gran momento de Iglesia».
A continuación ha dado tres «sencillas actitudes» para que María «nos ayude a todos nosotros, Pastores del Pueblo de Dios, padres y educadores, a transmitir a nuestros jóvenes los valores que los hagan artífices de una nación y de un mundo más justo, solidario y fraterno»: » Mantener la esperanza», «dejarse sorprender por Dios» y «vivir con alegría». El santo padre ha destacado ideas como que «el más fuerte es Dios, y Dios es nuestra esperanza», «demos aliento a la generosidad que caracteriza a los jóvenes, ayudémoslos a ser protagonistas de la construcción de un mundo mejor: son un motor poderoso para la Iglesia y para la sociedad», también ha recordado que Dios «pide que nos dejemos sorprender por su amor, que acojamos sus sorpresas» y que «el cristiano es alegre» y «no puede ser pesimista».
Antes de finalizar la eucaristía el papa Francisco ha consagrado su pontificado a la Virgen de Aparecida en una oración en la que le ha pedido que «postrado a tus pies, te consagro mi mente (…) te consagro mi lengua, (…) te consagro mi corazón, para que después de Dios, te ame sobre cada cosa (…)».
Después de la bendición final, el pontífice se ha dirigido a las personas que estaban en primera fila, principalmente enfermos, y les ha dado su bendición y saludado con ternura, como acostumbra a hacer en tantas ocasiones.
Y ya para finalizar la celebración en el Santuario mariano, el santo padre ha salido al balcón para bendecir a todos los fieles que han seguido la misa por las pantallas instaladas en el exterior. Una plaza que puede contener varias decenas de miles de personas.
Muy sonriente, Francisco se ha disculpado por no hablar «brasileño» y les ha dicho que hablaría en español. Ha dado las gracias de corazón a los fieles y ha pedido a la Virgen de Aparecida su bendición para los presentes y sus familias. Finalmente, les ha pedido que recen por él «porque lo necesito» y ha añadido «¡y hasta 2017, que voy a volver!», palabras que han provocado el entusiasmo de los presentes.
En el 2017 se celebra el tercer centenario de la aparición de la imagen de la Virgen de este Santuario. En 1717 un grupo de pescadores, después de varios intentos infructuosos, pidieron la intercesión de la Virgen María y en lugar de pescado, encontraron una pequeña imagen de Nuestra Señora de la Concepción hecha en terracota. El título de «Aparecida» viene del verbo «Aparecer» porque fue en un momento de gran necesidad cuando los pescadores la encontraron y se dieron cuenta de que este hecho indicaba una señal de la intercesión de la Virgen.