Diócesis de Temuco

Emotivo Adiós a Monseñor Héctor Vargas


La mañana del miércoles 09 de marzo, quedará en el recuerdo de los fieles de la Diócesis San José de Temuco, porque a las 10 horas, se dio inicio en el Templo Catedral a la ceremonia de discursos y a las 11 horas a la Misa de Exequias  de quien fue nuestro Pastor por 9 años, que fue llamado a la Casa del Padre Celestial, luego de una larga enfermedad, en la cual fue unido al dolor de Cristo. Siendo el primer obispo, de nuestra casi centenaria Diócesis, que fallece en el ejercicio de su ministerio.


La celebración fue presidida por el Cardenal Arzobispo de Santiago y Presidente de la Conferencia Episcopal, Mons. Celestino Aós Braco; concelebraron el Nuncio Apostólico en Chile, Mons. Alberto Ortega Martín; Arzobispo Metropolitano de Concepción, Mons. Fernando Chomali Garib; Cardenal Ricardo Ezzati Andrello, junto a una veintena de obispos, sacerdotes diocesanos y de otros lugares.
Asistieron integrantes de su familia, sus tres amados hermanos menores, sobrinos y amistades.
Además, el Gobernador Regional, Luciano Rivas junto a su esposa; Delegados del Gobierno de Chile; Senador Francisco Huenchumilla; Generales y representantes de las Fuerzas Armadas y de Orden; el Alcalde de la ciudad de Temuco, Roberto Neira; Rectores de las Universidades; fieles de las parroquias y comunidades y miles de personas que siguieron la transmisión por la plataforma de Facebook, gracias al apoyo técnico de la UCT.


Homenajes
La cercanía, el cariño, el corazón paterno, son gestos que caracterizaron su ministerio episcopal en nuestra diócesis, que muchas personas pudieron vivenciar de Don Héctor, a lo largo de estos años. Por eso, que previo a la celebración de la Eucaristía, se dio lectura de una biografía de monseñor Héctor, donde se da a conocer aspectos de su vida, vocación y formación, acompañado de la proyección de  imágenes del recuerdo que grafican parte de caminar por estas tierras de La Araucanía. Luego, se entregaron diversos testimonios, quienes junto al féretro de Mons. Héctor, dirigieron unas palabras en homenaje a nuestro pastor. Entre ellos, habló el Gobernador Regional, Luciano Rivas, quien alentó a seguir adelante con su mensaje » (…) que el desafío para quienes vivimos en La  Araucanía, es que avancemos por una Araucanía en paz y que llevemos el mensaje de monseñor Vargas, que sin lugar a dudas fue artesano de unidad por la región».
Posteriormente, dirigió unas palabras el rector de la Universidad Católica de Temuco, Aliro Bórquez Ramírez, quien ahondó en la persona del Gran Canciller de dicha Casa de Estudios, resaltando tres aspectos de gran preocupación en el discurso permanente del pastor: » La educación de los jóvenes, la situación del Pueblo Mapuche y la delicada tensión que vive este región», profundizó al respecto el rector.
La hermana Naier Elgueta, Superiora General de las Hermanas Franciscanas de derecho diocesano, destacó por su parte que: » Monseñor siempre nos alentó a luchar y trabajar por ser verdaderos instrumentos de paz y amor».
Continuó la intervención de Jaime Vargas Collipal, quien habló en nombre de toda la familia, resaltando momentos muy especiales vividos y tantas experiencias que primó en la unión familiar.
Del movimiento EPE que impulsó don Héctor en nuestra diócesis, también entregaron su discurso y sentir. A su vez, palabras de un compañero salesiano de la promoción de los años 70 en Valdivia. También, de la Congregación de las Hnas. Franciscanas Ecuatorianas, la hermana Ramona Soto, destacó la gran labor  y dedicación en la educación de la Diócesis. La religiosa destacó la amistad sostenida y el rol de director espiritual que el obispo fue para ella. Resaltó el pasacalle pastoral, instancia que monseñor siempre soñó y quiso para la diócesis como una expresión de ser iglesia en salida.
El presidente nacional de FIDE, Pedro Díaz, expresó su gratitud y reconocimiento » El país debe agradecer al padre Héctor, su gran defensa de la educación».
A nombre del clero diocesano, el Pbro. Ariel Valdez Opazo, vicario pastoral, con mucho sentir destacó entre otras palabras de recogimiento que: » El obispo siempre estuvo preocupado de toda la vida pastoral de la iglesia, de los desafíos, que dejemos todo el caminar en las manos del Señor (…) con su partida, nos embarga la sensación de sentirnos huérfanos sin nuestro pastor».
Cabe mencionar, que se dieron lectura a diversas condolencias, entre las cuales están las de Diócesis de Guasdualito y Diócesis de San Fernando de Apure, ambas de Venezuela; Diócesis de Tacna y Moquegua – Perú; También, del Gobierno, mundo académico y empresarial.


