Diócesis de Temuco

¡El que estaba muerto ha resucitado y vive para siempre!

Escribe: mons. Jorge Concha Cayuqueo, obispo Diócesis San José de Temuco

Cristo resucitó para siempre, el que estaba caído, abatido, el que murió en la cruz hace casi dos mil años atrás en Jerusalén, en tiempos del emperador romano Tiberio Cesar, ante mucha gente. Ese Jesús que murió verdaderamente en la Cruz, Resucitó! Y en este hecho radica la fe los cristianos (Hechos 1, 3; 1Cor 15, 14).

El Evangelio según San Lucas, nos dice que varias mujeres fueron al sepulcro de Jesús, el primer día de la semana, es decir, el domingo, para perfumar su cuerpo, pero encontraron que la tumba estaba abierta y el cuerpo de Jesús no estaba; ante tal sorpresa, dos hombres con vestiduras resplandecientes, dicen a las mujeres: « ¿Por qué buscan entre los muertos al que está vivo? No está aquí: ¡ha resucitado!» (Lc 24, 5-6).

Jesús muerto y resucitado marca una huella, un camino hecho de verdad y de amor para que todo aquel que lo quiera seguir, lo haga con confianza; sigue siendo como  un faro, en las oscuridades del mundo y en las noches de la propia vida, para que muchos puedan levantarse, dejarse orientar, guiar, hacia el mejor puerto que es Él mismo: Luz para  la vida y el mundo.

Jesús muerto y resucitado enarbola la bandera de la vida, del amor, de la justicia, de la paz, para que todo aquel que quiera adherirse y asumir estos desafíos lo haga con más fortaleza, porque Él ya lo ha hecho y sigue trabajando para que este mundo sea mejor. 

Jesús muerto y resucitado sigue atrayendo hacia Dios como nadie lo ha hecho, porque despierta en lo más profundo del corazón humano la añoranza y el anhelo por Dios.

Las mujeres fueron las primeras en recibir la noticia de la resurrección y ellas se lo fueron a decir a los apóstoles. Las mujeres, como siempre, han sido importantes en el anuncio de buenas noticias, de vida, de fortaleza y amor.

Ahora es el tiempo para buscar a Dios vivo y verdadero. El Hijo de Dios, muerto y resucitado, es el Camino, la Verdad y la Vida. El mismo viene en ayuda del que lo busca con verdad, confianza y amor: «Yo les digo: pidan y Dios les dará;  busquen y encontrarán; llamen y Dios les abrirá. Porque todo el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, Dios le abrirá» (lc 11, 9-10).

Feliz Pascua de Resurrección!!!