[dropcap]D[/dropcap]espués del secuestro de las religiosas de Maalula, el Metropolita sirio-ortodoxo de Homs y Hama, Selwanos Boutros Alnemeh, ha hecho un llamado a todas las partes para que ejerzan presión sobre los secuestradores. «Exijo la libertad inmediata de las religiosas secuestradas», dijo el Obispo el lunes en una conversación con la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia que Sufre (AIS). «Hasta tal punto hemos llegado que incluso secuestran a religiosas. ¿Qué mal han hecho? Esto es un crimen. Los secuestradores quieren mostrar así que no conocen clemencia alguna».
Doce religiosas sirio-ortodoxas del convento de Santa Tecla de Maalula, al norte de Damasco, fueron secuestradas a comienzos de la pasada semana por presuntos guerrilleros islamistas, después de que tropas de la oposición conquistaran esa población cristiana. «Estoy muy triste con este secuestro. No tenemos ninguna conexión con ellas. Según mis informaciones, estarían en Yabrud, un pueblo a 20 kilómetros de Maalula. La cadena de televisión Al Jazeera emitió a finales de la pasada semana imágenes de las religiosas. En ese vídeo, ellas declaran que las han llevado por su propia seguridad. Pero no sabemos de cuándo es el vídeo ni cómo están».
El Obispo subrayó que las monjas eran totalmente apolíticas y que solo se ocupaban de la oración y de obras de caridad. «No estaban a favor ni del régimen ni de la oposición. En el convento aceptaron a refugiados sin hacer acepción de la religión, también a musulmanes».
En relación con el paradero de los dos Arzobispos sirios secuestrados en abril, el Obispo Alnemeh no pudo decir nada. «Hasta ahora no se ha podido confirmar ninguna información sobre el supuesto paradero». Hay rumores —dijo— de que solo está con vida uno de los Obispos. Como paradero se indica unas veces Siria, otras Turquía. «Sencillamente: no lo sabemos», declaró el Obispo, cuyo hermano en la fe, el Obispo sirio-ortodoxo Mar Gregorius Yohanna Ibrahim forma parte de los secuestrados, con el Arzobispo greco-ortodoxo Paul Yazidschi.
El Obispo Alnemeh apeló a todos los Estados y organizaciones internacionales para que aboguen por el fin de la guerra. «El pueblo sirio no tiene ya la sensación de que se trate de una revolución o una reforma, o de la construcción de un nuevo Estado sobre una base clara», añadió el Obispo.
Continuó diciendo que los cristianos están especialmente afectados por el conflicto. Solo de su ciudad episcopal Homs habrían tenido que huir 100.000 cristianos; se habrían destruido iglesias y casi 3.000 cristianos habrían perdido la vida.
Desde que comenzó el conflicto, AIS está ayudando a la Iglesia siria para que siga acompañando a los desplazados y refugiados. Como referencia, con $35.000 se puede dar por un mes comida a una familia siria. Infórmate de esta campaña en www.aischile.cl