Diócesis de Temuco

María de Belén Reina de la Paz

Escribe: Monseñor Jorge Concha Cayuqueo,OFM

¡Venid y vamos todos, con flores a María! Será el canto que se escuchará durante este bello Mes dedicado a nuestra Madre la Virgen María, en todas nuestras parroquias y comunidades.

Por eso con mucha alegría y devoción, el próximo 8 de noviembre iniciaremos este mes, donde oraremos a nuestra querida madre llevando flores frescas y coronas a sus pies, y elevaremos nuestras oraciones y pediremos su intercesión, para que reine la paz en el mundo.

La figura de la imagen María tiene un rol fundamental en la historia de la Iglesia. Ella, es quien acompañó y fue testigo de la vida de su Hijo, nuestro Señor, y siguió siendo un pilar fundamental para la vida de la comunidad naciente. María, no es un actor pasivo de la salvación, sino que, activamente vivifica y alimenta nuestra espiritualidad con su fidelidad al plan de Dios. En estos tiempos tan convulsionados en el mundo y en especial en la tierra la Virgen María. Ella se hace presente hoy con su testimonio de esperanza, fidelidad, santidad y paz. Por lo tanto, le pedimos a Ella que interceda por la paz, la unidad y la protección de todos los habitantes de nuestra región de La Araucanía.

Durante este mes mariano, cultivaremos la humildad y buscaremos la unión de nuestros corazones para que nazca la bondad y la santidad. Que María, nuestra madre, nos guíe y nos acompañe en el camino de la paz y de la reconciliación.

Nos recuerda el Papa Francisco que la Virgen María no nos deja solos, que la Madre de Cristo y de la Iglesia está siempre con nosotros, caminando siempre con nosotros, está con nosotros. Ella nos acompaña, lucha con nosotros, sostiene a los cristianos en el combate contra las fuerzas del mal.

Nos dice que cuando hay dificultades en la vida, acudamos a la Madre; y cuando la vida es feliz, acudamos a la Madre -también- para compartirlo, ella, como toda madre siempre estará para sus hijos que peregrinan en estas tierras de La Araucanía, fieles que bajo su amparo y protección agradecen su bondad por el caminar de la Diócesis que le pide su protección para este centenario, en Fe y humildad.

Nuestra Madre, la Virgen María nos enseña el significado de vivir en el Espíritu Santo y qué significa acoger la novedad de Dios en nuestra vida. Ella concibió a Jesús por obra del Espíritu, y cada cristiano, cada uno de nosotros, está llamado a acoger la Palabra de Dios, a acoger a Jesús dentro de sí y llevarlo luego a todos. María invocó al Espíritu con los Apóstoles en el Cenáculo: también nosotros, cada vez que nos reunimos en oración estamos sostenidos por la presencia espiritual de la Madre de Jesús, para recibir el don del Espíritu y tener la fuerza de testimoniar a Jesús resucitado (Regina Coeli, 28 de abril de 2013).

Que este mes de María sea un tiempo de bendiciones para todos nosotros. Unámonos en oración y en servicio a la comunidad, confiando en la Virgen María como nuestra intercesora y protectora.