Es el lema con el que se trabajó este año la Formación Permanente en los cuatro Decanatos de la Diócesis. “Agradecemos el apoyo de los sacerdotes que compartieron generosamente su tiempo y experiencia para compartir con los agentes pPastorales de las distintas Parroquias, en cada una de las sedes donde se desarrolló la formación. Además a los equipos de formadores por sus desvelos y preocupación en que todo saliera bien en el servicio, a los agentes pastorales que ofrecieron su tiempo para compartir y aprender un poco más y así ofrecer un mejor servicio a sus hermanos en las comunidades. Gracias al Señor Jesús que nos muestra el gran amor del Padre Dios para con sus hij@s. Ahora, aplicar lo compartido y aprendido”, expresa María Eugenia Contreras