Diócesis de Temuco

Exitoso y masivo segundo encuentro de comunidades rurales de parroquia San Buenaventura de Angol

En palabras del Hermano Mario Márquez, ofm, párroco de San Buenaventura de Angol, el primer objetivo de esta jornada, que se realizó en plena Cordillera de Nahuelbuta (Chanleo), era llevarlo a cabo. “Es una actividad de estar, de compartir y también de celebrar la eucaristía. Otro punto importante es la formación que se desarrolla durante el día, trabajos grupales y exposiciones de la gente del campo”, analizó.

Comunión y fidelidad

Si bien, habitualmente esta jornada se realiza el aire libre, las condiciones climáticas por esta vez, hicieron que se desarrollará al interior de un colegio rural de la zona.  Algo que, para el Hermano Mario, no fue impedimento, pues pudo constatar que se logró un carisma distinto. “A pesar de las incomodidades, el frío, la dificultad de los espacios, llegó mucha gente de las 10 comunidades rurales que existen acá. Si uno lo mide en población de campo, es mucha gente. No es como lo urbano, sino que acá la población se valora mucho más en cantidad, pues es casi 95% de las personas que van quedando en el campo, así que quedamos muy contentos con eso”, agradeció.

La jornada, contó con temas formativos principalmente, acción que destaca el Hermano Mario desde el punto de vista de la disposición de la gente. “Uno se asombra, porque años atrás a la gente le costaba mucho salir adelante, exponer y hablar. Ahora, la gente está totalmente a disposición y preparada. Lo hace sin ningún problema, preguntan, sugieren. Fue un ambiente muy distinto a los años anteriores y eso se valora mucho, valoró.

El párroco de San Buenaventura de Angol destacó también el signo del compartir. “Es una jornada de todo el día, de estar juntos y el ambiente fue muy grato, la gente le encantó volver a encontrarse. Son comunidades muy distantes, entonces no se ven mucho habitualmente por todas las dificultades de las zonas, de los caminos, el clima. Por lo tanto, la gente hace un esfuerzo enorme para llegar hasta allí, ya sea en vehículo u otras formas. Se encuentran en algún punto para luego llegar todos juntos a esta celebración, así que el tema del compartir fue muy bueno. No sólo el compartir en grupo a nivel de trabajos, sino que en otros ámbitos como a la hora del almuerzo, donde todos comparten la mesa. Fue muy bueno y rescatable”, resaltó.

El rol de acompañar

A nivel de desarrollo de la jornada, cabe precisar que esta actividad está dentro de los planes formativos de la parroquia y en esta ocasión, se puso énfasis en el rol del animador rural, momento que dio paso a un trabajo grupal para poder ver los resultados de dichos grupos. “La idea, es hacer un análisis de cómo está el ambiente a nivel rural, cómo nos preparamos para esta animación, cómo nos preparamos para la eucaristía. Ahí vemos la importancia del rol del animador rural, sobre todo cuando no hay sacerdotes, donde ellos tienen la labor de animarse entre ellos mismos la fe”, donde el Hermano Mario explicó que los resultados de los 12 grupos de trabajos se recogieron y las respuestas se trabajarán a futuro entre los animadores.

La idea es sacar un pequeño documento, o pequeñas líneas de acción, sobre cómo se debe animar una comunidad rural. Se vieron bastantes falencias, en el sentido que hay algunas muy animadas, otras muy poco y se reúnen sólo cuando hay una misa o un bautizo; en cambio, en otras no se reúne nadie por mucho tiempo. Ese sentido, importante analizar cómo animar las comunidades rurales. Y para todo eso se necesita formación”, evaluó con relación a lo anterior.

Un futuro con buenos augurios

Por último, el Hermano Mario Márquez, ofm, párroco de San Buenaventura de Angol, señaló que lo más importante es sacar líneas de acción, “de tal manera que las comunidades rurales tengan ciertas líneas pastorales rurales para trabajar en común hacia el futuro; y tener una constancia de reuniones entre las comunidades, pero no como asambleas, sino que con los encargados para que existan continuidad, que es algo que con la pandemia se frenó, por lo tanto, ahora ese momento de retomarlas”. “En el fondo es lograr incentivar la vida pastoral formativa y cristiana de todas las comunidades rurales”, concluyó el Hermano Mario.

Fuente: Parroquia San Buenaventura, Angol