La Cuaresma es un tiempo de conversión, de volver el corazón a Dios y preparar el espíritu para vivir la Pascua con renovada esperanza. En este camino de preparación, el pasado fin de semana, sábado 15 de marzo, se llevó a cabo el segundo retiro de laicos, instancia de profunda reflexión, comunión y verdadero testimonio de fe, reunió a cerca de 350 fieles en el colegio San Francisco de Asís de Angol.
La jornada contó con la participación de laicos provenientes de todas las parroquias y comunidades del decanato de Angol y del decanato de Victoria, quienes desde muy temprano, fueron recibidos en un ambiente fraterno, por la Comisión Diocesana de Liturgia ,CODILI, dando inicio a un día de espiritualidad y oración.
Por su parte, Monseñor Jorge Concha Cayuqueo, OFM, Obispo de Temuco, tras saludar a los asistentes y dar la bienvenida, expresó su alegría por la gran convocatoria y reiteró el propósito central del retiro, el fortalecer el espíritu, disponer el corazón y vivir la reconciliación con Dios y con el prójimo. Enfatizó también, de la importancia de un retiro para laicos, con una maravillosa respuesta de las comunidades, siendo un día de espiritualidad y fraternidad, de igual forma que los retiros para sacerdotes, diáconos y religiosas. Además, hizo un especial llamado a orar por el Santo Padre, pidiendo por su salud y en acción de gracias por sus 12 años de pontificado.
El retiro fue guiado por monseñor Cristian Castro Toovey, Obispo de Santa María de Los Ángeles, quien señaló: » Muchas gracias por la invitación, es un momento lindo de poder compartir con tantos hermanos laicos que participan habitualmente de la vida de la Iglesia, aquí en este sector norte de la diócesis, de toda sus comunidades, de todo el decanato con todas sus parroquias».
Ahondó en que: » Ha sido realmente valioso para mí poder estar, porque todos necesitamos fortalecer nuestra vida cristiana. En primer lugar, desde la Palabra de Dios, que ha estado en el punto siempre crucial de este encuentro y lo seguirá estando (…), quise tomar tres documentos fundamentales para poder orientar mi reflexión, que no sea solamente sea una reflexión muy personal, sino que desde lo que la Iglesia hoy día ha estado construyendo».
Destacó que: «Primero, son las Orientaciones Pastorales 2023-2026, a nivel nacional que ha realizado la Conferencia Episcopal de Chile. Todos los obispos de Chile nos hemos puesto en comunión de trabajo para dar una orientación de la vida pastoral de nuestra Iglesia en Chile en estos años, estamos, como diríamos en el corazón. Esto comenzó el año 23 y está propuesto también para que estas orientaciones perduren hasta el daño 26, donde seguramente habrá que hacer una nueva revisión y una nueva propuesta».
«Después una mirada un poquito más amplia del trabajo que nos ha realizado, nos ha invitado a realizar el Papa Francisco con todo el trabajo de la sinodalidad. El Sínodo de la Sinodalidad, que ha tenido una preparación muy amplia, que comenzó el trabajo en las parroquias, en las comunidades, en las Diócesis, en todo el mundo y cómo ese trabajo se llevó a sintetizar».
Destacó además que: » Junto con eso, el Papa también en esa misma época, nos regaló su última encíclica, documento muy significativo que se llama Dilexit nos, que en latín significa Nos amó, fue publicada el 24 de octubre de 2024, sobre el Sagrado Corazón de Jesús y el amor humano y divino de Jesús, expresado en su corazón. Entonces ese documento, se abordó, que tiene la particularidad o la belleza de que nos muestra cómo es el amor de Jesús hacia nosotros, lo que nos interpela también a nosotros vivir conforme a esa expresión, viva del amor de Dios por nosotros, expresado en Jesús y cómo son nuestras nuevas relaciones a la luz de ese amor, entrañable del humano y lo divino de Jesús».
«Finalmente, hay preguntas sugerentes que pretenden más bien despertar el anhelo grande de poder entrar en sintonía con la Palabra de Dios y con estos documentos de la forma que despierten en cada uno el anhelo grande de seguir construyendo la Iglesia con esas características, de la sinodalidad, de la fraternidad, de un nuevo trato entre nosotros, de una mejor relacionalidad y desde el fondo desde Jesús mismo, volver a la fuente y al centro que Jesús», manifestó.
Enfatizar también, que extendió un saludo, a toda la diócesis por el centenario» Son los cien años de la creación de la Diócesis San José de Temuco, es un momento muy único, recoger la memoria, dice el Papa, hacemos memoria agradecida, porque el Señor ha estado presente con nosotros y eso nos invita a proyectarnos al futuro, desde los momentos cruciales de los cien años de historia, es decir, bueno Señor paramos un poquito el tráfico del movimiento que se produce muy rápido con nosotros y mira cómo queremos seguir estando ahora también contigo».
Parroquia San Buenaventura
Al concluir la jornada, , la comunidad se reunió en la Parroquia San Buenaventura de Angol para celebrar la Santa Misa, donde monseñor Cristian Castro, en su homilía, invitó a los fieles a fijar su mirada en Jesús, a salir de sí mismos y llevar el rostro del Señor al mundo. En su mensaje, enfatizó que «todos somos importantes y caminamos juntos», recordando que la Iglesia es un pueblo en marcha, sostenido por la gracia de Dios.
Al concluir, el Padre Rodrigo Aguilar Gómez, encargado diocesano de Liturgia manifestó su profundo agradecimiento a todos quienes hicieron posible este encuentro, gratitud al obispo diocesano, monseñor Jorge Concha Cayuqueo y a monseñor Cristian Castro, obispo de Los Ángeles, por impartir el retiro. Además, destacó el esfuerzo y la entrega de la Comisión Diocesana de Liturgia, de los sacerdotes que estuvieron confesando, del Padre José Manuel González, decano de Angol y de las religiosas Franciscanas del Colegio San Francisco de Asís, por su generosa acogida y al consejo decanal que ayudó mucho en la logística del retiro.
Profundizó sus palabras, destacando que » Este tiempo de Cuaresma nos llama a la conversión sincera, a abrir el corazón a la Palabra y dejar que Dios transforme nuestras vidas». Este retiro debe vivirse con un corazón renovado, señaló el Padre Rodrigo, enfatizando que la enseñanza recibida debe traducirse en un testimonio vivo de fe y caridad, oportunidad para fortalecer la fe y renovar el compromiso con la misión de la Iglesia. «Ha sido un tiempo de gracia, donde la comunidad ha caminado junta, animada por el Espíritu y con la certeza de que Dios sigue obrando en medio de su pueblo» concluyó.





































































