Diócesis de Temuco

La Ascensión del Señor y el Día del Catequesis

El Pbro. Juan Andrés Basly Erices,  Administrador Diocesano de la Diócesis San José  de Temuco, extiende su mensaje publicado en el Diario Austral del domingo 29 de mayo, día de la Ascensión del Señor, a los catequistas en la celebración de sus día y los llama a ser servidores con espíritu sinodal.

Este domingo 29 de mayo, celebramos la Ascensión del Señor. Esta fiesta pone de manifiesto la atracción hacia Dios que es la fuerza de gravedad de cada existencia humana. Todo lo que crece tiende hacia Él, lo sepa o no. Es el lugar del que venimos y hacia el que vamos.  Las lecturas de este domingo hilan, asimismo, magistralmente la solemnidad y la consagración de este día a los y las catequistas.

La Iglesia Católica en Chile celebra hoy el Día del Catequista, bajo el lema “Catequistas, servidores con espíritu sinodal, para un Chile más fraterno”. De esta manera se ha buscado animar la celebración del Día del Catequista, valorando el servicio de los y las catequistas durante el tiempo más fuerte de la pandemia, así como su empeño y dedicación para seguir acompañando a los catequizandos en el crecimiento y la maduración de la vida cristiana.

La invitación es a mirar la realidad con los ojos y el corazón, abriéndose a un discernimiento, en el que puedan descubrir que hay cosas nuevas, buenas y bellas que empiezan a brotar, a las que los catequistas han de estar atentos para ayudarles a crecer y madurar. La catequesis es una acción permanente, en un lugar concreto, en contextos específicos y tiempos complejos, para ello se necesita de “servidores con espíritu sinodal”, es decir, dispuestos a caminar juntos, y que se involucren en este gran proceso de renovación que la Iglesia está llamada a realizar en fidelidad a Jesucristo.

Las palabras testigo y testimonio priman por su uso, aunque con mucha más frecuencia de la deseada terminan despojadas de su auténtico contenido en la sociedad; puede que, también, algunas veces dentro de la propia Iglesia.


Hoy, también para nosotros los católicos, el día de la Ascensión es la fiesta de la esperanza y la alegría. Es verdad que el compromiso de ser testigos de Cristo en el mundo es exigente y muchas veces comporta dificultades; así, es más cómodo seguir las propuestas de este mundo, pero debe prevalecer claramente la opción de la esperanza.

Aprovecho de hacerles llegar mi saludo fraterno y afecto agradecido a tantos hermanos y hermanas catequistas, en su día, pues prestan este servicio con audacia y valentía en nuestras comunidades parroquiales. Dios les bendiga por su testimonio de fe.