Diócesis de Temuco

“Hoy, cualquier cosa que no venga del mundo indígena, va a ser muy difícil que resulte”

REFLEXIÓN. Presidió hace cinco años una comisión que propuso 70 medidas para ayudar a dejar atrás la violencia en la Región. Ahora dice que no basta con una mesa y que debe existir un cambio de actitud, porque el malestar es muy grande.

El 23 de Enero de 2016 fue entregado a la entonces Presidenta Michelle Bachelet el informe de la Comisión Asesora Presidencial de La Araucanía. El documento era el resultado de casi seis meses de trabajo de una mesa integrada por académicos, personalidades mapuches, empresarios, dirigentes sociales y políticos, entre otros, los que fueron convocados para visualizar una solución a la tensión en la Región.

Encabezó este trabajo el obispo católico de Temuco, Héctor Vargas Bastidas, quien el 2015 había sido nombrado a cargo de esa diócesis, y quien firmó el trabajo como “facilitador”. El prelado reconoce que poco y nada se ha hecho de lo propuesto, a pesar de los esfuerzos por avanzar. Entre  la entrega del informe y el presente, la tensión ha ido creciendo producto de múltiples atentados y tomas, además de acciones como la instalación del “Comando Jungla”, una fallida consulta indígena y el asesinato del comunero Camilo Catrillanca.

Hoy, el nombre de Monseñor Vargas vuelve a aparecer para encabezar o sumarse a una nueva mesa de diálogo para el largo conflicto que tensiona a la Región de La Araucanía.

– ¿En que quedó el informe realizado por la comisión que usted encabezó?¿Hay algo en lo que se haya alcanzado a avanzar?

– En cuanto a las medidas concretas, de las 70 propuestas, la propia comisión consensuó  12 (ver recuadro) como las más importantes para el corto y mediano plazo. La opinión pública puede juzgar su vigencia y evaluar cuánto de ello se ha convertido en política pública.

– Lo leí.

– No se avanzó en ninguno.

– En 2016 estaban todos muy optimistas. ¿Pensó que hoy estaríamos en una situación tan compleja?

– Cuando el Santo Padre comunicó su decisión de venir a Chile, en dos ocasiones anteriores tuve la oportunidad de reunirme con él para suplicarle que viniese a Temuco, aun cuando no estaba prevista La Araucanía. La razón era la grave situación de división y enfrentamiento en que ya nos encontrábamos en el contexto del conflicto mapuche. Lo tomó tan en serio que vino (2018). En su mensaje nos dijo que la unidad no nace ni nacerá de neutralizar o silenciar las diferencias. La unidad no es un simulacro ni de integración forzada ni de marginación armonizadora. La riqueza de una tierra nace precisamente de que cada parte se anime a compartir su sabiduría con los demás. No es ni será una uniformidad asfixiante que nace normalmente del predominio y la fuerza del más fuerte, ni tampoco una separación que no reconozca la bondad de los demás.

– La unidad no se ha alcanzado. Al contrario.

– Necesitamos de la riqueza que cada pueblo tenga para aportar, y dejar de lado la lógica de creer  que existen culturas superiores o culturas inferiores. Es un arte de la escucha y del reconocimiento. Junto con expresar que la violencia vuelve mentira la causa más justa, también agregó que las promesas incumplidas, son también otra forma de violencia. Pega paras todos.

– ¿Cree que hay voluntad de ambas partes para llegar a una solución?

– No me cabe duda de que en todos existe el ánimo y la intención de lograr un acuerdo. Sin embargo, no es algo que en este momento se pueda percibir con el grado de evidencia que transversalmente muchos esperarían.

– ¿Qué le parecieron la visita del ministro del Interior, Víctor Pérez, y sus declaraciones?

– El ministro está recién comenzando; conocer y escuchar a La Araucanía integral y “profunda” lleva su tiempo.

– ¿Está disponible para una nueva mesa?

– No basta una mesa, sino una sociedad muy activa, participativa y propositiva jugándose desde todas sus instancias por alcanzar acuerdos y soluciones. Ello tiene una condición, y es reconocer que hay una deuda histórica objetiva, que es necesario avanzar en los temas más sentidos, creer en el diálogo como medio más eficaz para avanzar en su resolución, tener la convicción que se está en un contexto de igualdad y donde el interlocutor sí forma parte indispensable de la solución.

– Entonces, sí.

– A ver, nadie formalmente me ha pedido nada. Pero obviamente si digo que todos deben estar dispuestos a participar, yo no puedo marginarme de ello. Si me invitaran a servir el café en esa mesa, yo aceptaría encantado.

