Diócesis de Temuco

Pbro. Giglio Linfati, Vicario Pastoral Social » Reconocer el gran valor que el Creador ha dado al trabajo»

Una nueva conmemoración de San José Obrero y el Día Internacional del Trabajo, la Iglesia Diocesana celebró este domingo primero de mayo en la parroquia Jesús Obrero de la ciudad de Temuco.  Contó con la presencia de Autoridades de Gobierno, encabezado por el Gobernador Regional Luciano Rivas Stepke, dirigentes sindicales y gremiales y feligreses.

La celebración comenzó con la bienvenida del párroco Patricio Trujillo, quien además expresó los saludos del Administrador Diocesano, Pbro. Juan Andrés Basly Erices.

Posteriormente, en la homilía el Pbro. Giglio Linfati Cantergiani, Vicario de la Pastoral Social, entregó reflexiones siguiendo la metodología pastoral del ver, juzgar y actuar, método usado también en documentos de la Iglesia.

Señaló que: » En el ver, en el Día Internacional del Trabajo, la  Iglesia ha querido recordar  a San José Obrero, el hombre santo que enseñó al mismo Dios a trabajar con sus manos, en su taller, en el humilde pueblo de Nazareth. Jesús, en su tierra, fue llamado el hijo del carpintero. La vida tan sencilla, sacrificada y digna de admiración de José, permitió que la Iglesia lo propusiera como modelo ejemplar para todos los y las trabajadoras del mundo». Manifestó que el conmemorar el día de las y los trabajadores, es más que un acto simbólico, es un llamado a recordar y no olvidar la trayectoria de miles de trabajadores y trabajadoras, gracias a su organización, su lucha, su esfuerzo e incluso la donación de su propia vida, por lo cual la humanidad ha avanzado en justicia laboral y social. «Este día es un punto de inflexión y reflexión para mirar el sentido que el trabajo tiene para nosotros y la sociedad, y que cada siglo trae consigo nuevas demandas según el avance y desarrollo de la sociedad».

Recalcó que el hablar de las conmemoraciones en el día del trabajo es evocar y rendir homenaje a trabajadores y trabajadoras que dieron su vida por conseguir beneficios laborales y sociales, que son hoy parte de los derechos laborales.

Respecto al rol de la mujer y su contribución a la sociedad, dijo que «en nuestra historia reciente no solo los hombres son trabajadores y proveedores de su hogar, también las mujeres se fueron incorporando a la vida laboral, destacándose por su contribución diaria, aportando a la creación de condiciones para mejorar la vida de sus familias y de las personas que reciben sus servicios. Poco a poco se ha ido igualando la participación de los hombres y mujeres, aunque aún persisten desigualdades de género». 

El Vicario planteó, respecto al juzgar a la luz del Evangelio y de la Doctrina Social de la Iglesia, donde debemos reconocer el gran valor que el Creador ha dado al trabajo, como medio para proseguir y proteger su obra, manifestada en todos los ámbitos que envuelven a la humanidad. «Los hombres y mujeres al trabajar modelan y remodelan la creación de Dios (…) El trabajo debe ser un medio para el desarrollo y bienestar de las personas, no para su esclavitud y despojo».

Y respecto al actuar, el Pbro. Giglio Linfati, planteó el ir en  ayuda de aquellas y aquellos que no tienen empleo, sobre todo los jóvenes, las mujeres, incluso las personas mayores que, estando en situación de jubilados y jubiladas, en su tiempo de júbilo y descanso, «Se han transformado en nuevos trabajadores y trabajadoras de empleos precarios, ya que por lo paupérrimo de sus pensiones, deben volver a trabajar en condiciones desfavorables. Es una masa trabajadora invisibilizada en nuestra sociedad».

Fue enfático en manifestar en no dejarse tentar por el materialismo que induce a dedicar mucho tiempo al trabajo y poco tiempo a la familia, «seamos trabajadores responsables  con la familia, así aportaremos a una sociedad menos violenta y más solidaria».

Al concluir, expresó el llamado a que los trabajadores y trabajadoras deben apoyar y ser parte de sus sindicatos y gremios, «recuerdo a un sindicalista muy emblemático del sector público, don Clotario Blest Gana, quien abogó toda su vida por los derechos y la justicia para todas y todos los trabajadores de Chile».

Cabe señalar, en el momento de la oración universal, las intensiones fueron de miembros del mundo del trabajo en sus diferentes expresiones. Además, en la celebración fueron bendecidas las manos y herramientas de trabajo de los trabajadores de nuestra patria.

El Gobernador Regional, Luciano Rivas, al ser consultado por esta conmemoración, señaló: » las palabras que se dieron hoy día referente al rol del mundo del trabajo en tanto en nuestro país como en nuestra Región, son muy acertadas, muy importante principalmente porque estamos viviendo unos temas de una  reactivación económica donde necesitamos obviamente, unidad entre los trabajadores del sector público y del sector privado, por otra parte este trabajo que tiene que ver con nuestros hermanos del sector rural. Y hoy día en nuestra situación regional, no dejar de lado, las familias que también están sufriendo por esta terrible violencia, que muchas veces vivimos, tantos trabajadores que ejerciendo su labor han tenido que vivir situaciones tan terribles y familias que hoy día sufren».

La Seremi del Trabajo, Minerva Castañeda Meliñan, tras expresar sus  saludos a los trabajadores de la región, señaló que los trabajadores y trabajadoras de Chile merecen un trabajo decente, merecen pensiones justas, merecen un horario laboral que les permita estar con su familia.

Celebraciones en decanatos

En todas las parroquias de la Diócesis San José de Temuco, se celebró a San José Obrero y a los trabajadores y trabajadoras de La Araucanía.

Fue así, que en la Parroquia Nuestra Señora del Carmen, en la comuna de Chol Chol, la Ceb San Francisco de Pitraco Tosca y San Sebastián de Trañi Trañi, celebraron la Santa Misa del 1 mayo, donde fueron bendecidas herramientas y semillas en el Día del Trabajador.

También, en la parroquia Sagrado Corazón de Jesús de Traiguén, los trabajadores se hicieron presente en esta conmemoración. Al igual, que en la parroquia Jesús de la Misericordia de Labranza, en el Día del trabajo, se bendijeron por la intercesión de San José Obrero los implementos de trabajo. También, en el sector cordillerano de San Sebastián de Lonquimay. En Carahue, en la Parroquia San Pablo, los trabajadores conmemoraron este día y fueron bendecidas sus manos y herramientas de trabajo.