Escribe: Monseñor Jorge Concha Cayuqueo, Obispo Diócesis San José de Temuco
Hoy estamos celebrando el 3er domingo de Adviento, Domingo de la esperanza que desemboca en la alegría de la Navidad; una alegría que queremos compartir y difundir, como cristianos.
Pero hoy también es un día especial para nuestra Patria. “Hoy todos los chilenos mayores de edad estamos convocados a pronunciarnos ante la propuesta de la nueva Constitución política, en el plebiscito que se está desarrollando. Por eso es trascendental, que cada uno discierne en conciencia, si en lo propuesto se respeta y promueve la dignidad de la persona. Sí, se contribuye a la realización del bien común y se aplican aquellos valores que fomentan un orden justo” (Declaración Obispos de Chile 16 de dic. de 2023)
Y en medio de todos estos acontecimientos, Plebiscito, licenciaturas, fin de año, y de las festividades y luces que adornan nuestras ciudades, nos encontramos en un tiempo especial, el “Adviento”, un tiempo de preparación para el nacimiento de nuestro Señor Jesucristo. Es un periodo que va más allá de las compras y las celebraciones, está marcado por la paz, la reflexión y la unidad.
En sus sabias palabras, el Papa Francisco nos invita a dirigir nuestra atención hacia el verdadero significado de la Navidad. Él nos recuerda que este no es solo un tiempo de regalos materiales, sino una oportunidad para preparar nuestros corazones para recibir a Jesús, en esta Navidad.
El papa Francisco pidió que, durante estas semanas, “preparemos con esmero la casa del corazón, para que esté ordenada y sea acogedora”, para recibir al Niño Dios en el pesebre de nuestro corazón.
La idea central, resaltada por el Papa, es que este período no solo consiste en decorar árboles y envolver regalos, sino en abrir nuestros corazones de par en par. En medio de la vorágine de la vida cotidiana, la espera se convierte en una oportunidad para reflexionar sobre nuestra espiritualidad, reconectar con nuestros seres queridos y abrazar la paz que trae consigo la temporada navideña.
Las palabras del Papa Francisco nos inspiran a apartarnos del bullicio comercial y concentrarnos en la esencia de la Navidad. Es un llamado a matar las distracciones y dedicar tiempo para prepararnos de corazón, para recibir a Jesús en nuestras vidas.
“Cultivemos su espera sin distraernos con tantas cosas inútiles y sin quejarnos todo el tiempo, sino manteniendo el corazón vigilante, es decir, ansioso de Él, despierto y preparado, impaciente por encontrarlo”, expresa.
Así, en esta espera llena de significado, recordamos la importancia de vivir el espíritu navideño con mucha intensidad, escuchando la Palabra de Dios que nos anuncia al Salvador. Por lo tanto, la Navidad no es solo un evento en el calendario, sino una experiencia que transforma nuestros corazones y nos acerca a la verdadera esencia del amor, del Dios con nosotros que viene a nuestras vidas.
Que este tiempo de Adviento nos prepare para que nos encuentre listos para recibir con alegría al Niño Jesús, renovando nuestra fe y compartiendo el mensaje de paz y amor con todos aquellos que nos rodean. Y en especial a los países que están en guerra. ¡Que reine la paz en ellos!