El primero de mayo, en el Templo Catedral de Temuco, se celebró la Solemnidad de San José Obrero, en el marco del Año Jubilar de los trabajadores de la sociedad. La Santa Misa fue presidida por el obispo diocesano, monseñor Jorge Concha Cayuqueo, OFM, y concelebrada por el vicario general, Pbro. Juan Andrés Basly Erices junto a sacerdotes y la participación de autoridades del gobierno regional y representantes del mundo académico.
En esta fecha en que muchos lugares se conmemora el Día Internacional del Trabajo, la Iglesia Diocesana quiso dar gracias a Dios por todos aquellos que, desde distintas vocaciones, conducen la vida de la sociedad y encomendarlos bajo la protección de San José, patrono de los trabajadores.
Durante su homilía, monseñor Jorge, destacó la figura de San José como modelo de trabajador justo, silencioso y fiel, que con su oficio sostuvo con dignidad a la Virgen María y al Niño Jesús, e inició al Hijo de Dios en el trabajo humano. “Celebrar a San José Obrero es reconocer el valor humano y sobrenatural del trabajo, que no es sólo medio de subsistencia, sino también colaboración con la obra creadora de Dios”, afirmó.
En su palabra destacó la unión al sentir especialmente de nuestra región en la conmemoración del Día Internacional de los trabajadores y trabajadoras, señalando que: “ La industrialización sin duda marcó un salto sin precedente en el desarrollo económico del mundo, especialmente del mundo occidental y la fuerza laboral fue fundamental, pero para el trabajo humano no significó directamente un salto cualitativo positivo, para las inmensas mayorías la industrialización significó un nuevo rostro de la milenaria esclavitud”.
Destacó que los asalariados fueron obligados a trabajar más horas para multiplicar al máximo la producción, “ Ello generó grandes conflictos sociales laborales, en ello está el origen de esta conmemoración de los mártires de Chicago. Desde esa fecha también en Chile se comenzó a desarrollar la unidad de los trabajadores. En nuestra Araucanía hay muchos trabajadores que han fallecido en labores de servicio, sea por accidentes laborales o por la pandemia. Debemos tener en nuestro recuerdo por sus servicios hacia los demás, en el campo, los trabajadores agrícolas que han partido por accidentes laborales, también a los bomberos que han fallecido combatiendo incendios forestales, buscando evitar el daño a otro que ni siquiera conocían”.
Recordó que “ (…) Es así que en el año 1930 surgió la Asociación Nacional de Empleados Públicos, fundada por el gran sindicalista católico don Clotario Blest Riffo, quien se empeñó en la unidad de los trabajadores y en 1943 creó la CUT. En general, las mejores condiciones en el trabajo las han logrado los trabajadores y las trabajadoras en base a luchas. No han sido concesiones gratuitas de los empleadores, aunque siempre hay excepciones”.
Resaltó en su homilía que hoy en día, muchos trabajadores deben enfrentar la complejidad en el campo laboral porque dependen directamente de las características de las economías de cada país, las condiciones y exigencias hacia y desde las empresas, las pequeñas muchas veces deben buscar formas para sobrevivir y están sometidas a una enorme competencia con sus pares por las leyes del mercado. Todo repercute en aquel que tiene como único capital su trabajo”, planteó
Ahondó que la época de la industrialización ha quedado atrás y se hace presente un nuevo orden, señalando que “ Con la revolución tecnológica, en esta nueva era en marcha de la interconexión global y la virtualidad, el uso de la inteligencia artificial ha hecho su ingreso, lo que implica nuevos escenarios desconocidos en las relaciones sociales y por supuesto en el trabajo, así como la humanidad va cambiando sus formas de vida social y cultural. Trastocando el mundo del trabajo que también cambian es un camino continuo que avanza sin rumbo claro por lo que vendrán nuevo desafíos nuevas luchas. Pero también hay pilares que permanecen y se sustentan”. Enfatizó en dar gracias a Dios por el camino recorrido, por los derechos ganados en gran parte del mundo y en todas partes y en nuestro contexto más próximo hay brechas y desigualdades que se mantienen situaciones que no se superan y que malogran la región.
Destacó que: “Pedimos la gracia jubilar para los trabajadores y trabajadoras”. Señaló que el querido Papa Francisco convocó para este año 2025, que es un año Jubilar, en la encarnación del Hijo de Dios, tiempo en el que invocamos la misericordia de Dios para obtener el perdón por nuestros pecados y la remisión de las penas, que es un tiempo de renovación espiritual”.
Resaltó en : “ Ofrecemos este espacio y pedimos esta gracia para diversos sectores de nuestra vida comunitaria como Iglesia y para la sociedad. Hemos pensado en favor de los trabajadores y los constructores de la sociedad”.
Finalizó sus palabras, expresando que: “ Desde este día tan significativo, hacemos oración por todos los trabajadores y trabajadoras que son creadores constante y colaboran para que todos tengamos una vida más plena, trabajadores del campo, que con su esfuerzo nos dan seguridad alimentaria, por los trabajadores de la construcción, por los trabajadores del comercio, por los pescadores, artesanos y artesanas, por los trabajadores de la educación, por los trabajadores de la salud, por los transportistas y telecomunicadores, por quienes recogen nuestra basura, por los que trabajan en el servicio público en general, por quienes velan por nuestra seguridad, por los trabajadores de las empresas grandes, medianas y pequeñas, por aquellos que realizan diversos servicios menores en diversos ámbitos de nuestra sociedad”.
También, pidió oración por las autoridades políticas para que trabajen bien, con espíritu y altura de mira, para que hagan todos los esfuerzos para garantizar el trabajo para todos hombres y mujeres, cuyo bien repercute en toda la familia y en la sociedad entera que se logren crear condiciones más favorables y estables para trabajos dignos.
Al término de la Misa, se impartió la bendición a los trabajadores y sus familias, confiando a San José Obrero la esperanza de un trabajo digno para todos.


