Monseñor Héctor Vargas Bastidas, en su columna del día domingo 9 de agosto, publicada en el Diario Austral de la ciudad de Temuco, ahonda en que “las grandes esperanzas de La Araucanía, tienen que ver ante todo con quienes vivimos en ella, y de nuestra disposición al diálogo, reconocimiento, reparación, participación y desarrollo”.
Por estos días se menciona desde diversos sectores la vigencia de los resultados de la Comisión Asesora Presidencial para La Araucanía, y que éstos hayan sido consensuados por la totalidad de sus integrantes, no obstante la importante diversidad de los mismos. Fue fruto de un gradual proceso ante todo personal, que permitió internamente a cada miembro ir revisando los preconceptos y visiones fuertemente instalados en cada uno de nosotros, y en los propios sectores de proveniencia. Por ello es importante destacar validez de la pedagogía que fue dándose gradualmente.
Tomamos consciencia que las grandes esperanzas de La Araucanía, tienen que ver ante todo con quienes vivimos en ella, y de nuestra disposición al diálogo, reconocimiento, reparación, participación y desarrollo. Un nuevo modo de concebir la construcción de la sociedad, en la que todos formemos parte, valorizados en nuestra diversidad, iguales en dignidad, derechos y oportunidades. Por ello, ya al interior de la Comisión, fuimos descubriendo que era esencial también entre nosotros, abandonar las trincheras, derribar los muros, terminar con las desconfianzas y prejuicios entre quienes la conformábamos, y que el otro eraclave en la solución, porque aunque seamos diversos y pensemos distinto en una serie de temas, siempre en los demás hay una parte de la verdad y de las respuestas que si necesitamos. Solo Dios es poseedor de toda la verdad, y por ello de todas las respuestas.
Si nos comunicamos desde la parte de verdad que poseemos, y no desde lo que nos divide, ahondando las heridas, podremos acercarnosa una verdad más profunda. Ello posibilitóconocernos, reconocernos, ponernos en el lugar del otro y valorizarnos y construir acuerdos,ceder y postergar legítimas aspiraciones personales o sectoriales, conscientes que el interés superior de Región y todas sus gentes, estaba primero. Luego de seis meses de intenso trabajo,se pudo discernir los temas de fondo, dialogarlos, fundamentarlos, consensuarlos y ofrecer caminos para su aplicación. Hoy vemos que son los temas que más nos afligen, esperando aún su consideración.
Las metodologías no son secundarias. En medio del conflicto que vivimos como Región, debe reconocerse y valorizarse la pedagogía que el Pueblo Mapuche tiene para enfrentar los temas más complejos y lograr generar salidas y acuerdos. Uno de ellos es sin duda el darse todo el tiempo para conversar en torno al mate y el fogón, escuchar a sus sabios, aprender unos de otros, articular soluciones, y también “parlamentar”. No requierepor eso el Mapuche de metodologías foráneas para enfrentar conflictos, basadas encorrientes de pensamientomás bien occidentales y urbanas, sino desu valiosa y propia cosmovisión. Allí radica una sabiduría única y ancestral, centrada en el kümeMongen, desde la cual recoger la inspiración que les permita avanzar desde su identidad cultural que es única, en los temas de fondo que les aquejan. El resto de la sociedad, tiene también necesidad de esta sabiduría, para construir juntos la sociedad que queremos en La Araucanía.