Diócesis de Temuco

Obispo de Temuco “Cualquier injusticia cometida contra el trabajador es un atropello a la dignidad humana”

En la fiesta da San José obrero, la Iglesia diocesana celebra en comunión el Día del Trabajo, Santa Misa que fue presidida por el obispo de Temuco, monseñor Héctor Vargas Bastidas desde la Parroquia Jesús Obrero y transmitida por el Facebook Comunicaciones Obispado de Temuco y el canal de la UCTemuco.

En la conmemoración de este día, se recuerda a San José obrero, hoy se  celebra el valor del trabajo, acto que siempre es colaboración con la obra de Dios creador, es en esta ocasión en que se encomienda a la intercesión de San José, el carpintero de Nazareth y patrono de la Iglesia universal  a todas y todos quienes se desempeñan en diferentes sectores de la sociedad, de manera especial de quienes carecen  de un trabajo digno o se han visto afectado en este tiempo de pandemia.

En la Liturgia de la Palabra, la primera lectura fue leída por Francisco Fuentes, pescador de la caleta de Nehuentúe y el Salmo, por  Iris Navarro, dirigenta de los trabajadores agremiados de Angol.

En su homilía de este 1 de mayo, monseñor Vargas, expresa: “… recemos  por todos quienes trabajan, sin excepción, para que a nadie le falte el trabajo y que todos sean justamente remunerados y puedan gozar de la dignidad del trabajo y la belleza del descanso”.

Plantea que el trabajo humano es la vocación recibida de Dios y hace al hombre semejante a Dios,  porque con el trabajo el hombre es capaz de crear, “Trabajar es propio de la persona humana, expresa su dignidad de ser creada a imagen de Dios. Debido a esta razón afirma el Papa Francisco, se dice que el trabajo es sagrado. Entonces la gestión de la ocupación es una gran responsabilidad humana y social, que no puede ser dejada en las manos de pocos o descargado sobre un mercado divinizado”.

Agrega que la pérdida en puestos de trabajo significa causar un grave daño social, “Por eso es vital que los gobernantes pongan tanto esfuerzo para lograr que todos tengan un trabajo, y porque da dignidad a una familia, debemos rezar para que no falte el trabajo y el pan en ningún hogar”. Al respecto, enfatiza que esta dignidad muchas veces es pisoteada, incluso hoy hay muchos que son esclavos del trabajo para sobrevivir: trabajo forzado, mal pagado, sin contratos justos, o con sus leyes sociales adeudadas, trabajos informales o temporales sin mayor protección social y legal, “Por ello, cualquier injusticia cometida contra el trabajador es un atropello a la dignidad humana”.

 

Consecuencias laborales por la pandemia

 

El obispo diocesano, ha expresado su enorme preocupación por esta pandemia, resaltando que ha habido un grave retroceso en la pérdida de fuentes laborales sobre todo para las mujeres, “Más aún en un país como el nuestro, en que un gran porcentaje de ellas son jefas de hogar y por ende, el único sostén económico de sus familias. El otro grupo golpeado ha sido también el de los jóvenes. Muchos de ellos se encontraban impulsando o trabajando en una enorme variedad de pequeños emprendimientos y mini pymes, que no han logrado sobrevivir”.

Señala que los bajos ingresos autónomos de las familias chilenas, provocaron que esta  Pandemia las sorprendiera con altísimos niveles de endeudamiento y nulas posibilidades de enfrentar  la emergencia cuando sus actividades fueron suspendidas, “Si a lo anterior agregamos los debates sobre el uso de porcentajes de los fondos individuales acumulados en el sistema AFP, uno de los pocos elementos consensuales ha sido el reconocimiento generalizado de la escualidez de tales ahorros, en relación directa con la de los salarios. Todo ello, sumado a alternativas muy débiles, y acotadas instancias para el diálogo en las empresas, han resultado factores que agravaron enormemente los efectos de la crisis sanitaria (…) Así las cosas, son cada vez más las razones que permiten augurar con esperanzas, que el trabajo y su centralidad ocupen un espacio relevante en el futuro proceso constituyente. Y es de esperar que aspectos como el reconocimiento efectivo a un amplio ejercicio de los derechos colectivos y a los derechos fundamentales de quienes ejercen el trabajo, sean objeto de una especial preocupación, ya no solo por razones de justicia, sino también de sustentabilidad de nuestra sociedad”, palabras de monseñor Héctor.

Recalcó que esta crisis sanitaria, puso en evidencia aspectos importantes., como la limitada capacidad de los instrumentos de protección social existentes desarrollados en las últimas décadas, y “por otro lado, la desnudado aspectos estructurales de inequidad e ineficiencia que presenta el sistema de seguridad social como un todo, el cual representa restricciones para dar respuesta tanto a las necesidades de seguridad de ingresos de los trabajadores y sus familias, como en el largo plazo para las contingencia asociadas con la vejez, como las pensiones”.

Resalta que esto pone de manifiesto lo necesario que es reflexionar sobre las instituciones laborales de protección social, en las que puedan congeniarse y compatibilizarse los objetivos de mayor productividad con salarios, condiciones de trabajo y seguridad social decentes., “En otras palabras, el desarrollo sostenible puede tener como condición necesaria los equilibrios macroeconómicos, pero será inalcanzable si no encaramos decididamente las actuales leyes que al respecto se tramitan en el Congreso, como en el próximo proceso constituyente, que nos permita colocarnos en un camino para el logro de los equilibrios sociales”.

Al concluir su homilía, el obispo impartió su bendición a cientos de trabajadoras y trabajadores,  quienes desde sus hogares y por medio de la transmisión on line, levantaron su manos en un gesto de adhesión presentado sus elementos de trabajo.

A continuación, unidos en la oración distintos actores del mundo del trabajo, expresaron sus intenciones en el día de San José obrero, por el mundo de la salud, Gladys Bascuñán; por los trabajadores, Jaime Bravo; por los migrantes, Remy Eliazer y por los mártires del trabajo y Autoridades, a nombre de la Cut, habló Jorge Silva.

Al terminar la celebración, entregaron un breve mensaje y saludo a las trabajadoras y los trabajadores, la sra. Gaby Cárcamo, ex dirigente de la Anef y directora de la Fundación Instituto Indígena y el sr. Julio Ortiz, dirigente de los artesanos asociados de Temuco.

Posteriormente, nuestro pastor impartió su bendición.