Bajo un penetrante sol en la ciudad eterna se celebró, este 19 de octubre, la beatificación de Pablo VI. Miles de personas participaron de este momento, el cual fue presidido por el Papa Francisco y con la participación del emérito Papa Benedicto. En su homilía el Papa Francisco afirmó que:«Contemplando a este gran Papa, a este cristiano comprometido, a este apóstol incansable, ante Dios hoy no podemos más que decir una palabra tan sencilla como sincera e importante: Gracias. Gracias a nuestro querido y amado Papa Pablo VI. Gracias por tu humilde y profético testimonio de amor a Cristo y a su Iglesia”.
[dropcap]E[/dropcap]l ahora Beato Pablo VI inició la tradición de los viajes apostólicos, de hecho en el período de su gobierno pastoral, visitó 19 países de los cinco continentes, hasta Latinoamérica (Colombia). Su figura está asociada al consenso y el espíritu conciliador que llevó a término el Vaticano II. De hecho durante los años en que se desarrollaba el Concilio escribió una carta para referirse a la importancia del diálogo. Además, fue el iniciador de las Jornadas Mundiales de las Comunicaciones Sociales, entre otras importantes iniciativas.Me parece oportuno reproducir sus muy inspiradoras palabras (de EcclesiamSuam) en el modo de ser y hacer Iglesia: “Y no podemos hacerlo de otro modo, convencidos de que el diálogodebe caracterizar nuestro oficio apostólico, como herederos que somos de una estilo, de una norma pastoral… ¿No se ha querido dar al mismo Concilio, y con toda razón, un fin pastoral, dirigido totalmente a la inserción del mensaje cristiano en la corriente de pensamiento, de palabra, de cultura, de costumbres, de tendencias de la humanidad, tal como hoy vive y se agita sobre la faz de la tierra? Antes de convertirlo, más aún, para convertirlo, el mundo necesita que nos acerquemos a él y que le hablemos.
El Papa Montini, supo escuchar con atención lo que Dios quería de él, y supo escuchar la voz de toda la Iglesia. ¿Quién podría desmentir su capacidad de consenso? tan necesario para avanzar, su deseo de una Iglesia más cercana al hombre actual, en una revisión constante de su caminar, y que no se olvide de que:“Evangelizar constituye, en efecto, la dicha y vocación propia de la Iglesia, su identidad más profunda. Ella existe para evangelizar, es decir, para predicar y enseñar, ser canal del don de la gracia, reconciliar a los pecadores con Dios…” (EN 14). De hecho respecto de EvangeliiNuntiandi, su carta magna sobre la evangelización del mundo actual, el Papa Francisco ha afirmado, en esta celebración, que debe considerarse aún vigente. Además sus gestos retrataron muy bien sus convicciones; el acercamiento hacia el mundo oriental, en el abrazo y encuentro con el Patriarca Ortodoxo; el gesto de renunciar a la Tiara papal y entregar el valor de su venta a la Madre Teresa de Calcuta para su obra a favor de los pobres.
En lo personal ha sido un gran regalo participar en directo del primer reconocimiento aun gran apóstol de estas últimas décadas. Me atrevo a expresar que, él es una muy buena síntesis entre lo espiritual y lo humano, entre lo intelectual y lo pastoral. Un ejemplo para los cristianos deeste tiempo.
Corresponsal: Pbro. Fernando Torres Molina, Estudiante en Roma