El domingo 20 de octubre, se celebró la Santa Eucaristía que presidió el obispo diocesano, monseñor Héctor Vargas Bastidas, para agradecer el caminar de la imagen de la Virgen de Fátima que peregrinó por nuestras tierras del 7 al 21 de octubre.
En sus palabras, en la parroquia Corazón de María, señaló: “Con inmensa alegría hemos acogido en nuestra Diócesis de San José de Temuco, la imagen de Nuestra Señora de Fátima. Conocemos bien la historia, conocemos bien lo que ella ha venido haciendo desde sus primeras apariciones. Conocemos también sus mensajes y conocemos de igual forma también, los milagros que ella le ha concedido a su pueblo de parte de su hijo Jesús y verdaderamente ha sido una gracia tenerla entre nosotros, habiendo recorrido todos los decanatos y todas las comunas y parroquias. Finalmente hoy día, se despide de nuestra Diócesis y se despide justamente en una comunidad cristiana, que es profundamente mariana. Siempre es una alegría tener a la madre en casa. Siempre es una inmensa alegría poder contar con ella en toda circunstancia y ha sido verdaderamente emocionante ver los miles de fieles que en todas las parroquias y en todas las comunas y los pueblos de la Diócesis, la esperaron, la acogieron, le brindaron su veneración y tantos sentimientos muy profundos que están en la base de nuestra fe cristiana. A mí no me cabe la menor duda que su paso por el medio nuestro, nos va a traer muchas bendiciones, porque ella se encargará de cambiar nuestro corazón, se va a encargar de convertir nuestra vida y también se va a encargar de que todos juntos como Iglesia, seamos capaces de ser la Iglesia que Jesús quiere al servicio de la gente. Es interesante que esté con nosotros, Nuestra Señora de Fátima en los momentos que estamos viviendo como país. Los acontecimientos de la última semana, que sin lugar a dudas, ha suscitado dentro de nosotros una cantidad enorme de toda clase de sentimientos y también de reacciones, también de preocupaciones. Y en realidad como somos mujeres y hombres de fe, los acontecimientos tenemos que asumirlos, pero no, desde una mirada política, tampoco sociológica, tampoco ideológica, tampoco económica, etc., sino que como somos personas de fe, la historia tenemos que leerla, pero con los ojos de la fe. El Padre Alberto Hurtado, entre las muchas frases que nos dejó, está esa frase que dice: ¿Qué haría Jesucristo si estuviese en mi lugar? Entonces frente a las circunstancias que estamos viviendo y que verdaderamente llaman a una preocupación enorme, yo creo que nosotros como personas de fe, como discípulos del Señor ¿qué tenemos que hacer?, ¿cómo podemos hacer algo?, ¿cuál es nuestro rol en circunstancias como ésta? Y ahí viene la pregunta del Padre Hurtado ¿qué haría Jesucristo si estuviese en mi lugar? De ahí tenemos que partir, ponernos en el lugar del Señor; si el Señor estuviera aquí en mi lugar, cómo enfrentaría esta situación, qué diría, dónde pondría los acentos; entonces así como nos encontramos viviendo como Iglesia en Chile, un profundo proceso de discernimiento para la renovación de la Iglesia, ahora nos damos cuenta más que nunca y debemos tomar conciencia más que nunca, que si nosotros verdaderamente queremos servir a nuestro país y a nuestra sociedad, tenemos que renovarnos profundamente, todos nosotros. Tenemos que hacer una conversión muy grande, muy muy grande, para así poder aportarle a la sociedad entera, los grandes valores y principios del Evangelio, desde los cuales se puede construir una sociedad justa y buena para todos”.
Cabe destacar que durante la tarde del domingo 20, varios grupos parroquiales brindaron una cantata a la Virgen.