Diócesis de Temuco
En un ambiente de profunda devoción y gratitud, la comunidad católica de la Diócesis de San José de Temuco se congregó en todas las parroquias de los decanatos de Angol, Imperial, Victoria, Temuco Norte y Sur, para la solemnidad de la Asunción de la Virgen María y la Celebración de la Vida Consagrada en la Diócesis de San José de Temuco.
En el Templo Catedral para celebrar la solemnidad de la Asunción de la Virgen María, una de las fiestas más significativas del calendario litúrgico. La Santa Misa, presidida por monseñor Jorge Concha Cayuqueo, OFM, junto al Pbro. Juan Andrés Basly Erices, vicario general y el R.P. Fabián Husto, C.M.F , destacó el valor de la vida consagrada y el comprometido servicio al prójimo durante la Eucaristía de este 15 de agosto. Particularmente agradeció a los consagrados a religiosos y religiosas por su trabajo en hospitales, colegios y en la atención de enfermos, han tenido en María Virgen, un ejemplo de servicio y amor, a tantos hermanas y hermanos.
En su homilía, monseñor Jorge Concha Cayuqueo, OFM, destacó la profunda relación entre la Virgen María y la vida consagrada. «María, en su entrega total al plan de Dios, nos muestra el camino de la fidelidad y del servicio desinteresado», afirmó el obispo. Este llamado a la entrega y al servicio ha sido respondido por generaciones de religiosos y religiosas que, a lo largo de la historia de nuestra diócesis, han dejado una huella imborrable en la vida de los fieles. “ María en cuerpo y alma en el cielo, es una señal para nosotros de las maravillas que Dios ha de obrar en aquellos que creen y esperan en él”, manifestó.
Al finalizar la Eucaristía, la comunidad se unió en la oración del Centenario de la Diócesis, rezo de todos los fieles de seguir caminando juntos en la fe, guiados por el ejemplo de María y fortalecidos por la presencia constante de los consagrados en la vida de la Iglesia, oportunidad para renovar nuestro compromiso de ser, como María, testigos fieles del amor de Dios en el mundo.
