En tiempos de la Misión Territorial, el obispo de la Diócesis San José de Temuco, Monseñor Héctor Vargas Bastidas, llevó la Palabra del Señor a centenares de locatarios del Mercado Municipal de la capital regional de La Araucanía, celebración que hace más de catorce años no se realizaba, siendo una hermosa ocasión, dado que cerca de 50 personas que trabajan en dicho recinto, escucharon al Pastor, quien con mucha cercanía en sus palabras los invitó a compartir junto a Dios, la Sagrada Eucaristía.
“Me siento muy contento y agradecido por esta invitación que ustedes me han entregado. Es muy hermoso poder celebrar la Eucaristía en este lugar y que Jesucristo se haga presente con su Cuerpo, con su Sangre, con su persona en medio de un espacio donde ustedes comparten la vida y trabajo”, señaló a los trabajadores, al atardecer del martes 1 de abril, tras concluir sus jornadas laborales en los diversos puestos.
El Obispo, les manifestó que: “El Señor, a través de la Eucaristía quiere estar presente aquí donde ustedes trabajan, donde se ganan el sustento para alimentar a sus familias, aquí donde ustedes viven sus penas y alegrías, sus dolores y también sus esperanzas….El Señor quiere venir a compartir sus vidas, quiere estar siempre con ustedes y acompañarlos todo el día y El quiere que ustedes le abran la puerta y lo inviten a pasar e invítenlo a sentarse a la mesa.”
Monseñor Héctor Vargas destacó el caminar de Su Santidad Francisco y de la valoración de cada persona, diciendo que: “Como nos dice SS Francisco, el Señor está muy preocupado por sus personas, porque lo único que El quiere, es que ustedes tengan una vida hermosa, que sea plena y para que eso sea así, necesariamente debemos aprender a amar”.
Señaló que: “Hoy las enfermedades más tristes y dolorosas, no son las enfermedades del cuerpo, son las enfermedades del alma, siendo la más grande la falta de amor, …hay quienes lo tienen todo, a lo mejor tienen muchos logros, satisfacciones, incluso conquistar el mundo entero, pero si no logró amar o no logró experimentar si era correspondido, se sufre mucho, porque en la vida lo único que nos hace felices es el amor, es lo único que nos ayuda a vivir contentos, alegres, esperanzados y luchar todos los días, por cada familia, por amor a su esposa, esposo, a sus hijos, …el amor es Dios, El es el autor del amor y nos creó para amar, no fuimos creados para otra cosa”.
Sus palabras, que fueron seguidas con gran atención, nuestro obispo los llamó a vivir el amor del Señor, sentimiento que va ligado al perdón, “sólo el que ama es capaz de perdonar, …Dios no nos pide nada que no seamos capaces de hacer o de alcanzar y lo que Dios nos propone está a la altura de nuestra grandeza como persona, como ser humano”.
Al finalizar, les recordó el tiempo que estamos viviendo, llamándolos, nuevamente, a abrir sus puertas al Señor y dejarlo entrar, en sus vidas, en sus trabajos, en todo momento : “Ahora que se acerca Semana Santa, abrámosle al Señor nuestro corazón, dejémoslo entrar, no le tengamos miedo a su Palabra, si El lo único que quiere es nuestro bien, porque con tal que seamos felices, El dio la vida y derramó su sangre, El es el camino”.
Los locatarios, agradecieron enormemente la presencia del Obispo y sus palabras, a quien lo dejaron invitado para nuevas celebraciones.
“Estamos agradecidos que él esté acá en el mercado, donde estamos todos los días trabajando y aquí pasamos casi todo el día con nuestras alegrías, penas y esperanzas; estamos muy agradecidos por sus palabras y esperamos tenerlo pronto por acá una vez más”, señaló Ricardo Fierro, Presidente de los locatarios del Mercado Municipal.
“Es maravilloso todo lo que nos dejó y la misa aquí fue una verdadera bendición”, propietaria del reconocido Restaurant El Criollito, la señora Hermelina Acuña, locales 38 y 39.
“Fue muy emotiva la misa del obispo, todas sus palabras y él es muy cercano y sencillo, estoy muy contenta”, valoró Rosita, del local de artesanía, local 77.
María Hilda Oporto, al respecto señaló que: “ Soy quien por más de 14 años, trae la Virgen Peregrina a los locales, donde la reciben con mucho amor y tener aquí una misa con el Obispo es una bendición”.
“Nos gustó mucho y sus palabras fueron muy importantes”, dijo don Gerardo Contreras, Restaurant El Turista.