Diócesis de Temuco

Obispo de Temuco entregó un llamado a la solidaridad política para enfrentar los problemas y desafíos de Chile

La celebración de la conmemoración de un nuevo aniversario patrio, la Diócesis San José de Temuco, efectuó un Te Deum ecuménico, acción de gracias presidida por el Obispo de Temuco, Monseñor Jorge Concha Cayuqueo, OFM, junto a los Pastores de las Iglesias hermanas.

La celebración en el Templo Catedral, el 18 de septiembre, comenzó con el ingreso de los emblemas patrios y, posteriormente, el resonar del instrumento ancestral, el Kul-Kul, a cargo de don Rigoberto Queupul Calfiñir, dio el inicio de la jornada, las que convocó Autoridades Civiles, Judiciales, Religiosas, Militares y de Orden Público y Seguridad, para orar desde esta Región de La Araucanía y por Chile, junto a los párrocos de los decanatos Temuco Norte y Sur junto a sus comunidades.

A continuación, en el acto penitencial, Roberto Neira, Alcalde de Temuco; Padre Juan Andrés Basly, vicario general; Gaby Cárcamo, vicaría pastoral mapuche, elevaron sus palabras del perdón.

En la Liturgia de La Palabra, el Pastor de la Iglesia Metodista, reverendo Jaime Medina Cárdenas, entregó su reflexión en este día, profundizando en la búsqueda de la justicia y en la no discriminación. Seguido por las palabras que entregó el Pastor de la Iglesia Metodista, reverendo Benjamín Rodríguez Avendaño, quien hizo el llamado en buscar el diálogo para la paz y el bien común y el Pastor de la Iglesia Metodista, reverendo Nelson Rivera Cuevas, ahondó su reflexión en el Salmo 121.

Tras la lectura del Santo Evangelio, el obispo diocesano, monseñor Jorge Concha Cayuqueo, OFM, entregó su homilía, donde profundizó en que la palabra de Dios nos anima como pueblo y como personas, señalando que “es deber nuestro agradecerte siempre y ser agradecidos de los demás, y ahora lo hacemos en este día de fiesta de Chile, desde esta iglesia Catedral de Temuco, unidos a hermanos Pastores, con la rogativa mapuche de nuestro pueblo ancestral, con representantes de la comunidad judía y la comunidad musulmana, y unidos a todo este pueblo que te reconoce”. Además, expresó que lo que mueve a Dios es su amor apasionado y fiel por su pueblo. “En el Evangelio, Jesucristo nos habla de humildad, de mansedumbre y de servicio”.

Enfatizó en que es el verdadero remedio para las tantas heridas de la humanidad – sean materiales, como el hambre y las injusticias, sea las psicológicas y morales, causadas por un falso bienestar – es el amor fraterno, cuyo manantial es el amor de Dios. Para entrar en ese camino virtuoso es necesario abandonar el camino de la arrogancia, de la violencia utilizada para ganar posiciones de poder cada mayor, para asegurarse el éxito a toda costa, expresó.

Centró su mensaje en las preocupaciones de la gente  y con la confianza en Dios que con su Palabra nos promete su amor y su cercanía, manifestó sobre los graves problemas y grandes desafíos, a nivel nacional, con el aumento de la violencia, asociada al aumento de la venta y consumo de una gran variedad de estupefacientes y a una inusitada circulación de armas de fuego que ya parece descontrolada, “ Todo crea un ambiente de desconfianza e inseguridad nunca antes visto en nuestro país”.

Y a nivel regional, los problemas de la capital y de otras regiones también se dan o repercuten en la nuestra, “ Pero La Araucanía tiene sus propios problemas y algunos son estructurales, por ejemplo, la pobreza en sentido clásico (por ingresos) y la multidimensional. Históricamente ha sido una de las regiones más pobres del país: hoy es la tercera región más pobre, característica que se ha mantenido estable desde que comenzó la medición de la Encuesta CASEN; hay baja o muy lenta capacidad del Estado para proveer bienes públicos, por ejemplo: salud, educación, seguridad, control de fronteras, desarrollo de infraestructura, provisión de servicios sociales básicos, entre otros. Existe una diferencia importante en el nivel de desarrollo entre las comunas de la provincia de Malleco con respecto a sus pares de la provincia de Cautín. La pobreza interseccional, es decir, en pueblo mapuche, mujeres y zonas rurales también es alta. La región cuenta con bajo desempeño en los indicadores de suministro de agua, ingresos y niveles de educación, esto es más notorio en zonas rurales.  Por lo mismo, la región tiene bajos niveles de estatalidad: la gente se ve obligada a emigrar. Tampoco ayuda la alta percepción de conflictividad en la región (Datos Araucanía Opina 2024, realizada por el Centro de Políticas Públicas de la Universidad Católica de Temuco). La región, y específicamente Temuco, tiene una gran cantidad de establecimientos de educación superior (universidades, centros de formación técnica, institutos profesionales), lo cual es muy positivo, sin embargo, este capital humano emigra hacia otras regiones”.