Santa Misa de Exequias
Al concluir la primera parte de la ceremonia, se realizó la procesión de entrada, para dar inicio a la Santa Eucaristía, la que presidió el Cardenal Celestino Aós Braco, Arzobispo de la Arquidiócesis de Santiago de Chile y Presidente de la Conferencia Episcopal, acompañado en la concelebración principal por monseñor Alberto Ortega Martín,  Nuncio Apostólico de Su Santidad, el Papa Francisco, en Chile, y por monseñor Fernando Chomali Garib, Arzobispo Metropolitano de Arquidiócesis de Concepción, junto a los Obispos, Obispos Eméritos, Sacerdotes y Diáconos, para unirse al misterio pascual.
El Cardenal Aós, expresó: » Nos reunimos en torno al Altar para celebrar el misterio pascual de Jesucristo que se cumple en nuestro hermano Héctor, Obispo, cuyo cuerpo acompañamos con veneración y respeto. Un día fue recibido en la familia de los hijos de Dios por el bautismo, quedando para siempre incorporado a Cristo. Otro día, por medio del Sacramento del Orden, fue hecho signo e instrumento de Cristo, cabeza y pastor de la iglesia, desde entonces sus manos, sus labios y corazón han estado consagrados al ministerio sacerdotal y episcopal en esta Diócesis de San José de Temuco. Nuestra presencia aquí quiere ser expresión de gratitud al Señor por el don de la vida ministerial de su siervo y súplica confiada de que participará en el banquete celeste al que tantas veces presidió la eucaristía en la tierra».
Luego, se realizó la instalación de signos representativos de la vida y de la historia ministerial de monseñor Héctor. El cirio pascual, donde cuya luz es la presencia de la luz gloriosa de la Resurrección de Jesucristo. Luego, monseñor Bernardo Bastres Florence, quien compartió la vocación a la vida religiosa y la amistad, junto a nuestro obispo Héctor, en la Congregación Salesiana, dejó sobre el féretro, la casulla y la mitra, signos festivos, utilizados en las celebraciones que él presidió.
El Presbítero Juan Andrés Basly Erices, quien colaboró estrechamente junto a monseñor Héctor, en este encargo pastoral, especialmente durante su enfermedad, colocó junto al féretro, el báculo pastoral, signo del pastor que guía a su iglesia.
El Evangeliario, signo del constante anuncio de la Palabra de Dios que predicaba, también es incorporado. Y un arreglo floral, fue dejado a los pies de su féretro, signo sencillo pero colmado de simbolismo y agradecimiento, fue presentado por Cristina, quien cuidó de él por varios años en su residencia y don Hernán, colaborador cercano a la Curia.
En la Liturgia de la Palabra, tras la lectura del Santo Evangelio, monseñor Bernardo Bastres, entregó su homilía, donde destacó su gran amistad, además de expresar emotivos testimonios desde su formación salesiana. Resaltó su gran impulso en las cosas que llevaba a cabo, manifestando que:  » Lo movía el gran  amor a Jesucristo», siempre lo manifestaba con gran cariño. » Era un hombre muy creyente, que confiaba plenamente en Dios y esto lo tradujo en su vida como salesiano, en su vida sacerdotal y también episcopal».  Señaló además que «Amaba profundamente el lugar donde estaba, la tradición, él buscaba sentirse parte». » Él era un hombre extremadamente optimista, que nace de un profundo diálogo con el Señor». Resaltó su gran preocupación por la vida vocacional, » Él era feliz de ser sacerdote, él quería transmitir este sentir a otros».
Un hombre de gran devoción a María, siempre se preocupó de difundir su amor, » Un hombre que lo vamos a recordar como articulador de unidad, un hombre que amó su tierra, un hombre intenso, un hombre que fue estudioso,(…) lo educativo era parte de su esencia». Al concluir sus palabras,  se vivió un minuto de silencio.
Después de la oración de los fieles, se presentaron el Pan y el Vino, en la liturgia eucarística, «Estos mismos dones, convertidos por la acción sacramental, animaron y alimentaron a monseñor Héctor, en su ministerio episcopal, hasta el último día en este mundo…» y se compartió la Santa Comunión.


El último adiós de la Comunidad
Como una forma de despedida de parte de la comunidad diocesana y regional, el féretro, con los restos de nuestro Obispo, monseñor Héctor Vargas Bastidas, fue llevado hacia las afueras del Templo Catedral y en procesión por las calles aledañas a la Plaza de Armas, fue acompañado en esta despedida de su gente del sur.
Tras regresar del recorrido por la plaza, se detuvo el féretro en el atrio de la Catedral, donde hermanos mapuches, realizaron una rogativa, por el descanso de Don Héctor.
Posteriormente, al son del canto del Réquiem, se ingresó nuevamente a la  Catedral para el último adiós y encomendación, luego monseñor Fernando Chomalí, asperjó el féretro, «El agua que se derramará sobre el cuerpo de monseñor Héctor, nos recuerda que en el bautismo fue hecho miembro del cuerpo de Jesucristo». Después, se incienso el féretro, » su cuerpo se perfuma con incienso», este gesto nos recuerda que el cuerpo de nuestro Obispo Héctor, fue templo del Espíritu».
Posteriormente,  con mucho recogimiento fue trasladado a la cripta del Templo Catedral, donde descansa. 

Fotografías N° 1

Fotografías N° 2

Fotografías N° 3

Fotografías N°4