– ¿Quiénes deberían estar en esta mesa?

– A diferencia de otras instancias creadas en el último tiempo buscando avanzar en los temas de fondo del conflicto, estimo que en esta ocasión es el pueblo mapuche quien debería tener la primera palabra respecto de una posible nueva instancia de diálogo, temario, metodología e interlocutores.

– ¿Ellos deberían convocar?

– Yo creo que en la Región entera, transversalmente, se ha perdido la confianza. Hay un malestar muy grande con el Estado y sus instituciones. Con el mundo judicial, con el político, etcétera. Ahora, si el resto de la sociedad quiere hacer algo, yo no sé si se va a subir el mundo indígena..

– Sería un cambio de paradigma.

– Yo creo que en esta ocasión las propuestas tienen que venir del mundo indígena, porque es más fácil. Ellos no se van a subir a otras instancias. Habría que hacer muchas gestiones en el sentido, para que ellos convoquen. Pero en algún minuto esto tendrá que terminar. En este momento estamos paralizados. Pero si todas las partes y los líderes más razonables, que son valiosos y no son pocos, del mundo indígena, dicen que es hora de sentarnos a conversar, es hora de hacer un parlamento, parlamentar, es mucho más fácil alinear al resto de la sociedad. Y yo creo que la inmensa mayoría de la sociedad quiere que se llegue a un acuerdo. Por tanto, todos se van a sumar. Hay que hacer esa invitación. Hoy, cualquier cosa que no venga del mundo indígena va a ser muy difícil que resulte.

– ¿Tendría que haber un cambio de actitud de parte del Estado?

– El mundo indígena,  a todas las cosas que le van ofreciendo dice que no. Tal vez el ministro de Justicia en vez de decirles “miren, esto es lo que les traigo”, con la mejor buena intención  del mundo, y dando un paso importante respecto de la actitud primera, debiera sentarse a escucharlos. Tiene que sentarse a conversar con ellos las tres horas que suelen hacerlo, porque el tiempo es distinto para el mundo indígena, ellos pueden estar horas conversando. Hay que dedicarles las horas que corresponde. Hay que escucharlos a todos, una y mil veces, y al final uno va sacando conclusiones, va discerniendo los puntos más sensibles. Cualquier  propuesta tiene que ser una respuesta  a eso, donde ellos sientan que fueron escuchados. Son errores que se cometen, involuntarios, con la mejor voluntad, pero hay un tema de asesoría ahí.

LAS 12 PROPUESTAS DE CONSENSO

Monseñor  Vargas dice que la comisión que presidió emanó 70 propuestas y que hubo consenso en 12 fundamentales.

1.- Creación de la Ley Araucanía que contemple los aspectos planteados en este informe que sean materia de ley.

2.- Dictar una ley que crea un fondo de reparación a las víctimas de violencia en La Araucanía.

3.- Creación de una comisión de reparación de víctimas de la violencia en La Araucanía.

4.- Dictar un nuevo reglamento que regule los mecanismos de compra de tierras del artículo 20 letra b) de la Ley Indígena.

5.- Creación de una comisión especial de tierras indígenas.

6.- Reconocimiento constitucional de los pueblos indígenas.

7.- Representación política especial de los pueblos indígenas en el Congreso Nacional.

8.- Impulsar de manera urgente el Ministerio de Pueblos Indígenas.

9.- Incorporar  nuevos territorios de la Región de La Araucanía al programa de gestión territorial de zonas de rezago de la Subsecretaría de Desarrollo Regional y Administrativo del Ministerio del Interior.

10.-Impulsar Planes de Desarrollo integral en comunidades indígenas (habitabilidad, infraestructura, desarrollo, etc.), modificando y operativizando la  Glosa 10, de ley de presupuesto de Gobiernos Regionales.

11.- Creación de una Agencia del Agua, que pueda catastrar, planificar, controlar y proponer una estrategia de abordaje sistémico de uso y distribución de este recurso, que derive en una política regional de desarrollo de recursos hídricos y un Plan Estratégico Regional de Riego.

12.- Generar un programa de fortalecimiento de organizaciones y emprendimientos mapuches (mejoramiento de gestión, productividad, emprendimientos asociativos) a través de un Centro de Negocios y Desarrollo Mapuche.

Entrevista publicada:

Diario El Sur de Concepción – domingo 09 de agosto

Diario Austral de Valdivia – domingo 09 de Agosto

Diario Austral de Temuco – martes 11 de Agosto