Al atardecer del miércoles 19, la comunidad diocesana participó de la Misa solemne de San José, instancia donde nuestro obispo, Monseñor Héctor Vargas junto al Clero, celebró a este gran santo, el servidor fiel y solícito.
[dropcap]M[/dropcap]onseñor Vargas, señaló que: “Estamos hoy día aquí para elevar al Señor nuestra gran acción de gracias por estos casi cinco siglos en que esta Iglesia ha venido acompañando las alegrías y las tristezas, los gozos y las esperanzas de los hombres y mujeres que caminan en esta bendita tierra de La Araucanía. También para invocar sobre nosotros el perdón y la misericordia de Dios, porque no siempre hemos sido la Iglesia que el Señor quiere, ni dado testimonio del Evangelio, o sido fieles como bautizados en la misión que Jesucristo nos confío en su obra salvadora.”En la ocasión, se rogó por las nuevas Autoridades del Gobierno que apoyarán a la Presidencia de la República, en el servicio al bien común, especialmente, de los más pobres y necesitados de la patria y en particular de la Región. “En esta ocasión, y con motivo del inicio de un nuevo Gobierno, hemos querido reunirnos también, para orar como Iglesia por nuestro país, y pedir para su Excelencia la Señora Presidenta de la República, junto a todos sus colaboradores, la sobreabundante bendición del Señor, al inicio de su mandato”.
Apuntó además, en que: “Al celebrar nuestra Fiesta Patronal, nos vemos obligados como Iglesia a evaluar la realidad de nuestro pueblo, buscar en ella lo que Dios nos quiere decir, y discernir lo que el Espíritu Santo nos pide que hagamos por medio de la evangelización”, palabras que fueron resaltadas al manifestar de esa realidad es la misma que deben enfrentar nuestras autoridades, aunque desde un servicio distinto.
El prelado, a su vez, compartió algunos desafíos de la última Asamblea Eclesial, destacando la postura de la crítica social ante las desigualdades y de sus consecuencias:”somos testigos de un hondo malestar social, de clamor por mayor justicia social que atraviesa nuestro país y Región… son numerosas las antiguas pobrezas que se mantienen, surgen nuevas pobrezas y también constatamos realidades de exclusión…El malestar social va acompañado de una crisis en las relaciones interpersonales”.
Situación Mapuche – Situación de justicia pendiente
[dropcap] A[/dropcap]l manifestarse sobre nuestra realidad de mayor contingencia, dijo que: “Al dirigir nuestra mirada sobre la situación Mapuche, nos encontramos con una situación de justicia pendiente. Sin ello, no obstante los grandes esfuerzos en todo sentido, será complejo alcanzar para La Araucanía su pleno desarrollo humano, multicultural y económico. La nueva Autoridad Regional, en una actitud que valoramos, ha comenzado a plantear con claridad y honestidad su parecer y posición sobre esta urgente temática. Percibimos que existe una decidida voluntad política para avanzar con mayor rapidez y eficacia en este desafío central que tenemos. Más allá si compartimos más o menos la posición del Sr. Intendente, sí queda muy claro que todos cuantos habitamos esta hermosa tierra, tenemos que comprometernos a dar pasos positivos en esta realidad”.Agregó que; “Estamos conscientes del dolor, sufrimiento y angustia de la violencia jurídica, física y simbólica que se ha ejercido sobre el pueblo mapuche, y en el último tiempo sobre el mundo rural y agrícola, convirtiendo a la justicia en un verdadero clamor ciudadano. Hacemos nuestro esos dolores y ese clamor, especialmente a las familias de todas las víctimas. A todos nuestra sentida solidaridad. Sin embargo, el dolor cristianamente entendido, y tal como lo testimonió Jesucristo en la hora dramática de la cruz, no puede aplastarnos, ni debe generar en nuestros corazones odiosidades, sentimientos de revancha de unos contra otros, y menos aún de permanente victimización que aumenta el conflicto y paraliza toda posible solución”.
Desafiados por la generosidad
[dropcap]E[/dropcap]n su homilía, llamó e instó a favorecer espacios de diálogo, de confianza y de respeto entre todos: “por muy diversos que seamos, que colaboren a que las legítimas y justas demandas de todos, puedan tener respuestas que apuren el reencuentro y la anhelada paz”.También, valoró el pilar fundamental de toda sociedad, la familia: “El anhelo de familia permanece vivo en el corazón de prácticamente todos los hombres y mujeres, incluso en medio de las dificultades. Sobre todo, prevalece la convicción de que en la familia el ser humano puede aspirar a ser tratado genuinamente como persona”. Pero, señaló además de los cambios actuales han tenido consecuencias serias en la vida familiar: “Reconocemos múltiples y cotidianas amenazas a la comunicación entre los miembros de la familia, al punto que el mismo rol educador de la familia está afectado. Las enormes presiones demográficas, económicas, culturales y legislativas y económicas debilitan la estabilidad conyugal, reducen el tamaño de los hogares y muchas veces empobrecen la calidad de la vida familiar”.
El Obispo, recalcó ante los asistentes y Autoridades, quienes estaban encabezadas por el Intendente, Señor Francisco Huenchumilla, de que:” Nos preocupa asimismo la situación rural y campesina, donde el progreso y niveles de ingreso, como posibilidades de acceso a mejores condiciones de vida en servicios básicos de vivienda, salud y educación, acceso a la cultura, ciencia y tecnología, salarios y condiciones de trabajo digno, permanecen aún al debe”. Además, abordó la situación de miles de jóvenes que salen de sus tierras para venir a estudiar, siendo en pleno cuestionamiento las condiciones para poder acogerlos sumando a las dificultades de los desplazamientos y del alto costo emocional que esto conlleva.
Finalmente, señaló que: “Vemos crecer la conciencia del valor del respeto a la creación y a la dignidad de la vida. Se reconoce la interrelación existente entre el ser humano y todo el resto de los seres que conformamos este mundo. Esta conciencia genera un compromiso de responsabilidad ética que se plasma en respeto por todo lo que existe, de modo especial por toda vida humana. Se cuestiona una relación irresponsable con la naturaleza, interesada solo en su usufructo para la presente generación. De modo especial en nuestra Región, inquieta fuertemente el cuidado del agua. Hay una mayor conciencia de la necesidad de respetar los derechos humanos, y también los derechos civiles y políticos centrados en el principio de libertad e igualdad”.
El Obispo, señaló que:” La fe en Dios no es sólo un dato sociológico, o un aporte más para el tejido social, ella posibilita la fraternidad, cultiva el perdón, desarrolla la misericordia y permite que la reconciliación no sea una quimera…, en nuestra Fiesta Patronal, deseamos ser Una Iglesia Pueblo de Dios, en la cual todos nos reconocemos como hijos de un mismo Padre; discípulos llamados a ser miembros de una única familia de Dios…, anhelamos una Iglesia fraterna, comunitaria, que no excluya a nadie y que camine en permanente comunión sinodal, nuestras actividades deben ser expresión de un amor que busca el bien integral de toda persona humana”.
Resaltó que: “Queremos ser una Iglesia que sirve defendiendo la vida en todas sus etapas y dimensiones; desde la conciencia de que no existe una vida humana más sagrada que otra, como no existe una vida humana cualitativamente más significativa que otra…, una Iglesia que vive, celebra y anuncia gozosamente su fe, consciente de que conocer a Jesús es el mejor regalo que puede recibir cualquier persona.
En el Ofertorio, el Intendente, el señor Francisco Huenchumilla Jaramillo, llevó ante el Altar la Constitución Política.