Enfatizó en que” Todo este cuadro puede ser caldo de cultivo para muchos otros males. Hay estudios (Datos Araucanía Opina 2024, realizado por el Centro de Políticas Públicas de la Universidad Católica de Temuco) que demuestran que en la región no existe un apoyo mayoritario o absoluto a la democracia como la mejor forma de gobierno. Se valora positivamente la autotutela. Esto puede propiciar “espacios para procesos políticos de perfil más autoritario y menos pluralistas”. A esto se suma la baja confianza en instituciones políticas tradicionales. Estas características tampoco favorecen espacios de diálogo y convivencia democrática.

Destacó que falta una idea o un relato consensuado de desarrollo de la región, en el que todos los actores con su visión de la región se sientan convocados, involucrados, y que debe ser actualizado permanentemente, “Esto podría ayudar a animar el despegue económico de la región”.

Planteó que el conflicto entre el Estado chileno y el pueblo Mapuche no ha podido ser abordado de manera concluyente. “Hay expectativas en el resultado de la Comisión para la Paz y el Entendimiento. Ojalá aporte a un proceso positivo; a esto contribuirá si se amplían los niveles de participación de los principales protagonistas. La Iglesia Católica y las Iglesias cristianas históricas estamos plenamente de acuerdo en pedir al Estado que avance en el reconocimiento constitucional de los pueblos indígenas, en especial del pueblo mapuche”.

Tras lo anterior mencionado, plantea que hay que agregar otro problema crucial que es obstáculo, que como mínimo, ralentizada la tarea de quienes tienen la responsabilidad de enfrentarlos, y que es opinión pública compartida, ”Se trata de la dispersión y disparidad de lecturas de la realidad que hacen muchas de nuestras autoridades y dirigentes: algunas más catastrofistas, otras más conformistas, como si se hablara de países diversos que coexisten en el Chile unitario que quisiéramos”, manifestando que si bien la diversidad de lecturas es legítima, y positiva hasta ciertos límites, es necesario, y un deber moral como parte del servicio de la política, construir confianzas – que pasa por sus niveles más bajos – en vista del bien común, buscar los acercamientos que sean necesarios y conducentes; de lo contrario, las lecturas, “legítimas” en sí, pasan a ser más importantes que la realidad misma, lo que lleva al distanciamiento de la ciudadanía con quienes tienen la responsabilidad del servicio público, de la gente con la política, y esto se traspasa a las instituciones. Esto socava la democracia.

“Ciertamente hay búsqueda de entendimiento y se debe reconocer y dar gracias por ello, pero el esfuerzo por buscar encuentro, diálogo, entendimiento, debe ser más mancomunado, más decidido, más audaz para que sea  eficaz, porque a todas luces lo que se hace no está siendo suficiente (…) Buscar el encuentro para lograr acuerdos es necesario y lo más sensato, requiere volver una vez más a lo humano, a lo mejor de lo humano, y en esto nos ilumina el mensaje de Jesucristo con el necesario y fundamental mandamiento del amor fraterno, que parte por el reconocimiento, la valoración y el respeto, hacia el otro”, expresó en su homilía.

Destacó que Chile está delicado de salud, “pero no está terminal; tiene muchos signos vitales activos, tiene motivos y muchas responsabilidades para estar de pie y bien. Tiene una enorme familia que atender, que depende de él, o de ella, porque Chile es padre y madre a la vez. Tiene hijos e hijas, abuelos y abuelas, hermanos y hermanas, nietos, primos, tiene hermanos y hermanas recién llegados, tiene amigos y amigas, con una gran variedad de expresiones de identidades y de culturas. Tiene que atender sus negocios en el desierto minero, en sus enormes y ricas costas oceánicas, en los campos de hielos del sur, en su alta y larga cordillera, en sus grandes y fértiles extensiones de tierras, con una gran variedad de productos; tiene nuestra querida Araucanía con gran variedad de gentes y recursos. Chile sigue siendo un gran desafío y por eso necesita estar bien”.

En esta Acción de Gracias, los hermanos del Pueblo Mapuche hicieron una rogativa por nuestra patria y por nuestra región, emotivo momento que realizó la hermana  machi Silvia Llanquileo, de la comunidad Nienoco.

Después, se elevó oración y se puso a Chile en las manos del Señor de la vida y de la historia, para dar gracias y pedir bendiciones para sus hijos e hijas, donde el Presbítero Juan Andrés Basly Erices, Vicario General de la Diócesis San José de Temuco, hizo oración por la Iglesia. El Diputado Andrés Jouannet, oró por la región. El Diputado Miguel Becker Alvear, oró por el mundo político. La Estudiante, Señorita Xaviera Ravanal Valdebenito, oró por la paz. El cabo del Ejército, Nielsen Ríos Huenchun, elevó su oración por las Fuerzas Armadas, de Orden y Seguridad Pública.

Además, se efectuó oración por la paz, en este Tedeum Ecuménico e Interrreligioso, en representación de la comunidad israelita de Chile en Temuco, su presidente Eduardo Albo y en representación de la comunidad islámica de Chile en Temuco, su presidente Manuel Arismendi.

Al concluir, la Acción de Gracias por un nuevo aniversario de nuestro País, se cantó el himno del Te Deum.

LEER HOMILIA COMPLETA DE MONS. JORGE CONCHA CAYUQUEO, OFM

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