Tras un año como encargado de la Pastoral Hospitalaria del recinto de salud más grande de la región de La Araucanía, el hospital Hernán Henríquez Aravena, el diácono Victor Burgos Sánchez, nos cuenta cómo se ha continuando la grandiosa labor de esta Unidad y el acompañamiento a los enfermos y personal de salud en estos complejos meses del Covid.
En este tiempo de Pandemia, ¿cómo se ha continuado la labor de la pastoral y del voluntariado?
Es tiempo de pandemia. Ha sido un tiempo propicio para mostrar lo que el Señor puede y quiere hacer a través de la Pastoral Hospitalaria. El día 16 de Marzo, como Encargado de la Pastoral Hospitalaria, decido suspender toda visita del Voluntariado Católico al Hospital, pero el trabajo había que seguir realizándolo con formas nuevas, ideando cosas distintas aún a riesgo de equivocarme, pero creo que es mejor equivocarse haciendo cosas que pasar por la vida con un sacramento raptado en casa y no puesto al servicio del Reino.
He mantenido la visita a salas para mantener la cercanía con los pacientes, para los cuales, sus grandes preocupaciones son: ¿saldré de aquí?, ¿cómo estará mi familia afuera? A este respecto, gracias a la gestión de nuestra directora, la doctora María Isabel Toledo, recibí una tablet, con la que he podido realizar video llamadas a los familiares que están afuera, lo que trae tranquilidad a los pacientes.
Además, hemos mantenido la administración de los sacramentos como bautizos, comunión, pedir sacerdotes cuando alguien necesita la unción, misa a través de zoom, el acompañamiento a funcionarios que en este tiempo es muy importante; así como la escucha empatizando con su dolor, cansancio, preocupación.
El acompañamiento es fundamental en todo este proceso, Respecto al personal de la salud, ¿ la pastoral cómo está funcionando en este especial tiempo para ayudarlos?
A este respecto, es bueno decir que este acompañamiento es para todos sin importar si es creyente o no, si es católico o evangélico, no discriminamos a nadie. En medio de todo, también hemos tenido una reunión con el Voluntariado básicamente para mantener la unidad y el contacto tan necesario en este tiempo para escuchar al otro que también está sufriendo porque no puede ir al hospital.
Además de todo esto, hemos estado haciendo oración por los funcionarios del Hospital, son ellos los que día a día arriesgan la vida, no solamente de ellos, sino de su familia. Todo esto a través de whatsapp o de facebook, pero aparte de alimentar el espíritu también había que preocuparse de las cosas más humanas, como llevar paños a distintos servicios: Neonatología, UCI Cardiovascular, Cirugía Pediátrica, Pediatría Lactante, Alto Riesgo Obstétrico, Recuperación Gineco-Obstétrica, UCI Adultos; entregamos también mascarillas reutilizables en Alto Riesgo Obstétrico y Urgencia Pediátrica. Este fue un esfuerzo de la Pastoral que reunimos dinero y las mandamos a hacer y las regalamos; máquinas de afeitar muy, muy necesarias en UCI Cardiovascular , útiles de colegio en UCI Pediátrica, en Segunda Infancia que hay niñitos más grandes, una silla de ruedas a una paciente que no podía caminar. Ahora bien, todo esto no sería posible sin el apoyo del Voluntariado, de la Directora de la Unidad, de la oración de buenas amigas dentro del Hospital y de personas de buena voluntad que nos ayudan con especies o en dinero. Ahora, siempre es poco lo que realicemos ante tanta necesidad. El Hospital tiene muchas necesidades, pero especialmente tienen necesidades los funcionarios, cansados, preocupados y ahí tenemos que estar nosotros.
En estos días, realicé un acompañamiento a una niñita que sufre las consecuencias de este clima de odio, al recibir un disparo; la acompañé desde la oración, pasando por la escucha y gracias a una persona de buena voluntad también le pude llevar unos regalitos sencillos, pero ver el rostro de alegría de esa niñita, vale todo esfuerzo. Este tiempo ha sido para mí, un tiempo de gracia del Señor, porque El ha actuado en el Hospital y yo lo he visto, el Señor ha hecho todo esto, no tenemos que adueñarnos de eso, esto es su trabajo, nosotros solamente instrumentos en sus manos; el día que olvidemos que es el Señor que hace el trabajo es porque dejamos de creer en El y solamente empezamos a creer en cosas puramente humanas.